Las universidades nacieron como instituciones masculinas a las que las mujeres no tenían acceso. Ahora que ya ejercen su derecho a la educación superior, no hay garantía de su integración a la vida institucional, sobre todo cuando se trata de ocupar puestos de toma de decisiones, incluyendo los puestos de rectoría.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tiene la posibilidad de salir de esta estadística. A partir de hoy, la Junta de Gobierno comenzará a entrevistar en privado a los tres aspirantes a la Torre de Rectoría.
Quienes a su juicio cumplieron de mejor manera con los requisitos establecidos en la legislación universitaria son Enrique Graue Wiechers, rector en funciones que busca la reelección por cuatro años más; Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), y Angélica Cuéllar Vázquez, directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).
Con la publicación de la convocatoria el jueves 26 de septiembre, la Máxima Casa de Estudios comenzó formalmente el proceso para elegir a la persona encargada de Rectoría para el periodo 2019- 2023.
Ese mismo día Graue se autoproclamó candidato para competir por lo que llama “la mayor distinción”.
El 27 de septiembre, Salazar manifestó sus intenciones y las formalizó el 7 de octubre, último día marcado en la convocatoria.
Cuéllar presentó su plan de trabajo el 3 de octubre, tras haber anunciado su aspiración por “el más alto honor” el domingo 29 de septiembre.
El académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, Daniel Velázquez Vázquez, quedó fuera de la terna que dio a conocer la Junta de Gobierno el 24 de octubre.
En caso de que Enrique Graue sea rector por un segundo y último cuatrienio, el grupo de Medicina mantendrá el control de la UNAM. Pues tanto José Narro como Juan Ramón de la Fuente estuvieron en el cargo dos periodos, de 1999 a 2007 y de 2007 a 2015, respectivamente.
Si el cargo es para el jurista Salazar o la socióloga Cuéllar, la institución educativa estará en manos de científicos sociales, hecho que no ocurre desde 1989, cuando el abogado Jorge Carpizo fue rector.
De 1989 a 1996, el biólogo José Sarukhan ostentó el puesto y el químico Francisco Barnés lo sucedió los siguientes cuatro años.
Pero la Máxima Casa de Estudios no ha tenido ninguna rectora y Angélica Cuéllar podría ser la primera mujer en lograrlo.
En entrevista con Reporte Índigo Cuéllar platica su experiencia femenina en la UNAM y el proyecto transversal de género que planea implementar.
Asimismo, Raquel Ramírez Salgado, doctora en Ciencias Políticas y Sociales, y María Gabriela Castellanos Abundiz, coordinadora de la Comisión Local de Equidad de Género de la FES Acatlán, explican el techo de cristal que tienen que romper las universitarias para desempeñar cargos directivos.
También puedes leer: UNAM presenta a los 4 candidatos para la Rectoría
Cuéllar, visión femenina y social
Angélica Cuéllar se denomina hija de la UNAM, donde se ha desarrollado profesional y personalmente.
No se ha alejado de la Máxima Casa de Estudios desde que cursó la licenciatura, la maestría y el doctorado en Sociología, salvo cuando realizó el postdoctorado en Italia.
“Quiero ser la primera rectora de la Universidad Nacional Autónoma de México para encabezar una etapa en su desarrollo y fortalecer sus fundamentales aportaciones al conocimiento de México.
“Quiero ser la primera rectora de la UNAM y hacer crecer el sentido científico, humanístico, cultural y social de nuestra institución”, menciona en el mensaje difundido en los medios universitarios.
La idea de postularse como aspirante a la Rectoría le era lejana hasta que el apoyo de la comunidad la animó, lo que considera ya un triunfo por haberse ganado la confianza durante su gestión como directora de la FCPyS desde mayo de 2016.
“Creo que es un cambio, una mirada desde una científica social y también una mirada femenina, estos dos atributos me perfilan para estar en esta recta”, dice en entrevista.
Cuéllar es la segunda mujer en dirigir la Facultad de la que egresó; Cristina Puga Espinosa estuvo en el cargo de 1996 al 2000. Desde 1951, ha habido 13 administraciones de hombres.
Pero esto no significa que en su plan de trabajo priorice la investigación científica en su área, sino en las cuatro ramas del conocimiento: Físico-Matemáticas y de Ingeniería, Biológicas y de la Salud, Sociales y Humanidades y Artes.
“Busco comunicación con proyectos interdisciplinarios y multidisciplinarios. Entonces sería apoyar a la ciencia, a las humanidades y las artes”, menciona.
Algunos trascendidos en medios de comunicación la señalan como la candidata de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), primer presidente egresado de la FCPyS, pero ella lo desmiente y pide que no se deje de lado su trayectoria académica de más de 35 años.
Cuéllar pretende proteger la autonomía y mantener el examen de admisión, así como aumentar la matrícula sólo si hay recursos.
La socióloga sostiene que la responsabilidad de garantizar el derecho a la educación es del Estado, aunque la Máxima Casa de Estudios puede colaborar en ello.
“El examen de selección es parte de nuestra autonomía. La UNAM ha decidido hacer un filtro, pero quitarlo no te garantiza que va a aumentar la matrícula, no es una ecuación correcta, eso no va a suceder”, explica.
