Hambre, frío, enfermedades y la constante amenaza del crimen organizado, son sólo algunas de las situaciones que ponen en riesgo la vida de las personas indígenas desplazadas de Chalchihuitán, Chiapas.
La Quinta Visitaduría General de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) visitó los campamentos y comunidades en las que se han refugiado esta población, y constató las precarias condiciones en las que viven las personas.
El principal problema que enfrentan los indígenas desplazados es la alimentación, primero porque les son insuficientes los alimentos y, segundo, porque muchos de éstos son enlatados, los cuales no son adecuados para su salud, considerando su dieta alimenticia tradicional.
Además beben agua insalubre y contaminada que extraen de pozos y escurrideros. Por si esto fuera poco, su salud es mala por las condiciones extremas del ambiente, lo cual se gravan ante la falta de ropa y zapatos adecuados para soportar el frío.
Los representantes de las comunidades de Chalchihuitán informaron que de las 5 mil 23 personas que se encontraban en situaciones de desplazamiento, han retornado a sus viviendas 3 mil 858 y los mil 165 restantes permanecen en los campamentos.
Y es que además del problema del hambre, el agua y el frío, los indígenas sufren el acoso de la delincuencia organizada, por lo que algunos habitantes de las comunidades de Canalumtic, Tulantic y Pom se negaron a regresar a sus hogares.
La CNDH también observó la insuficiente presencia de la Policía Estatal Preventiba sin las condiciones para preber la seguridad, pues los pobladores han escuchado en diversas ocasiones disparos de arma de fuego.
Fue en octubre, miles de indígenas tuvieron que desplazarse ante el incendio de sus viviendas, amenazas y disparos de grupos armados, las personas de Chalchihuitán se refugiaron en el bosque montañoso, en el marco de un antiguo conflicto territorial entre los municipios de Chanalhó y Chalchihuitán.