En el entorno actual el tema de la equidad de género cobra cada vez más relevancia. Con enormes índices de feminicidios en América Latina, es imperante que la conversación tome en cuenta lo que se puede hacer para aminorar la violencia hacia las mujeres.
Basta echar un vistazo al mapa que ilustra los feminicidios que han ocurrido en México desde el 2016 hasta marzo de este año para notar la gravedad del tema. En él se suman 1,985 muertes de los casos que fueron publicados en los medios.
La preocupación social en este tema se vio reflejada en las marchas contra las violencias machistas unidas bajo el lema #VivasNosQueremos que se llevó a cabo el año pasado. En ellas participaron también algunos hombres que estaban de acuerdo con la causa aunque algunos fueron expulsados al no seguir las reglas de ciertos contingentes.
Frente al problema de misoginia en el país, ¿cómo se puede modificar lo aprendido y no dar por perdidos a los hombres que han vivido durante años bajo el esquema del privilegio? ¿Los adultos ya no tienen remedio? Gendes, es una organización activista que cree que no es así.
Recomendado: Video reúne 100 frases machistas que refuerzan la violencia de género
Gendes nace para desaprender malos hábitos y mirar de otra manera las actitudes que se tienen hacia las mujeres y el resto de la sociedad. Esta organización propone intervenir el ejercicio de la masculinidad para contribuir al desarrollo de una sociedad más equitativa.
Para que la comunidad modifique las costumbres machistas no sólo se necesita trabajar con las mujeres. Los hombres componen la otra mitad de la población y al igual que las mujeres tiene que reconstruir su identidad.
Gendes funciona a través ves de intervenciones que se traducen en terapias grupales, individuales y en instituciones. En un texto de The New Yorker, se presenta el caso de Jorge, un hombre adulto que alguna ocasión agredió físicamente a su esposa y que se unió a la terapia grupal de Gendes después de ese episodio al temer que su esposa lo dejara.
Las terapias son guiadas por un facilitador que hace comentarios y preguntas para que en grupo se reflexione qué es lo que ocurre y se identifique qué violencias se ejercen en lo que los integrantes exponen. Las terapias son gratuitas y son tres veces a la semana. Se trata de rastrear el origen de esas actitudes y buscar formas de no perpetuarlas.
En el cambiante contexto social al que se enfrentan las personas actualmente es complejo encontrar qué rol se debe tomar como hombre e identificar cómo renunciar a los privilegios que por años se les han atribuido a los hombres.
“En nuestro país se han hecho múltiples esfuerzos por mejorar y abrir las formas de ser para las mujeres, cosa que no ha se ha abierto para los hombres”, dijo la reconocida psicóloga Gloria Careaga. De acuerdo a ella, ese desequilibrio ha llevado a muchos hombres a ser violentos.
Con información de The New Yorker.
