La lucha contra la mala alimentación en México requiere de un esfuerzo integral y que las personas tengan educación sobre la comida saludable, el respeto al entorno y que dichos alimentos estén a disposición de las personas, explica Alberto Bricio, profesor de la Universidad de Colima.
“En lo personal creo que se ha destinado demasiado esfuerzo para visibilizar los productos industrializados cuando sabemos que la educación es primordial, sobre todo a nivel básico, que es cuando aprenden a elegir sus alimentos”, explica el especialista.
El también colaborador del Laboratorio de Datos contra la Obesidad dice que educar a las personas para que lleven una buena alimentación es una inversión cuyos resultados no se verán de manera inmediata, pero en unos años tendrían un impacto generacional inmenso.
“Es una situación muy compleja porque el problema que tenemos en México y en el mundo sobre el exceso de peso y la alimentación deficiente es multifactorial, es decir, se tiene que entender que se origina por múltiples motivos”, señala.
Considera que parte importante del problema es resolver que las personas tengan acceso con precios accesibles a productos frescos para así evitar el consumo de otros alimentos ultraprocesados.
“Si no atendemos el abasto de alimentos, todas las intenciones que tengamos van a quedar ahí, a medias, porque no van a llegar al público”, dice.
El experto recomienda a las personas que revisen qué tanto consumen de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas y disminuyan la cantidad de ser necesario.
“Vayan verificando qué tantos alimentos procesados consumen en casa. La idea es ir reduciéndolos cada vez más, ya que muchas veces por cuestiones de practicidad solemos aumentarlos, es decir, si tuviera que elegir hacer una salsa de tomate o comprarla, sería mejor hacerla. Si quiero comprar alguna bebida, en vez de que sea de sobrecito o algún refresco, puedo prepararme algún agua fresca de jamaica o con alguna fruta y también sería mucho mejor”, explica.