Aunque agricultores y ganaderos de la zona sísmica de Nuevo León temen una devastación ambiental por la extracción del gas shale, el delegado de la Semarnat asegura que eso no es un tema de discusión.
El funcionario, Guillermo Cueva Sada, evitó fijar una postura con respecto al temor de propietarios de ranchos y pobladores de ejidos por una posible contaminación de ríos y presas, debido a la extracción del hidrocarburo mediante el método de fractura hidráulica o fracking.
“El tema del fracking está ahorita en el Congreso federal, dentro de las leyes secundarias que se van a hacer en la Reforma Energética.
“Hasta que no se vean aprobadas, que veamos cómo vienen, no tenemos tema de discusión”, explica.
Reporte Indigo publicó ayer que los habitantes de comunidades en Los Ramones, General Terán y China, cuestionan el negro historial de quejas y contaminación de Compañía Mexicana de Exploraciones, S.A. de C.V. (Comesa).
Esta filial de Pemex, y de la petrolera transnacional Schlumberger, es la encargada de contribuir con el programa exploratorio de la paraestatal en esos municipios, donde su actividad coincide con el enjambre sísmico.
Los pobladores de las localidades culpan a Pemex de los inusuales movimientos telúricos, debido a la explotación del gas shale mediante el fracking, y temen una contaminación del agua por los antecedentes de la compañía exploradora Comesa.
Los municipios afectados por las sacudidas de tierra están bordeados por los ríos Pilón y San Juan, que a su vez alimentan a las presas El Cuchillo, en China, y Cerro Prieto, en Linares.
Ambos embalses son las principales fuentes de abasto del Área Metropolitana de Monterrey.
Comesa tiene un largo historial de quejas en estados del sureste, como Tabasco, donde al menos desde 2007 hasta la fecha, diversos grupos de campesinos han denunciado catástrofes ambientales por el uso de dinamita en las exploraciones.
A pesar de ello, Cueva Sada dice que todos los asuntos relacionados con exploraciones de Pemex competen a las oficinas centrales de la Semarnat, localizadas en la Ciudad de México.
“Cuando sepamos (el contenido de las leyes secundarias), ya podremos fijar la posición de la Semarnat y hablaremos con las personas que creen que pueden llegar a ser afectadas. Pero si ahorita no hay bases y no sabemos qué es lo que va a marcar la ley, pues no”, concluye.