Entre traiciones y acuerdos
Los puntos de vista de los coordinadores de campaña del PAN en Jalisco están divididos.
Y es que aunque los que llevan la campaña del panista Fernando Guzmán Pérez Peláez ven como una traición el acercamiento de otros panistas a Enrique Alfaro Ramírez, estos últimos no ven alternativa alguna.
Guzmán Pérez Peláez no sube en las encuestas y quizá la única posibilidad real para no entregarle al PRI el estado es apoyar a Alfaro Ramírez.
Con todas la implicaciones para ambas partes, hay quien dice que la decisión de apoyar a Alfaro ya está tomada.
Paloma Robles
Los puntos de vista de los coordinadores de campaña del PAN en Jalisco están divididos.
Y es que aunque los que llevan la campaña del panista Fernando Guzmán Pérez Peláez ven como una traición el acercamiento de otros panistas a Enrique Alfaro Ramírez, estos últimos no ven alternativa alguna.
Guzmán Pérez Peláez no sube en las encuestas y quizá la única posibilidad real para no entregarle al PRI el estado es apoyar a Alfaro Ramírez.
Con todas la implicaciones para ambas partes, hay quien dice que la decisión de apoyar a Alfaro ya está tomada.
Los rumores son cada vez más fuertes y las voces vienen del interior del partido albiazul: que los coordinadores de campaña de Josefina Vázquez Mota están apoyando al candidato de izquierda en Jalisco.
Helbert Taylor Arthur y Diego Monraz Villaseñor habrían pasado información a la campaña de Alfaro y podrían estar trabajando un respaldo de las bases partidistas al candidato de izquierda.
Al interior del PAN existe la versión de que ellos promovieron rumores entre los medios de comunicación de la fuga de panistas a la campaña de Alfaro.
Y que eran los que resaltaban con insistencia, aun sin ser cuestionados al respecto, el tema de su apoyo al candidato de izquierda, aunque fuera para negarlo.
Por eso existe el temor de que a nivel nacional se esté operando también una alianza ante los resultados de la campaña de Vázquez Mota.
Una negociación que en el caso local es mal vista por algunos sectores del panismo y sin duda sería cuestionada por algunos seguidores del ex alcalde de Tlajomulco de Zúñiga.
Porque nadie puede negar la excelente relación que tuvo el Ayuntamiento de Tlajomulco con el Gobierno de Jalisco mientras fue alcalde Enrique Alfaro Ramírez.
De hecho el bajo perfil en los últimos días de la administración de Emilio González Márquez es visto por muchos como una resignación a la derrota de su candidato, al cual ha dejado en el abandono.
Y el gobernador necesita a un aliado a su salida, que lo mantenga blindado
La última declaración que hizo en una comida con Guzmán Pérez Peláez fue que si el ex secretario general de Gobierno quería declinar a su candidatura, era su decisión.
Una declaración que pesa luego de que Guzmán Pérez Peláez se desmarcara de la administración de González Márquez con su repetido discurso de los errores del PAN y la salida de Jorge Sánchez de su campaña.
Y es que para muchos éste era el último vínculo que existía entre Emilio y Fernando.
Aunque no sería la primera vez que Guzmán Pérez Peláez realizara cambios en su equipo de campaña.
Algunos de sus ex colaboradores cercanos que salieron de su campaña hace unos meses creen que la gente que quedó al interior de su equipo, no tiene experiencia en elecciones.
Pero Fernando Guzmán decidió mantenerlos por tratarse de sus incondicionales.
Personas que en su momento fueron señalados por recibir un sueldo en la Secretaría General de Gobierno y estar participando activamente en su precampaña.
Es el caso de Luis Alberto Ramírez de la Torre, Arturo Miguel Esqueda Román, Elizabeth del Carmen Oropeza, Silva Evelyn Saldívar Capetillo, todos ex funcionarios en la administración de González Márquez.
También se señala a Jorge Campos Molina, ex director de capacitación del gobierno de Jalisco así como a Leopoldo González Sánchez que trabajaba en la Secretaría General de Gobierno.
Otros más son Salvador Elizondo Sánchez de la Secretaría de Desarrollo Humano y Gilda Vanessa López Mena ex directora jurídica de la Subsecretaría de Asuntos del Interior.
Pero los ajustes en su campaña no han sido suficientes.
Y es que uno de los mayores retos que veían era la falta de popularidad del panista, por eso la gente que estuvo cerca de él dice que pecó de soberbio.
Porque pudiendo apostarle a una nueva estrategia, siguió con la misma que hoy lo tiene al borde de perder un estado conocido como un importante bastión panista.
Emilio y Enrique
El ex alcalde de Tlajomulco de Zúñiga, Enrique Alfaro Ramírez recibió durante su gestión más de mil 400 millones de pesos por parte del Gobierno del Estado.
Esto significa que el mandato del gobernador Emilio González Márquez entregó alrededor de 5.5 por ciento del presupuesto anual de inversión pública estatal a Alfaro Ramírez, actual candidato al gobierno de Jalisco por el partido Movimiento Ciudadano (MC).
Entre 2009 y 2011 Tlajomulco fue el cuarto lugar en inversión pública estatal.
La cantidad que fue entregada a este municipio que presidió Enrique Alfaro fue tan solo superada por los municipios de Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque.
El caso de 2009 es particular, pues según el Sistema de Información de Proyectos e Inversión Pública Estatal existe una diferencia de más de 200 millones de pesos entre dos de los reportes sobre inversión del estado a municipios.
