Era suya… ¡y la dejó ir!

Alcanzar la final del torneo de futbol. Jugar en la cancha del rival, que acabó primero en la tabla general. Recuperarte de un 3-0; fallas el penal que te daría la victoria y en la última jugada metes autogol...

Eso dejaría a cualquiera con un amargo sabor a frustración. Escenarios como éste no están nada lejos de la realidad; para muestra basta con mencionar a la ex candidata a la jefatura delegacional en Benito Juárez, Leticia Varela.

Jonathan Villanueva Jonathan Villanueva Publicado el
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En el Tribunal Electoral ya se delinea el criterio de este caso: “si el PRD quiere nulidad de la votación en casillas debía impugnar el cómputo distrital a más tardar el viernes 6 de julio”
La diferencia entre Varelay Jorge Romero fue menor a 500 votos. Hubo más de 5 mil 500 sufragios anulados, cantidad que pudo ser el fiel de la balanza para cualquiera de los dos
La candidata del sol azteca, Leticia Varela, presentó la impugnación de esa elección el 9 de julio pasado, fecha considerada fuera de los plazos que marca la Ley Procesal

Alcanzar la final del torneo de futbol. Jugar en la cancha del rival, que acabó primero en la tabla general. Recuperarte de un 3-0; fallas el penal que te daría la victoria y en la última jugada metes autogol…

Eso dejaría a cualquiera con un amargo sabor a frustración. Escenarios como éste no están nada lejos de la realidad; para muestra basta con mencionar a la ex candidata a la jefatura delegacional en Benito Juárez, Leticia Varela.

Y es que la abanderada del Movimiento Progresista hizo lo impensable: poner contra las cuerdas a la cúpula panista en el bastión azul más importante de la ciudad.

Al grado que perdió la elección ante el candidato del PAN, Jorge Romero, por una diferencia menor a 500 votos que le permitió diseñar un par de estrategias jurídicas para revertir el resultado final.

De acuerdo con especialistas en materia electoral, basta y sobra con anular tres casillas y la revisión de todos los sufragios para ungir a Varela como la próxima delegada en Benito Juárez.

Sin embargo, la también ex secretaria de Finanzas del PRD-DF ya perdió cualquier oportunidad de otorgarle a su partido la décimoquinta demarcación territorial (tiene 14) de este proceso electoral.

Esto, debido a que el equipo jurídico del Movimiento Progresista presentó la impugnación de esa elección el 9 de julio pasado, fecha que según la estimación oficial está fuera de los plazos que marca la Ley Procesal.

Por ello se presume imposible que los magistrados del Tribunal Electoral del Distrito Federal (TEDF) y los de instancias federales puedan, siquiera, estudiar el asunto y pronunciarse al respecto.

Y en sentido estricto, el juicio será desechado…

Analicemos:

1.- Los candidatos y partidos tienen hasta cuatro días para presentar un juicio de inconformidad ante el Tribunal Electoral del DF, de acuerdo con el artículo 16 de la Ley Procesal para el Distrito Federal.

2.- El Movimiento Progresista presentó el 9 de julio un medio de impugnación solicitando la nulidad de varias casillas y la revisión de todos las urnas de los distritos que comprenden la demarcación.

3.- El documento se ingresó tomando como parámetro el 5 de julio de 2012, fecha en que se llevó a cabo el computo delegacional, consistente en la suma de las actas de los distritos XVII y XX.

4.- Jurídicamente no se impugnó ese cómputo (sumatoria), sino el conteo de las casillas; resultados que se dieron a conocer desde el pasado 2 de julio, y por lo tanto a partir de ahí corrió el término.

5.- El artículo 78 de la Ley Procesal señala que “cuando el juicio electoral se relacione con los resultados de los cómputos, el plazo para interponer este juicio iniciará al día siguiente a la conclusión del cómputo distrital de la elección de que se trate”.

6.- Al interior del TEDF ya comienza a delinearse el criterio de este caso: “si el PRD quiere nulidad de la votación en casillas debió impugnar el cómputo distrital a más tardar el viernes seis de julio”.

Por eso el proyecto de resolución parece insalvable y se prevé que será desechado por el Pleno del Tribunal Electoral local en dos semanas, pues de lo contrario sería la Sala Regional quien les enmiende la plana.

La ruta hacia el triunfo

En la recta final del 2011, el partido del sol azteca eligió a sus abanderados a puestos de elección popular a través de un novedoso método llamado “encuestas”.

Es así como pusieron fin, al menos en el discurso, a los tradicionales agarrones entre tribus en su búsqueda por obtener una candidatura en el principal bastión de la izquierda: el DF.

En Benito Juárez sólo había dos grupos interesados en postular candidatos: Izquierda Social, encabezada por Martí Batres y la corriente más poderosa en la ciudad Izquierda Democrática Nacional, de René Bejarano.

El antagonismo entre estos dos personajes data de por lo menos seis años atrás. Y en la convención del Consejo Estatal del PRD, donde se eligieron a los abanderados se refrendó la fractura.

Bejarano negoció con el grupo del Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard; entre ambos sacaron la mayor tajada de candidaturas; Martí Batres quedó fuera y perdió posiciones en sus dos bastiones: Benito Juárez y Xochimilco.

La ganadora fue Leticia Varela –alfil de la IDN desde la ruptura con Alejandra Barrales– y quien aprovechó el momento para hacer un despliegue publicitario en toda la demarcación.

Dan prueba de ello las decenas de quejas que llegaron al Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) por presuntos actos anticipados de campaña por parte de la perredista.

Un golpe de suerte

Mientras que la candidata del PRD-PT-MC se benefició de la rivalidad Bejarano-Batres, en el PAN se registraba otra batalla. Y ésta la protagonizaban Jorge Romero y Alfredo Vinalay.

La lucha se dio en todos los frentes y por todos los cargos, tan así que dejaron de hacer trabajo territorial y desde meses atrás se avizoraba una derrota contundente del PAN en el plano local y nacional.

Jorge Romero estuvo a punto de perder la candidatura frente a Vinalay en la Sala Regional del Poder Judicial de la Federación por rebasar el tope de gastos de campaña.

Incluso los magistrados presentaron un proyecto que iba en ese sentido, el cual fue modificado de último momento.

Los vecinos y empresarios de la delegación comenzaron a colocar mantas en contra de Romero, acusándolo de corrupción y extorsión.

El efecto fue un empate técnico entre el PRD y el PAN, que al último le dio el triunfo al segundo.

El factor Batres

Durante la jornada electoral pasó algo inusual. Sobre todo en esa demarcación donde si algo hay es voto azul.

Mientras la diferencia entre Varela y Romero fue menor a 500 votos, hubo más de cinco mil 500 sufragios que fueron anulados, cantidad que pudo ser fiel de la balanza para cualquiera de los dos lados.

“El problema es que en el PAN no había razón para anular tantos votos. En cambio la exclusión de Martí en Benito Juárez si implicaba una molestia hacia Varela”, dijo una fuente al interior del PRD.

Esta hipótesis cobra fuerza con el comparativo en la elección de Jefe de Gobierno, donde ni Miguel Ángel Mancera o Isabel Miranda de Wallace tuvieron tantos votos nulos.

“Como si hubiera un voto de castigo para Leticia Varela. Donde el mayor número de perredistas son afines a Martí Batres”, concluyó.

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