La necesidad que tiene México por exhumar decenas de miles de cuerpos de las fosas comunes del país para proceder con su identificación lo coloca en una situación similar a la que está viviendo España, país que enfrenta el mismo reto pero con las víctimas de su Guerra Civil y la dictadura franquista.
De acuerdo con un informe publicado por el Gobierno español, a ese país le tomó dos décadas la exploración de casi 800 fosas comunes, de las cuales exhumó los restos de más de nueve mil personas, una demora que, de replicarse en México, significaría un duro golpe para todas las familias que están desesperadas por encontrar a sus familiares desaparecidos.
En el documento titulado “Las exhumaciones de la Guerra Civil y la dictadura franquista 2000-2019. Estado actual y recomendaciones de futuro”, publicado por el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática de aquel país, en octubre de 2020, se informa: “A lo largo de los últimos años, el movimiento social para la Recuperación de la Memoria Histórica, esto es el interés por las personas represaliadas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, se ha centrado de forma especial en materia de víctimas asesinadas y enterradas clandestinamente en fosas comunes.
“En tal sentido, contando con un apoyo institucional insuficiente y la mayoría de las veces completamente ausente, desde el año 2000 y con el impulso de las asociaciones de memoria histórica, se han llevado a cabo exhumaciones en toda la geografía española interviniendo en 777 fosas comunes y recuperando 9 mil 552 esqueletos”
Las labores de exhumación que se han realizado en España han entrañado gran dificultad, por la variedad de escenarios en que se han encontrado los enterramientos intervenidos.
“La tipología de los casos alcanza por mayoría a víctimas civiles enterradas en lugares clandestinos y no permitidos para ello (fosas comunes en cunetas, descampados y montes, además de pozos, minas y simas), así como en cementerios (intramuros y extramuros) y también a fallecidos en combate inhumados en trincheras o abandonados en el terreno de los frentes de guerra y de presos muertos en custodia.”
Exhumaciones de fosas comunes, asignatura compartida
México y España, por lo tanto, comparten esa gran asignatura pendiente: la puesta en marcha de un programa masivo de exhumaciones para determinar la identidad de miles de individuos que hoy yacen inhumados en fosas comunes, aunque por causas sociales e históricas muy distintas.
De hecho, en los dos países se estima que aún hay decenas de miles de cuerpos —o restos— en fosas comunes que aguardan por su identificación.
En el caso de España, el informe señala: “No se conoce con exactitud cuántas fosas quedan por abrir y cuántas personas siguen desaparecidas. Con los datos con los que contamos hasta el momento se estima que con una intervención oficial del Estado podrían recuperarse unos 20 a 25 mil individuos y de ellos quizá sea posible identificar entre cinco y siete mil personas”.
Y agrega: “Para ello proponemos crear un “Consejo Asesor de Memoria Histórica” que con carácter técnico dirija los procedimientos de exhumación y posteriores análisis. Este Consejo Asesor necesitaría para todo el país siete Equipos Forenses de Intervención para resolver en unos cuatro o cinco años el problema de los desaparecidos de la Guerra Civil. En total, se estima que sería necesario contar con unos 40-50 profesionales durante estos años”.
Como en México la violencia se esparció por todo el territorio español, por lo que la tarea proyectada es ardua.
“Tal y como acreditan las fuentes históricas, se ha constatado que este tipo de represión, con resultado de muerte, fue generalizada en toda la geografía española, alcanzando a la población civil de ambos sexos y de todas las edades sin que existan, hasta la actualidad, investigaciones oficiales al respecto y que acrediten o validen dichos resultados”.
Tanto México como España carecen de un programa masivo de exhumaciones para determinar la identidad de miles de cuerpos
Horizonte mexicano
En México, por su parte, organizaciones como el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México han reportado que seis de cada 10 cuerpos sin identificar en el país se encuentran inhumados en fosas comunes.
Así lo señala en el informe “La crisis forense en México: más de 52 mil personas sin identificar”: “Según fuentes oficiales, existen por lo menos 52 mil 004 personas fallecidas no identificadas en México. Es importante resaltar que la cifra, si bien es oficial, se trata de una estimación mínima. Hay razones para suponer que la cifra real es muy superior”.
Los datos fueron revisados por el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México y revelan una profunda crisis forense en materia de identificación humana.
Y complementa: “Según la cifra reportada por las autoridades, en las fosas comunes hay 31 mil 488 personas fallecidas sin identificar. El hecho de que la mayoría de ellas (60 por ciento) se encuentre en esta clase de espacios es grave debido a la falta de protocolos para su inhumación, la ausencia de registros sobre la cantidad de cuerpos y su ubicación exacta, la falta del seguimiento a la cadena de custodia y la deficiente infraestructura con la que cuenta el Estado para la gestión, inhumación, exhumación y seguimiento de las carpetas de investigación”.
La Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas prevé la implementación de un Programa Nacional de Exhumaciones e Identificación Forense –que aún está pendiente–, lo que implicará una labor titánica, considerando todos los sitios a intervenir.
Las labores de exhumación en España han resultado un reto debido a que las víctimas fueron enterradas en lugares clandestinos ubicados en montes, pozos y minas
“Actualmente, en las zonas metropolitanas del país existen seis mil 069 fosas comunes en operación, las cuales están distribuidas en 249 panteones. Cada municipio cuenta con su propia reglamentación para la inhumación en fosas de su jurisdicción. El problema con la trazabilidad de los cuerpos en fosas comunes es que en menos de la mitad de los cementerios emplean medios digitales para llevar sus registros. El resto usa bitácoras o simplemente carece de registros.”
