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Quién no recuerda el capítulo “Juanito” en Iztapalapa; la golpiza que le dieron, hasta tirarles los dientes, a los integrantes del equipo de la diputada Aleida Alavez; las agresiones contra Manuel Oropeza por la inconformidad en las lista definitiva de las candidaturas o los botellazos contra René Bejarano en repudio a la imposición de su gente.
En el PRD, los conflictos se arreglan con puños, palos o hasta con un llamado desesperado a votar por un contrario, o incluso por el PRI. Lo que sea, con tal de ganar. Así está registrado en las páginas de sus historia.
Hoy y hasta el domingo próximo, 11 de enero, el Partido de la Revolución Democrática en la Ciudad de México (PRD-DF) arranca el registro de quienes aspiran a contender por el cargo de jefe delegacional o diputado en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) como parte del proceso de elecciones intermedias que se llevarán a cabo en julio próximo.
Con toda la ambición y rabia que las caracteriza, las tribus del PRD se prepararon desde hace meses para protagonizar esto, que oficialmente arranca hoy con el desfile de hombres y mujeres que quieren ser delegados y diputados por el Sol Azteca en la Ciudad de México.
Raúl Flores García, afín al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, será la cabeza visible que dirija este proceso aguerrido al interior de las filas del PRD.
En entrevista con Reporte Indigo, Flores García apuntó que el PRD pondrá especial énfasis en Cuajimalpa, Iztapalapa, Milpa Alta y Tláhuac, donde el PRI ha intentado ganar terreno entre el electorado.
Iztapalapa, dijo, es un caso especial debido al altísimo nivel de participación que se registra en esa demarcación.
Cuestionado respecto a cómo influirá en el electorado los recientes escándalos en los que se vio envuelto el jefe delegacional, Jesús Valencia, el dirigente confió en el trabajo de fondo, sustantivo, que por años han hecho los gobierno perredistas en Iztapalapa.
“Estamos preparados para ganar, el PRD ha hecho un cambio sustantivo, dejando atrás aquellos tiempo de cuando Iztapalapa estaba bajo el dominio del PRI con la familia Gutiérrez de la Torre. No veo cómo se pueda perder Iztapalapa”, subrayó.
“Jesús no botó el trabajo. Faltó claridad en las respuestas, no nos gusta ver que los delegados tengan compromisos con los proveedores, pero mas allá del escándalo, en ninguno de los dos casos de los vehículos fueron a raíz de transferencia de propiedad. No somos partido de relojes caros, debemos ser cuidadosos de la vida pública. Él mismo (Jesús Valencia) ha entrado en proceso de valoración”, reconoció.
De los perfiles de los aspirantes, reconoció que el PRD no caerá en el autismo político luego de los hechos ocurridos en Iguala, donde se permitió que José Luis Abarca llegara como presidente municipal a pesar de los fuertes vínculos que lo relacionan con el narcotráfico.
La experiencia debe servir para buscar perfiles transparentes pues “todos los partidos estamos bajo el cuestionamiento ciudadano”, apuntó.
Mientras no haya una regulación en la reforma política, se debe avanzar en la propuestas de aplicar controles de confianza, investigación financiera de quienes aspiran a ocupar un cargo público y hasta una declaración de interés.
Para este jornada que arranca hoy, dijo, no se trata de una simple inscripción a una lista, este proceso debe tener civilidad política, acuerdos y no apostar al conflicto ni a la violencia de ningún tipo.
Episodios imborrables e insospechables
Estos son algunos de los capítulos memorables del PRD en la rebatinga por el poder:
En el 2009, luego de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó quitarle a Clara Brugada la candidatura del PRD a jefa delegacional en Iztapalapa por haber cometido fraude.
Con el tiempo encima y sin margen de apelar tal decisión, el PRD tuvo que sustituir a Clara Brugada, afín de Andrés Manuel López Obrador, por Silvia Oliva, allegada al grupo de “Los Chuchos”. Ambos grupos antagónicos dentro del Sol Azteca.