También puedes leer: Carrera por la sucesión en rectoría de la UNAM
¿La Rectoría por las mujeres?
Como parte del proceso que convoca la Junta de Gobierno, los integrantes de la terna deben enviar un mensaje a la comunidad universitaria para informarlos y fomentar su participación en el proceso de auscultación.
Del 27 de septiembre al 31 de octubre, este órgano universitario realizó 850 entrevistas a personas de distintas entidades académicas y disciplinas y más de 16 mil 500 miembros de la comunidad universitaria manifestaron su opinión respecto a los tres aspirantes a la Rectoría.
En el mensaje transmitido a través de los medios universitarios, Angélica Cuéllar, Enrique Graue y Pedro Salazar hacen mención a una política de género en la UNAM.
El actual rector, Enrique Graue, propuso la incorporación de las mujeres a actividades académicas y administrativas hasta lograr la igualdad de oportunidades.
“Aspiro a una universidad que reconozca las diversas etapas por las que atraviesa la mujer, que esté comprometida con la igualdad de género y que combata con decisión la violencia contra las mujeres (…) Habrá que erradicar la inadmisible violencia de género y el temor que provoca a las mujeres, así como todo acto de discriminación”, añadió Graue.
Por su parte, el director del IIJ habló de mantener vigente una política de prevención y de sanción de violencia contra las mujeres.
“Lo que creo es que debemos contar en esta institución con una secretaría de igualdad y de inclusión que garantice y nos permita que las preocupaciones vinculadas con la agenda de género sean transversales y estén presentes en todas las actividades cotidianas de nuestra casa ”, pronunció Salazar.
La directora de la FCPyS sostuvo su idea de implementar una política transversal de género.
“Trabajar por que exista la equidad de género, de una manera transversal en toda la universidad, desde los niños que llegan a Iniciación Universitaria hasta el Posgrado, que facilite la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Yo espero que algún día seamos una comunidad equitativa con respeto de los derechos humanos y que mandemos un mensaje a la sociedad mexicana de que es posible”.
Luego de las entrevistas en privado a cada uno de los aspirantes a Rectoría por los siguientes cuatro años, la Junta de Gobierno realizará una votación a puerta cerrada. Quien obtenga el apoyo de 10 de los 15 académicos que la integran podrá ocupar el cargo.
El órgano que tiene en sus manos la decisión tampoco está constituido bajo el principio de paridad. Sólo hay cinco representantes del género femenino: Ana Barahona, Patricia Clark, Teresita Corona, Rocío Jáuregui y Gina Zabludovsky.
También puedes leer: AMLO difiere de aspirantes a Rectoría de UNAM por pruebas de admisión
Transversalidad de género para la UNAM
Durante el ciclo escolar 2018- 2019, el 51.1 por ciento de los estudiantes de la UNAM correspondió al género femenino, de acuerdo con datos de la Agenda Estadística de la universidad.
“Hay paridad en otras áreas, vemos que en la matrícula las mujeres somos un poquito más aunque haya división por géneros en las carreras y posgrados”, menciona en entrevista la doctora Raquel Ramírez.
De acuerdo con el Directorio de Facultades y Escuelas de la UNAM, sólo hay 13 mujeres en 40 cargos posibles. La brecha de género se agudiza en los puestos de dirección, por la toma de decisiones, según expresa la directora de la FCPyS.
“Si ves los directores y las directoras en toda la UNAM, somos minoría en puestos directivos y en toma de decisiones cuando no debería de ser. Una académica está tan preparada como un académico y no creo que sea justo que no haya una equidad”, lamenta.
La Máxima Casa de Estudios nunca ha tenido una rectora. Sin embargo Cuéllar no es la primera mujer en postularse a la Rectoría, en las contiendas de 2007 y 2015, la bióloga Rosaura Ruiz Gutiérrez intentó obtener el puesto.
“Si echamos un vistazo a los requisitos para ser rector, la mayoría de las cosas que están pidiendo son un tanto privilegiadas para los hombres y con esto no quiero victimizar. Los espacios de toma de decisiones siempre han sido pensados para los hombres, nosotras hemos sido vistas como personas que incomodan”, sostiene en entrevista la maestra María Gabriela Castellaños Abundiz.
La brecha de género que existe en México también ha afectado a la UNAM, pues históricamente los hombres han ocupado los puestos de poder. Por ello, el que Angélica Cuéllar esté en la terna final es una forma de visibilizar el trabajo de las mujeres.
“Se torna interesante el proceso que va a vivir la universidad. Estamos hablando de una mujer, y además de una mujer que está inserta en el campo de las ciencias sociales. El ser nombrada rectora puede ser el inicio de cosas muy interesantes al interior de la institución”, menciona Ramírez.
“Es un muy buen indicador de que las mujeres nos atrevemos a hacer una carrera y a seguir con el trabajo académico. Existe ese halo de esperanza de que si ella llegó al proceso, también nosotras podemos hacerlo. Sería muy importante e histórico que una mujer obtuviera el puesto porque está preparada y podría desempeñarse igual o incluso mejor que un varón”, menciona Castellanos.