Uno de los indicadores más destacables, y que generan mayor preocupación entre los que se dieron a conocer en el Cuarto Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, fue el incremento de la deuda pública.
Según el documento dado a conocer el pasado 1 de septiembre, el costo de la deuda pública del gobierno mexicano al cierre de 2015 ascendió a 408 mil 287 millones de pesos, y para finales de
2016 se tiene proyectado que alcance los 462 mil 372 millones.
El costo financiero de la deuda, según el informe de gobierno, incluye los intereses, comisiones y gastos de la deuda pública, así como las erogaciones para saneamiento financiero y de apoyo a ahorradores y deudores de la banca.
El costo de la deuda cerró el 2013 con un monto de 314 mil 551 millones de pesos y el 2014 con 345 mil 973 millones. Tomando en cuenta las proyecciones para finales de este año, sería en el periodo de 2014 a 2015 cuando se registró el mayor incremento en la deuda.
Debido al ritmo acelerado en que se ha incrementado la deuda total del gobierno mexicano durante la administración de Peña Nieto, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público estima que para el cierre de 2016, ésta podría llegar a superar el 50 por ciento del Producto Interno Bruto.
En los últimos años, se ha registrado un crecimiento constante y acelerado en la deuda pública del país. En 2005, representaba el 28 por ciento del Producto Interno Bruto, por lo que en apenas 10 años, habría aumentado más 22 por ciento en relación al PIB.
Riesgos y advertencias
Aunque especialistas consideran que la deuda pública en México aún no llega a altos niveles de riesgo, el aumento acelerado y sostenido de la misma durante este sexenio es motivo para encender las alarmas preventivas.
Uno de los principales riesgos, en caso de no atender el problema de la deuda, no solo estaá en los efectos negativos para el crecimiento económico, sino que existe la posibilidad latente de una severa crisis de deuda en los años venideros.
Además, el incremento de la deuda, ya ha ocasionado que las calificadoras internacionales como Moody’s y Standard & Poors hayan ajustado, a la baja, las perspectivas financieras y crediticias del país.
El pasado 23 de Agosto, Standard & Poors ya alertó sobre el nivel de endeudamiento, y modificó de estable a negativa la perspectiva crediticia de México, y no descartó un ajuste a la baja en su calificación para los próximos meses.
En marzo pasado, la agencia Moody’s también cambió la perspectiva de la calificación crediticia de México de estable a negativa, debido a las presiones en la deuda del gobierno ante la situación de los pasivos en Pemex, y también ha advertido que su calificación podría incluso bajar en caso de no reducir su deuda.
El propio Banco de México ya ha alertado sobre el deterioro de la cuenta corriente a causa del incremento de la deuda pública, por lo que ha avalado los ajustes presupuestales de la SHCP para intentar sanear las finanzas públicas.