En uno se reporta lo invertido en Tlajomulco de Zúñiga y se especifica la cantidad invertida en cada proyecto del municipio. En el otro reporte se señala lo invertido en cada municipio de Jalisco: las cifras no coinciden aunque en años posteriores sí.
Hay quienes cuestionan esta cercanía entre González Márquez y Alfaro Ramírez aún cuando militan en distintos partidos.
Juan Carlos Guerrero Fausto presidente del PRD Jalisco cuestiona la actitud poco crítica de Alfaro Ramírez ante los errores del actual gobernador de Jalisco.
Además de las cifras, los hechos alimentan esta hipótesis.
Emilio González Márquez asistió a la toma de protesta del alcalde de Tlajomulco y también estuvo presente en el Segundo Informe de Gobierno.
Algo que no hizo con ninguno de los otros alcaldes de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).
Alfaro Ramírez agradeció de forma reiterada la relación de amistad que le ofreció el gobernador González Márquez.
Y es que ante un inminente triunfo del enemigo común, el PRI, quizá el apoyo a Alfaro Ramírez es una de las pocas alternativas del PAN en Jalisco.
Las alianzas de Alfaro
La participación del candidato al gobierno de Jalisco en institutos políticos ha dejado un mal sabor de boca y hasta enemigos. De acercarse al PAN ¿respetará los acuerdos?
Del PRI al PRD. Del PRD a Movimiento Ciudadano, todos esos brincos partidistas han sido catalogados como traiciones y/o alianzas a conveniencia.
Para los detractores de Alfaro Ramírez se han convertido en el modus operandi del ex alcalde de Tlajomulco, quien de esta forma ha logrado acercarse a los puestos públicos que consiguió.
En los últimos años, el político ha insistido en romper sus compromisos con cada uno de los partidos y ha optado por decir que él no milita ni militará en ningún instituto político pese a que Movimiento Ciudadano es uno.
Alfaro Ramírez se inició en la política en el Revolucionario Institucional, ahí militó desde las juventudes priistas que acompañaron en la contienda a la Presidencia de la República a Francisco Labastida y hasta fue presidente del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político (ICADEP).
Sin embrago en 2005, en medio de una crisis al interior del PRI de Jalisco, Alfaro Ramírez decide rescindir de su militancia priista y en consecuencia obtuvo una diputación plurinominal en el Congreso del Estado de 2007 a 2009 apoyado por el PRD.
A principios del año 2012, Alfaro Ramírez tuvo de nuevo un coqueteo con los priistas que le ofrecieron una senaduría y otros espacios de representación a cambio de que no contendiera por la gubernatura.
Alfaro declinó a la propuesta alegando que no buscaba un hueso y que no compartía el proyecto nacional del PRI.
La insidiosa relación con el PRD
A su salida del Congreso en 2009, Alfaro Ramírez logró ganar –desde el perredismo– la alcaldía de Tlajomulco con apoyo del grupo de la Universidad de Guadalajara (UdeG) que controlaba el PRD y con quien rompió relación a los dos meses de iniciada la administración.
El entonces alcalde denunció que el líder moral de la universidad Raúl Padilla López le pedía el control de hasta el 60 por ciento de las plazas del municipio, situación que contravenía a su proyecto de gobierno.
Tras la escandalosa ruptura en la que Enrique Alfaro también negó su militancia perredista, la ambición de los alfaristas obligó de nueva cuenta a enfrentar al grupo con el que se había aliado, ahora en busca de la candidatura al Gobierno del Estado.
Tras un proceso muy complicado de designación de candidato por fin se logró la alianza de los tres partidos de Izquierda, PRD, PT y Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) pero el pacto duró apenas unos días.
Por un lado en el PRD de Jalisco se quejaban de que Alfaro exigía que todas las decisiones de partido se triangularan con la dirigencia nacional, al tiempo que no había ninguna apertura de parte del candidato para la concertación de los candidatos a puestos de elección popular.
De parte de los alfaristas se decía que el grupo de Padilla quería chantajear en cada una de las decisiones que tomaba el PRD por lo que aseguró que prefería luchar “hasta el final” en vez de “dejar pedazos de dignidad en el camino buscando metas u objetivos que no trasciendan”.
Pese a la división de la izquierda, el movimiento alfarista ha aumentado su popularidad en amplios sectores del sociedad.
Sin embargo la izquierda jalisciense históricamente ha sido una corriente desdibujada y desarticulada por lo que la posibilidad de hacer una alianza con el PAN no suena descabellada.
Y es que muchos panistas están inconformes con el candidato de Acción Nacional, Fernando Guzmán.
No obstante lo anterior, la alianza podría generar inconfomidad entre los ciudadanos que no aceptan a Acción Nacional.
Por lo que la alianza implícita o explícita Movimiento Ciudadano-PAN podría ser una estrategia de coalición al estilo Alfaro: con amplias posibilidades de romperse.
Y el supuesto apoyo del gobernador al candidato de izquierda no puede estar exento de una traición, pues aunque el enemigo común entre Emilio y Enrique es Raúl Padilla, en su momento González Márquez también da la espalda a los que apoya.
En tiempos de Carlos Briseño como rector de la UdeG el gobernador infló las aspiraciones del universitario de ser gobernador, pero tras los conflictos internos que derivaron en la destitución de Briseño, el apoyo de Emilio González Márquez se desvaneció.