Estudiantes consideran pintar paredes y bloquear avenidas para manifestarse en el futuro
Estudiantes de secundaria imitarían las prácticas de protesta para expresar su manera de pensar ante la autoridad; no obstante, también comparten las amenazas a futuro de los adultos
Indigo StaffEn México, una forma en la que muchos sectores de la población hacen ver su molestia a las autoridades es mediante marchas y bloqueos. Muestra de ello son las decenas de marchas en contra del aumento en el precio de la gasolina, el cual aglomeró inconformes en la Ciudad de México y otras entidades como Chiapas, Tabasco, Jalisco, Estado de México, Puebla, entre otras.
Esta práctica tan común en el país, ha contagiado a la población más joven, pues el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana 2016 (ICCS, por sus siglas en inglés), determinó que más del 40 por ciento de los estudiantes consideraría pintar paredes o bloquear el tránsito para expresar su opinión, cifra muy por encima de la media internacional que se encuentra en alrededor de un 20 por ciento en ambos temas.
Los resultados de la encuesta revelaron también que un 35 por ciento de los estudiantes, ocuparía edificios públicos como forma de protesta. De los 5 países latinoamericanos que se incluyeron en el estudio, México fue el segundo país con mayor porcentaje de estudiantes que dijo que realizaría estas acciones, sólo por debajo de República Dominicana.
En contraste con las formas de expresión que utilizarían los estudiantes, se encuentra la poca confianza que tienen de los partidos políticos, que se encuentra por debajo de la media de los países que se incluyeron en el estudio.
De los alumnos encuestados, sólo el 37 por ciento dijo confiar en los partidos políticos. Un 56 por ciento dijo confiar en los medios de comunicación tradicionales, y un 48 por ciento, en la información que circula en redes sociales.
Los resultados globales del ICCS han colocado a México como un país reprobado en educación cívica. Su puntaje fue de 467 puntos, y se ubicó en el lugar 19 de 21 países, a pesar de incrementar su puntaje con respecto al mismo estudio realizado en 2009 por 15 puntos.
México, está por debajo de Colombia (482 puntos) y por encima de Perú (438 puntos). El mejor evaluado fue Dinamarca, con 586 puntos.
El país se encontró entre los países en los que “los estudiantes identifican los principios fundamentales y los conceptos gruesos relacionados al civismo y la ciudadanía”; sin embargo, no demuestran una comprensión integral de estos conceptos, ni demuestran una perspectiva crítica, en comparación con los países que ocupan las primeras posiciones.
LAS AMENAZAS QUE PERCIBEN PARA EL FUTURO
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2017 (Envipe), realizada por el Inegi, reveló que el 60 por ciento de los mexicanos mayores de 18 años, están preocupados por la inseguridad, el aumento de precios y el desempleo. Esta tendencia de preocupaciones también afecta a la población estudiantil de nivel básico.
Los resultados del ICCS, determinaron que la contaminación, la escasez de agua y alimentos, y contraer alguna enfermedad infecciosa, son las principales amenazas que perciben. Sin embargo, a estas le siguen ña pobreza, el crimen, los conflictos violentos y el desempleo.
En torno al tema de la participación ciudadana en elecciones tanto federales como estatales y municipales, la juventud superó la media internacional, pues en promedio, el 87 por ciento dijo que sí participaría para elegir a sus gobernantes. La media internacional se instaló en un 83 por ciento.
El informe ejecutivo del Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana 2016, ha sido aplicado en México por segunda oportunidad. En el 2009, la SEP fue la encargada de aplicarlo; el año pasado, el INEE fue el encargado de realizarlo.
El estudio fue aplicado a 5 mil 526 estudiantes de segundo grado de secundaria; también contó con la participación de mil 918 profesores y 213 directores de instituciones educativas.
El INEE concluyó que los niveles de desempeño de los estudiantes se encuentra muy por debajo de la media internacional, lo cual resulta preocupante si se considera que “para que los jóvenes puedan asumir una ciudadanía responsable en el siglo XXI”, los jóvenes son más proclives a “protestar violentando la ley”.
