Esta es la historia de Marco San Juan, quien fue por unos litros de gasolina y aún no regresa

Su sobrina, Wendy, al hablar de su tío deja claro que Marco San Juan es padre de tres hijos, obrero, no se dedicaba al huachicoleo y es honrado
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Wendy acompaña a su tía Lidia para encontrar a su tío Marco San Juan, de 27 años, es obrero que labora en Tula, Hidalgo. Hace énfasis en hablar en presente porque tienen la esperanza de encontrarlo con vida.

Mira el terreno donde se siembra alfalfa, aledaño a donde se registró la explosión de los ductos de Pemex, filas de mujeres y hombres y peritos, caminan muy despacio para encontrar cualquier indicio que pudiera dar alguna señal de sus familiares.

Wendy todavía no se explica cómo llegó tanta gente al lugar, en toda la colonia se corrió la voz de que había una gran fuga en los ductos de Pemex, era un festín donde familias enteras, mujeres y niños, llegaban con bidones y tambos, cubetas y lo que tuvieran a la mano para llenarlas de gasolina.

Desgraciadamente, dice a Notimex, por unos litros de gasolina, pues ahorita no sabemos nada de él, las autoridades no dan respuestas, desde el sábado los traen a vuelta y vuelta.

Él salió como a las 6 de la tarde con tambos y cubetas, como muchos vecinos, que también salieron a llenar sus bidones y tampoco sabemos de ellos.

Dijo que ya revisaron las listas, ya fueron a varios hospitales, ya se hicieron la prueba del ADN, ya fueron al lugar de la explosión y se abrió una carpeta de investigación en el Ministerio Público y hasta ahorita nada.

Al hablar de su tío, deja claro que Marco San Juan es padre de tres hijos, obrero, no se dedicaba al huachicoleo, es honrado y siempre ha trabajado para mantener a su familia, por eso hoy lamenta que en las redes sociales los traten como rateros, porque como su tío, sus vecinos también eran hombres trabajadores, que por necesidad, por curiosidad o por la euforia que se dio en ese momento acudieron al lugar para obtener gasolina.

Detalla que el chorro de gasolina era enorme, se podía ver desde muy lejos y la gente cuando se dio cuenta empezó a decirle a sus vecinos y conocidos y muchos fueron a abastecerse, ninguno tenía la intención de venderla.

No se trata solo de mi tío, expone Wendy, sino que después de la explosión nos dimos cuenta que faltaban otros vecinos.
Originaria de Tlahuelilpan, menciona que en este momento lo importante es encontrarlos y no tener la incertidumbre de no saber cómo están, más cuando tienen hijos pequeños.

“En las redes sociales están hasta burlándose de las personas que están heridas o incluso muertas, sin saber cual era su necesidad, sin tomar en cuenta que eran padre de familia, que trabajaban y no se dedicaban a robar gasolina”, insistió.
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