Fuego amigo en Supervía
Las protestas contra la Supervía Poniente están de regreso. Desde principios de la semana pasada se reactivaron las quejas vecinales, las exigencias, las acusaciones y el fuego amigo.
Y es que los principales opositores a la inauguración de la llamada Autopista Urbana son grupos ligados a la jefatura delegacional en Magdalena Contreras y al tricolor.
A ocho meses de que se inauguró el primer tramo de esta nueva vialidad siguen apareciendo quejas en contra del proyecto de la administración de Marcelo Ebrard.
Jonathan Villanueva
Las protestas contra la Supervía Poniente están de regreso. Desde principios de la semana pasada se reactivaron las quejas vecinales, las exigencias, las acusaciones y el fuego amigo.
Y es que los principales opositores a la inauguración de la llamada Autopista Urbana son grupos ligados a la jefatura delegacional en Magdalena Contreras y al tricolor.
A ocho meses de que se inauguró el primer tramo de esta nueva vialidad siguen apareciendo quejas en contra del proyecto de la administración de Marcelo Ebrard.
Esta semana se puso en marcha el tercer tramo de la autopista –que va de Las Torres a Luis Cabrera–que opera12 kilómetros de vialidad para conectar la zona de Santa Fe con Luis Cabrera y el Periférico Sur.
De acuerdo con los inconformes, todavía no hay claridad de cuánto tiene que pagar la ciudadanía por circular por los segundos pisos del periférico, ya que el calculo es por kilómetro recorrido.
Desde que comenzó la construcción de la Supervía Poniente las denuncias vecinales han sido ignoradas. Por eso resulta normal ver protestas en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento por ese tema.
Sin embargo, el tema cobra relevancia de cara al proceso electivo de los Comités Vecinales que se realizará el próximo 1 de septiembre, ya que asuntos como este se convierten en banderas partidistas. Incluso, intrapartidstas.
Es así como el escenario de la ciudad se ha dividido en dos bloques perfectamente definidos: los manceristas y los opositores al Gobierno del Distrito Federal.
Y en este mismo tenor juegan los partidos de oposición, que lejos de ser un partido crítico al PRD, se han convertido en aliados indiscutibles de los perredistas que se disputan la ciudad.
Por eso, en las protestas vecinales se encuentran militantes del sol azteca, beneficiarios de los programas sociales y funcionarios de bajo nivel en las estructuras delegacionales.
La protesta
La apertura del último tramo de la Supervía estuvo enmarcada por una serie de protestas vecinales que mantuvieron bloqueado un acceso a la autopista a la altura del cruce con Avenida San Jerónimo.
Los inconformes eran un grupo superior a los 50 manifestantes. Ellos exigieron al Gobierno del Distrito Federal que repare los daños a las viviendas que ocasionó la construcción de la vía de cuota.
Y es que parte de los compromisos que adquirió la empresa constructora antes de iniciar la obra consistían en reparar los daños ocasionados a las viviendas aledañas.
Pero eso no pasó. Al menos así lo han manifestado en diversas ocasiones los vecinos de las delegaciones Álvaro Obregón y Magdalena Contreras, quienes insisten en que han sido ignorados.
Los manifestantes subieron el tono de sus protestas en un momento que políticamente es complicado y endeble para el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Después de enfrentar serias críticas por la falta de seguridad y la aparición del crimen organizado en territorio capitalino, lo que menos necesita Mancera son más problemas sociales.
Por eso la premura del GDF, que tras las protestas salió a decir que la empresa constructora está obligada a atender las demandas vecinales en torno a la obra vial.
Las complicaciones
Dentro de los inconformes, los priistas detectaron funcionarios de bajo nivel de la delegación Magdalena Contreras, beneficiarios de programas sociales y militantes del PRD.
Casualmente, todos ligados a la jefa delegacional Leticia Quezada, perteneciente al grupo de René Bejarano, quien atraviesa una guerra de poder con el mandatario local.
De manera minuciosa, el diputado local Fernando Mercado (de extracción priista) detectó nombres, beneficios y sueldos de quienes protagonizaron las protestas contra Miguel Ángel Mancera.
En la sesión de la Diputación Permanente del miércoles pasado así lo hizo ver. En tribuna sacó fotos ampliadas donde se pone en evidencia la participación de los seguidores de Quezada en las manifestaciones.
Además, la titular de la demarcación ha utilizado como bandera política el tema de la Supervía Poniente desde antes que asumiera el cargo de jefa delegacional en Magdalena Contreras.
Mercado puso al descubierto la forma en que opera el fuego amigo al mandatario capitalino: simpatizantes de la corriente bejaranista en contra de Miguel Ángel Mancera.
Y a la defensa de los integrantes de Izquierda Democrática Nacional (IDN) salió el Partido Acción Nacional (PAN), quien tiene una alianza de facto con René Bejarano.
Por su parte, por el GDF, el priista Fernando Mercado exigió que no atacara al gobierno en la ciudad de esa forma, ya que se desvirtuaba cualquier movimiento legítimamente constituido.
Los bloques
En el caso del PRI, hay una alianza entre Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre y la administración capitalina para que operen su estructura territorial, a cambio de que se haga solo en territorio bejaranista.
Por eso no dudan en salir en defensa del mandatario local, incluso en contra de los propios perredistas, que lo llevaron al cargo de jefe de gobierno del Distrito Federal.
En el caso del PAN, las votaciones que se dan dentro de la Asamblea Legislativa del DF, se denota que su alianza es con la corriente de René Bejarano, comandada por Ariadna Montiel.
Eso le ha permitido al blanquiazul ser una oposición seria, critica e incisiva en todas las problemáticas que aquejan diariamente a los habitantes de la ciudad capital.
Mientras tanto, la fecha para la elección vecinal sigue acercándose y los grupos de poder buscan alternativas para hacerse de los Comités Vecinales, que a la postre serán los brazos políticos en temporada electoral.
Por eso las protestas contra la Autopista Urbana seguirán siendo solo un pretexto para la guerra al interior del PRD.