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Hace mucho no lo veían marchar, por ello unas decenas de sus fieles seguidores arribaron puntuales al Ángel de la Independencia.
Querían ver de cerca al líder moral. Ese que “si hubiera ganado la presidencia” habría logrado que “esto que pasa ahora no estaría ocurriendo”. Eso decía una guapa sexageneria de tez morena a su esposo, mientras ambos lo observaban a unos metros.
Ahí estaba Cuauhtémoc, el hijo del “Tata” Cárdenas, esbozando pocas sonrisas como es su costumbre. Secándose el sudor con un pañuelo.
Lo acompañaban varios perredistas de los que hoy juegan dentro del Pacto por México y otros cuantos que piden que el PRD lo abandone.
Ello causaba desconcierto a algunos. Tanto o igual como que a unos cuantos metros las comitivas de la marcha difuminaban la causa principal para la que habían sido convocados. Las consignas contra la reforma energética se oían en unos tramos del recorrido.
Pero las consignas que prevalecían eran las del SME, la CNTE y el STUNAM. Cada cual medía fuerzas, iba por lo suyo.
Por eso quizá y también por el escueto discurso final del “ingeniero” la nota terminó siendo el sutil apoyo que le brindó a la CNTE. Lo más significativo de la manifestación fue la detención “irregular” y “arbitraria” que tuvo lugar el pasado sábado. Y que a muchos les pasó de largo.
A la 1:45 de la tarde el activista Julián Luna fue aprehendido por policías capitalinos en la calle de Mesones, casi en la esquina con la Avenida 20 de Noviembre.
Hasta ese momento, la marcha por la defensa del petróleo convocada por el fundador del PRD transcurría sin contratiempos. Se desplazó por el Paseo de la Reforma hasta la avenida Juárez y al no lograr acceder por Madero ni las calles aledañas que estaban selladas por una amplia valla de metal, viró por el Eje Central Lázaro Cárdenas hasta entroncar con Izazaga. Por ahí avanzó rumbo a 20 de noviembre. Casi a la altura del Metro Pino Suárez, después de que Cárdenas pasó por ahí acompañado de los senadores Miguel Barbosa, Alejandro Encinas, Dolores Padierna, Manuel Camacho Solís y Armando Ríos Peter, entre otros, tuvo lugar la primer trifulca.
Luna gritaba que acababa de ser agredido por “la seguridad del SME” y que le habían robado una mochila con sus pertenencias. El SME decía que era “mentira”.
Otros hombres que lo rodeaban descalificaban su dicho y lo aventaban. Entre jaloneos algunos adeptos del SME, cuya comitiva pasaba justo en ese momento por el lugar, desmentían al de joven de 23 años.
En unos minutos arribaron algunas personas a tomar videos y fotos.
“Ahí viene los medios, vámonos… Aíslalos güey… Que no vean logotipos del SME… Vámonos, compañeros”, dijeron unos hombres.
Fue entonces que Luna amplió su testimonio que muchos medios no consignaron, estaban metros adelante intentando instalarse cerca del templete donde Cárdenas iba a hablar.
Luna contó que lo habían golpeado porque pidió que bajaran una bandera del PRD. Decía que esa no era su lucha porque “están con el Pacto por México y la seguridad del SME me golpeó el ojo… Me robaron la maleta, fue la seguridad del SME… me acaban de robar la maleta”.
Después de hacer su denuncia el joven,vestido de negro siguió caminando con la bandera negra que portaba. Más adelante se escuchó a decir a otro hombre: “No era del SME (el presunto agresor de Luna), era de los de más adelante”.
Fue entonces que, de imprevisto, se vio a varios policías corriendo sobre la calle de Mesones. Con toletes sometían a un joven. Era Julián al que algunas mujeres y jóvenes comenzaron a defender espontáneamente.
“¡Suéltenlo, suéltenlo!… ¿Primero lo golpean y después se lo llevan? … ¿Cuál es el motivo de su detención?” gritaban a los uniformados.
Ante la presión, uno de los policías del operativo soltó una críptica frase:
“Esto es otra cosa, es otra cuestión”. Fue toda la versión oficial.
Los jaloneos y gritos duraron varios minutos hasta que otro policía enardecido arribó al lugar gritando: “Échale” ordenando lo metieran a la patrulla con placas P89-12.
Algunos testigos de la detención reclamaban a un hombre vestido de civil –que supervisaba y reportaba todo por una radio– que se identificara y explicara lo sucedido. Hubo intercambios de palabras y el hombre se fue.
Al filo de las 3 de la tarde, en un templete colocado sobre 20 de Noviembre y la calle Venustiano Carranza, Cuauhtémoc Cárdenas reiteró su rechazo a la reforma energética propuesta por el gobierno federal y tras ratificar su defensa del petróleo nacionalizado, dio su apoyo a la causa de la CNTE.
La muchedumbre que atendió los discursos del mitin no se percató de lo ocurrido minutos antes, a tres cuadras de ahí.
¿Infiltran provocadores?
El domingo, este medio confirmó que Julián Luna fue trasladado a la agencia ministerial de Milpa Alta, ante el ministerio público Daniel Aguirre Luna. Fue acusado por posesión de arma de fuego.
Versiones extraoficiales indican que a Luna quizá ya lo andaban “venadeando” desde el pasado 1 de diciembre. Y que los presuntos agresores del SME, fueron en realidad provocadores infiltrados que habrían propiciado la llegada de la policía y su consecuente aprehensión.
La detención de Julián es irregular, porque fue remitido a un MP muy lejos del lugar donde acontecieron los hechos, señala Jesús Robles Maloof.
El defensor de los derechos humanos dijo a esta publicación que el joven detenido no portaba ninguna arma de fuego.
“Me parece muy grave que la detención haya sido por esta causa sin presentar un arma”, recalcó Robles Maloof.
El domingo, mucho antes de que diera inicio la marcha de protesta de San Lázaro, Ana Berenice de la Cruz Cortés, estudiante del Claustro de Sor Juana, fue detenida hacia las 10 de la mañana cuando caminaba por La Alameda con unos amigos.
Robles Maloof informó que la estudiante de noveno semestre de Comunicación fue remitida “hasta la montaña” a un MP ubicado en la delegación Magdalena Contreras
Algunos consideran que la estrategia del GDF es dificultar la defensa de los detenidos y al mismo tiempo dar un escarmiento público. Y que algunas detenciones no tienen que ver con la procuración de justicia sino que más bien se eznmarcan en una estrategia para recabar información de inteligencia policial.
Lo cierto, precisó Robles Maloof, es que al menos estas dos “son detenciones selectivas” que claramente buscan desalentar la participación ciudadana.
¿Quién es Julián Luna?
El activista social fue agredido en la protesta del 1 de diciembre en San Lázaro, tuvo lesiones certificadas por médicos por las heridas que ahí le infligieron y que lo tuvieron 14 días en el Hospital Magdalena de las Salinas.
También participó en las tomas de Rectoría y la intervención de la Estela Luz, pero hasta antes de ser detenido el sábado pasado no contaba con ninguna averiguación previa en su contra.
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