México está en medio de dos frentes de batalla. En una esquina se encuentra Estados Unidos, la mayor potencia económica en el mundo y en la otra, China, el segundo país más poderoso.
En esta guerra comercial entre las dos superpotencias, México podría verse beneficiado al recibir una importante inversión por parte del gigante asiático enfocada en el desarrollo de infraestructura, un mayor flujo de comercio en sectores como el automotriz y el de electrónicos, así como en el tema de triangulación de los productos asiáticos con destino a Estados Unidos, coinciden economistas e internacionalistas.
“El escenario posible y optimista es el que señala que nuestro país saldría ganando en el sentido del flujo de inversiones que se podrían recibir procedentes de China.
Al país asiático le interesa generar un inversión del tipo de infraestructura, ya que esta forma de desembolso ya se ha hecho no sólo en la nación sino en otros países de América Latina, además de que buscaría triangular con México para evitar el efecto del alza de los aranceles para cruzar la frontera Norteamericana”, comenta Leticia Armenta, analista económica del Tecnológico de Monterrey.
Otros sectores que podrían verse beneficiados con los aumentos arancelarios entre ambas naciones serían el manufacturero, automotriz, de partes tecnológicas como también de electrónicos y línea blanca debido a la proximidad que se mantiene con Estados Unidos.
“México tendría una mayor competitividad con Estados Unidos dada la vigencia del Tratado de Libre Comercio y la cercanía que mantiene con el país del norte en el tema que tiene que ver con manufactura, televisores, línea de blancos y automotriz con un mayor comercio.
No hay que olvidar que este intercambio se daría por medio de empresas transnacionales americanas”, explica José Luis Cruz, analista político de la Universidad Iberoamericana.
El especialista también destaca que las acciones emprendidas por Estados Unidos tienen un tinte político ya que están a punto de arrancar las elecciones intermedias del país donde estará en juego la totalidad de los escaños de la Cámara de Representantes y un tercio de la del Senado, en las que el partido de Trump (Republicano) podría ganar un importante porcentaje de puestos con estas iniciativas que serían bien vistas por el electorado estadounidense.
Sin embargo, también podría presentarse un panorama adverso, ya que en esta guerra se disputa el liderazgo económico a nivel global, lo que la convierte en una pelea que se antoja muy compleja para el mundo.
“La lectura que le doy a este tema es una disputa por el liderazgo económico mundial entre ambas naciones. Durante décadas el dominio económico lo ha ostentado Estados Unidos, pero su gran rival es China, que se ha hecho de grandes capacidades productivas y en los últimos años se ha alejado de la fórmula de la mano de obra barata y ha apostado por la innovación y la implementación de tecnología en sus procesos”, dice Leticia Armenta, directora del Centro de Análisis Económico (CAE).
También puedes leer:
EU y China: los gigantes sacuden al mundo por Nayeli Meza Orozco
Trump envía a la Guardia Nacional a la frontera por Carlos Salazar