Cansadas de ser víctimas de acoso, las alumnas de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, (FES Aragón) de la UNAM decidieron levantar la voz para tener una vida escolar libre de violencia de género.
Como resultado de lo que día a día sufren en su escuela, las estudiantes impusieron denuncias ante el Área Jurídica de la Facultad que no presenta avances ni tampoco sanciona a los responsables. Las acusaciones involucran a profesores, compañeros de clase y trabajadores de la FES.
Berenice, alumna de la carrera de Derecho quien pidió se modificara su identidad, asegura que sus quejas no son atendidas debidamente y que incluso la institución las revictimiza.
Hartas de sufrir agresiones de género de manera cotidiana, en octubre del 2018 las universitarias organizaron un “tendedero del acoso” en el que mostraron actos de violencia como mensajes privados de índole sexual, fotografías o invitaciones a domicilios mediante redes sociales, además de tocamientos y besos, todos cometidos contra su voluntad.
Las estudiantes aseguran que otra falta de actuación por parte de la autoridad es que ha sido omisa a las denuncias impuestas por una profesora que sufrió acoso, debido a que la respuesta de Jurídico se ha resumido a que “le jalarán las orejas al agresor”.
“No se toman en serio la situación, si a una maestra no le hacen caso, nosotras qué podemos esperar”, agrega Berenice.
Ana, estudiante de Comunicación y Periodismo, afirma que el acceso a los expedientes de las denuncias es otro factor que influye para que impere la impunidad en el plantel, ya que a las víctimas no se les permite acceder a los archivos y con ello ignoran si el Área Jurídica realmente está cumpliendo con sus funciones.
“A esto nos referimos cuando gritamos con consigna que no se nos olvida que la UNAM encubre violadores y acosadores, lo decimos porque no tienen interés de cuidarnos dentro de sus instalaciones”, sentenció.
En entrevista para Reporte Índigo, la orientadora de la Facultad Xóchitl Elvira Serrato Minjarez afirmó que la institución está en la mejor disposición de ayudar pero que es necesario que se levante la queja ante las autoridades universitarias, de lo contrario, poco se puede hacer para solucionar el problema.
“La solución que se da a cada caso depende de la gravedad de la situación pero hay tres tipos de sanción para los agresores: la primera es una llamada de atención por escrito al expediente del profesor, alumno o trabajador, la segunda sería una suspensión de labores o de clases y la tercera es la expulsión o suspensión definitiva rescisión de contrato”, expresó.
De acuerdo con Serrato, hasta hace dos semanas, se tenían contabilizadas 64 denuncias por acoso. Las alumnas aseguraron que no dejarán la lucha simplemente porque ya no quieren sentir que todos los días hay que sobrevivir a un ambiente hostigador.
“Acá también hay violencia, omisión pero también hay resistencia, luchamos desde un doble peligro porque el Estado de México es una entidad olvidada, una en la que no podemos romper vidrios y rayar paredes porque el contexto de seguridad es distinto.
“Sabemos que tenemos que buscar nuevas formas de luchar por nosotras y así lo haremos, no desistiremos hasta que se cumplan nuestras demandas que es respetar el protocolo de género, tener una feminista, parar la revictimización y sobre todo sacar a los profesores que son acosadores, y son reincidentes”, puntualizó Ana.
Profesores, gran parte del problema en Fes Aragón
Comentarios misóginos, opiniones sobre sus cuerpos y obligarlas a saludarlas de beso, son acciones que las estudiantes de la FES Aragón ya no quieren tolerar de sus maestros.
“En la carrera a veces tenemos que venir de ropa formal para exponer, hay profesores que nos dicen que las mujeres debemos usar solamente vestidos o faldas y antes accedíamos por miedo a que eso afectara la calificación, pero algunas ya no aceptamos eso como requisito porque mi forma de vestir no tiene que ver con mi materia y eso lo tiene que entender el maestro”, afirma Berenice.
Por su parte, Ana menciona que los profesores acosadores no son exclusivos de una sola carrera.
“Hay un profesor que le exigió a una alumna que le enseñara su ombligo para que él le diera su calificación, también una compañera denunció que un maestro la obligaba siempre a sentarse hasta enfrente de la clase para verla mejor, hacen eso porque la amenaza principal es la calificación pero ya hemos ido a denunciar lo que está pasando y a la escuela no le importa” lamentó.
Sin embargo, las alumnas de FES Aragón no solamente son agredidas por sus profesores sino también por los propios compañeros con piropos, miradas y comentarios lascivos.
“Cuando hicimos el tendedero algunos que estaban señalados quisieron quitarlo. Nos ha pasado que a través de la página de nuestra colectiva feminista nos amenazan, nos llaman locas; dicen que hay que matar o violar a las feminazis. Incluso nos han mandado fotos de sus penes como para querer intimidarnos”, relata Berenice.
En medio de su lucha, las alumnas afirman que por encontrarse en el Estado de México, compañeras de otros planteles como Ciudad Universitaria no les muestran apoyo.
“Se sabe que el Estado de México es peligroso para las mujeres pero estamos muy molestas con las demás porque nosotras hemos puesto el cuerpo por ellas en la Ciudad de México y ellas no hacen lo mismo con nosotras por ser mujeres de la periferia”, sentencia Ana.