Espino cambia de camiseta
Manuel Espino, ex dirigente nacional del Partido Acción Nacional, recorrerá el país promoviendo el voto a favor del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto.
Según él, que se dice panista, esto no significa apoye al PRI. Sólo al candidato.
“Si tú no sabes distinguir entre lo que es votar por una persona, y otra por un partido, no es mi problema”, responde elevando el tono de voz.
El líder del movimiento “Volver a Empezar” enfoca sus baterías a elogiar a Peña Nieto.
Félix Arredondo
Manuel Espino, ex dirigente nacional del Partido Acción Nacional, recorrerá el país promoviendo el voto a favor del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto.
Según él, que se dice panista, esto no significa apoye al PRI. Sólo al candidato.
“Si tú no sabes distinguir entre lo que es votar por una persona, y otra por un partido, no es mi problema”, responde elevando el tono de voz.
El líder del movimiento “Volver a Empezar” enfoca sus baterías a elogiar a Peña Nieto.
Durante un evento que originalmente era para todos los candidatos, aunque nada más asistió Peña Nieto, anunció su incorporación a la tarea electoral.
Y su oferta no es despreciable, ya que el ex panista expulsado de Acción Nacional dijo tener a 940 mil personas dispuestas a dar su voto al candidato tricolor.
A cambio, Peña Nieto firmó el compromiso de apoyar una reforma política en beneficio de los ciudadanos, uno de los pilares de “Volver a Empezar”.
Ambos se fundieron en un abrazo.
Y Espino levantó la mano de Peña en señal de triunfo.
La escena desconcertó, pero el discurso más: “De manera, Enrique, que no solamente cuentas con el apoyo del movimiento ‘Volver a Empezar’, cuentas con mi voto personal. Contarás con el voto de miles y miles de ciudadanos que están en este movimiento.
“Lo hacemos porque decidimos que eres en quien mejor podemos confiar para sacar adelante a nuestro país y con base a las coincidencias que ya hemos expresado y que acabamos de firmar”, dijo solemne Manuel Espino.
La decisión, aseguró, fue colegiada. No es nada personal. El tema se llevó a una mesa de votación en la que participaron los representantes de cada estado, y ellos optaron por dar el voto al ex gobernador del Estado de México.
Espino insistió en que es respetuoso y que no puede ir en contra de la decisión de las mayorías.
“El movimiento nacional, por conducto de su asamblea nacional, decidió que va a respaldar a Enrique Peña Nieto. No fue una decisión fácil, habemos de todos los partidos”, advirtió.
De pronto se convirtió en promotor del voto a favor del candidato del partido que es el acérrimo rival del PAN.
“A partir de hoy comenzaré a promover en todo México el voto útil. Y con respeto a mis amigos y compañeros de partido, voy a pedirles que no desperdicien su voto, que lo depositen en las urnas con sentido de responsabilidad y visión de Estado a favor de Enrique Peña Nieto”, dijo quien militó en el PAN durante más de 30 años.
Pero esto no fue todo. Frente a Peña Nieto, Beatriz Paredes y una pléyade de militantes tricolores, auguró su regreso a las filas del PAN.
“Pronto trabajaré desde adentro del Partido Acción Nacional para reivindicarlo como un instrumento al servicio de la sociedad”, afirmó orgulloso, sin despertar la emoción de un auditorio eminentemente priista.
Y es que está claro que el político norteño cambió de camiseta. Lo que no se sabe bien es con cuál de quedó.
Volver a ganar… a cualquier precio
“Aunque Carlos Salinas de Gortari se ufanaba diciendo que ‘el PRI es así porque así es México’, debemos reconocer que los priistas como él (que no todos son iguales, pues los hay valiosos) acabaron por hacer a una minoría significativa del país a su manera, tras imbuir sus prácticas corruptas en gran parte de nuestras costumbres sociales.
“Si de algo habría que acusar a los políticos del sistema autoritario es de haber hecho un daño profundo a la ética política y a los valores cívicos del mexicano durante setenta años, daño que no será fácil sanar”.
Quien así se expresaba del PRI todavía en 2010 era Manuel Espino Barrientos. Encontramos estas citas en su blog.
El autor es el mismo que insistía en la importancia de mantener vigentes los ideales de Manuel Gómez Morín.
En un giro aparentemente insospechado, ayer martes, el que fuera presidente del PAN entre 2004 y 2007 cambió de opinión.
Y, como en otros tiempos lo hubiera hecho el más típico de los gobernadores priistas, Espino se fue a la cargada con el puntero de las encuestas, Enrique Peña Nieto.
En un acto público frente al candidato priista, comprometió no solo su voto personal, sino también el de los supuestos 900 mil seguidores que según él agrupa su movimiento “Volver a Empezar”.
‘El priista que llevo dentro’
Todavía en el año 2009, 15 días después de las elecciones intermedias, el todavía panista declaró en una entrevista para CNN Expansión: “Yo espero que el pequeño priista que tengo dentro se quede muy pequeñito”.
Pero la esperanza de Espino se frustró. En tan solo dos años, el pequeño panista creció hasta convertirse en un gigante, casi del mismo tamaño del priista, que también siempre llevó dentro Vicente Fox. Hoy ambos están con el PRI de Enrique Peña Nieto, aunque se siguen llamando panistas.
Aunque para muchos “el golpe de timón” de Manuel Espino fue sorpresivo, para otros no lo fue tanto. Y es que basta recordar que en el 2006 el ex presidente del PAN hizo una inconfesable y discreta alianza con los gobernadores priistas del Tucom.
El argumento del 2006 era el mismo que el de ahora. La justificación del voto útil. Si Roberto Madrazo iba a perder, ¿por qué no orientar el voto priista “manipulable” a favor de Felipe Calderón?
No importaba si era ético o no “utilizar” el voto corporativo que los gobernadores priistas deberían haber orientado a favor del PRI con el dinero publico.
Para Manuel Espino, lo importante era ganar a cualquier precio. Entonces y ahora. Sobre aquella época, dos años después, el propio Espino relató cómo sucedieron las cosas en ese momento. Lo hizo en una entrevista publicada en Milenio en julio de 2008.
“Cuando se nos desfonda la campaña después del segundo debate, cuando López Obrador pone contra las cuerdas a nuestro candidato con lo de su cuñado. Entramos a una especie de conciencia perpleja de ahora qué hacemos, y yo veía al equipo de la campaña preocupado, mientras la gente reaccionaba yo me fui a ver a los gobernadores, no lo platiqué con Felipe”.
Los dados estaban echados. Era votar por Felipe Calderón o dejar que ganara Andrés López Obrador.
“Platiqué con 10, les dije: ‘Tu candidato ya se quedó en la carrera, entonces escoge, o quieres de presidente a Felipe o quieres a Andrés Manuel, así de sencillo’”.
Les planteó las ventajas de votar por el panista.
“Si quieres a Felipe cabe la posibilidad de un gobierno como el de Fox que les dé su lugar, que los trate de manera equitativa, que no les limite los apoyos, les dé un tratamiento de Estado”.
Y les advirtió: “si gana López Obrador cuidémonos ambos, quién sabe cómo le vaya al país”.
Y siguió contando al reportero: “Sé que seis apoyaron, de dos tengo duda y dos no lo hicieron, pero creo que le dijeron a Calderón ‘yo te ayudé’ y a lo mejor hasta se los creyó. Iba en detrimento de él”.
Ayer martes, Manuel Espino Barrientos repitió la historia.