Enrique Ochoa Reza buscará hoy registrarse como “candidato de unidad” a la presidencia del PRI, que dejó Manlio Fabio Beltrones tras la derrota electoral del 5 de junio.
El pasado viernes presentó su renuncia a la dirección de CFE, y recibió el aval de los líderes de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). El fin de semana, la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, se sumó a la ‘cargada’, al igual que la CNC, la Confederación Nacional Campesina.
Sin embargo, aparecieron también algunos síntomas de inconformidad y ya algunos priistas han manifestado su descontento con el ‘dedazo’.
El primero fue el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, del ala tradicionalista quien a través de una carta denunció las ‘formas arcaicas’ en que se quiere dar paso a la sucesión en la presidencia.
“La reducida cúpula, encumbrada por la militancia, no es capaz de voltear hacia ella para permitirle expresar libre y abiertamente su opinión”.
Por otro lado, el exdiputado federal y ex dirigente juvenil priista Hugo Díaz Thome, anunció que solicitará hoy su registro como candidato a la presidencia priista, pues tampoco está de acuerdo en las formas en que se ha manejado la cúpula priista.
Este fin de semana Ochoa Reza –quien venía desempeñándose como director de la CFE – realizó acercamientos con diferentes grupos tricolores para conseguir su apoyo para la presidencia del PRI.
Se espera que mañana mismo – si no existe ningún otro priista interesado- el CEN confirme como nuevo líder tricolor a Ochoa Reza.
La llegada de Ochoa Reza al PRI no será sobre terciopelo.
Por delante tiene un reto mayúsculo, primero levantar al partido tras la debacle de la pasada elección para hacerlo competitivo nuevamente en el 2018.
Pero su primer gran reto electoral será la elección de 2017, con la mira puesta en el Estado de México, última gran reserva de votos para el PRI, y que el partido tricolor no puede perder, si aspira a mantener la Presidencia de la República en el 2018.
El pasado viernes 8 de julio, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI emitió la convocatoria a participar en la elección del presidente sustituto priista.
Será declarado presidente sustituto, dice la convocatoria, “el aspirante que dé cumplimiento a los requisitos estatutarios y reglamentarios, así como los acordados por el CEN y la instancia responsable del proceso (Comisión Nacional de Procesos Internos)”.
El aspirante electo será el que obtenga la mayoría de los votos recibidos en la sesión electiva, o que resulte ser ratificado en la citada sesión y, en consecuencia, reciba la constancia de mayoría.
El registro de los aspirantes se efectuará el día de hoy en el CEN del PRI. Dentro de las 24 horas posteriores al cierre de registro, la Comisión Nacional revisará y evaluará el cumplimiento de los requisitos.
Los dictámenes de la comisión se publicarán en la página de internet del PRI, y en caso de que quedara pendiente algún requisito, los aspirantes tendrán 12 horas para corregir.
En caso de que se registrara un solo aspirante, la comisión emitirá un dictamen declarando electo al aspirante único, el cual sería ratificado el día de mañana en el Consejo Político Nacional.
Se espera que Enrique Ochoa sea el único candidato que se registre, y por lo tanto se convierta en el nuevo presidente priista, y dirigirá el partido contando con el respaldo del presidente Enrique Peña Nieto.
El pasado viernes presentó su renuncia a la dirección de CFE, y recibió el aval de los líderes de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
En días pasados se había mencionado a otros probables aspirantes, como Jorge Carlos Ramírez Marín, José Calzada, Enrique Martínez y Martínez y el propio Miguel Ángel Osorio Chong, sin embargo, todo parece indicar que el elegido será Ochoa Reza.
Complicada tarea
La principal tarea del nuevo dirigente tricolor será cerrar las heridas tras la debacle de las pasadas elecciones, en donde el PRI perdió siete de las 12 gubernaturas en disputa, perdiendo enclaves vitales donde nunca se había dado la alternancia. Una derrota histórica.
Los escándalos de corrupción de los gobernadores priistas, así como la situación de inseguridad en que tienen a sus entidades le cobraron una alta factura el priismo, que perdió estados importantes como Durango, Quintana Roo y Veracruz, joya de la corona; en ninguno de los tres se había dado la alternancia.
Manlio Fabio Beltrones había pronosticado que el PRI se alzaría con el triunfo en 9 entidades, y ‘solo’ se quedaron con 5, lo cual acentuó el fracaso electoral.
El principal reto de Ochoa será la elección de 2017, donde está en juego el bastión priista por excelencia, el Estado de México, cuya importancia va más allá de ser la cuna del presidente de la República, sino por contar con el mayor padrón electoral.
Con la Ciudad de México en manos de la izquierda desde 1997, y Veracruz, en manos del panista Miguel Ángel Yunes, el Estado de México es la última gran reserva de votos del priismo, que no puede darse el lujo de perder este bastión si quiere ser competitivo en 2018.
En sus manos tendrá también, el papel de árbitro en la elección del candidato priista de cara a la sucesión presidencial 2018, con algunos potenciales presidenciales que se han quedado en el camino, y otros que lucharán por ser el abanderado tricolor.
Si se confirma la llegada de Ochoa a la presidencia priista, se dará una clara señal de que Enrique Peña Nieto será quien maneje los tiempos en la elección del candidato presidencial, y Ochoa deberá velar por la tranquilidad de la misma, evitando el surgimiento de grupos contrarios al dedazo presidencial.
¿Quién es Enrique Ochoa?
De 43 años de edad, Enrique Ochoa Reza nació en septiembre de 1972 en Morelia Michoacán, estudió la carrera de Derecho en la UNAM y Economía en el ITAM. Es afiliado priista desde 1991, militancia que acreditó con una credencial que él mismo publicó en redes sociales.
Su primer cargo público fue como asesor del entonces Secretario de Energía, Luis Téllez, puesto que desempeñó de 1997 a 1999 y fungió como miembro del Consejo de Administración de Pemex.
Cercano a Enrique Peña Nieto, fue parte de su campaña y participó en el equipo de transición. Ya en 2012, con la llegada de Peña a la Presidencia, se convirtió en Subsecretario de Hidrocarburos en la Secretaría de Energía.
En febrero de 2014 fue nombrado Director de la Comisión Federal de Electricidad, cargo en el que se mantuvo hasta el 8 de julio de 2016, cuando presentó su renuncia para buscar la presidencia del PRI.