Sin tiempo de nada, pues incluso las boletas ya estaban impresas con el nombre de Clara Brugada, de tal suerte que cada papeleta cruzada de esta contaría para Silvia Oliva, lo que significaba entregarle la delegación con el presupuesto más grande a Jesús Ortega y Jesús Zambrano, al tabasqueño se le ocurrió una estrategia insospechada.
En su afán de ganar a toda costa, Andrés Manuel López Obrador instruyó a sus militantes a votar por un personaje que él pudiera manipular una vez que llegara al poder de Iztapalapa y que cediera el control a Clara Brugada.
Ahí surgió la idea de candidatear a botepronto a un peculiar personaje de paliacate rojo cruzado en la cabeza que amenizaba los mítines del tabasqueño: Rafael Acosta, un vendedor de paletas a quien todos conocían como Juanito.
El PT lo hizo candidato por Iztapalapa. Juanito ganó y después se rehusó a entregar la silla a Clara Brugada, lo que puso en jaque al PRD y Andrés Manuel, al grado tal que la Asamblea Legislativa del DF se aprestaba a iniciar un proceso para su remoción, hasta que Juanito, fue amenazado con llevarlo a la cárcel por haber falsificado un acta de nacimiento.
Paliza al equipo de Aleida
En la jornada pasada de hace tres años para renovar la jefatura delegacional en Iztapalapa, la contienda de los grupos rebasó las amenazas, llegó hasta los golpes y al Ministerio Público.
En febrero del 2012, cuando la hoy diputada federal Aleida Alavez buscaba la candidatura en aquella demarcación, su equipo sufrió un descalabro.
Por la madrugada, cuando realizaban un recorrido de trabajo, algunos de sus colaboradores recibieron una golpiza en manos de un grupo de más de 20 personas que, armadas con palos, machetes y pistolas, los agredieron hasta fracturarles la nariz y tirarles los dientes.
La entonces aspirante a la candidatura del PRD por Iztapalapa presentó una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) de la que no se supo nada más.
Un mes después de esa agresión, en marzo del 2012, el propio presidente del PRD en el DF, Manuel Oropeza, padeció en carne propia la rabia y los reclamos de sus militantes.
Cuando se disponía a dar lectura a la lista definitiva de los candidatos que representarían al PRD en la contiende para jefes delegacionales y diputados, un grupo inconforme con lo que había ocurrido en la delegación Xochimilco lo increpó.
Los simpatizantes dieron portazo al hotel del centro histórico donde se encontraba el dirigente del PRD-DF, quitaron los muros falsos hasta llegar a uno de los salones donde Oropeza daría lectura al dictamen único de candidaturas para su probación.
El evento se suspendió y el dirigente local tuvo que salir, igual que René Bejarano, por una de las puertas traseras del hotel debido a la violencia de los inconformes.
El llamado a votar, en venganza, por el PRI
Hasta qué grado son capaces de llegar los perredistas que, ante la frustración de perder una candidatura dan el vuelco de pedir a sus seguidores que voten por el partido rival, como el PRI, con tal de vengarse de sus enemigos internos.
Así ocurrió en la disputa por el poder en la delegación Magdalena Contreras, donde dos legendarios hermanos que militaban para el PRD y que disputaban a René Bejarano la candidatura en dicha demarcación, Eduardo y Amelia Hernández Rojas, pidieron votar por el PRI en venganza por no haber conseguido ganar.
El entonces delegado, Eduardo Hernández, quería que su hermana lo sucediera en el cargo, pero René Bejarano peleaba la candidatura para una de sus discípulas, la hoy delegada Leticia Quesada.
Al verse perdidos, los hermanos enviaron a sus seguidores a increpar al polémico profesor Bejarano, a quien aventaron botellas afuera de un salón de eventos de Reforma, y luego ordenaron a los empleados de Magdalena Contreras a votar por el PRI so pena de perder su empleo.
Por estos hechos ambos fueron expulsados por la Comisión Nacional de Garantías de las filas del PRD.
Este año se avecinan otras tormentas. En Iztapalapa se pronostica el peor de los encontronazos, esta vez con la presencia de un rival externo que quiere arrebatar el territorio al PRD, el partido Morena, de Andrés Manuel López Obrador, y su fiel escudera Clara Brugada.