No oculta su fervor místico. El primer agradecimiento por estar vivo es al santo que adora desde la infancia: El Santo Niño de Atocha.
Ricardo Monreal, hoy diputado federal, conoce el vientre del sistema político mexicano.
Es por eso que en esta ocasión opta por la mesura que por el dedo inquisidor que lo caracteriza.
De corbata y traje negros, señal característica del luto, da una conferencia de prensa en un tono diferente a las que acostumbra. Lo acompañan su esposa y dos de sus hijas.
La preocupación es más por su familia que por su propia vida, dice ante los medios.
Desde hace más de dos décadas está en la administración pública y ha pasado por el PRI, PRD, el Partido del Trabajo y ahora es el coordinador en la Cámara baja de Movimiento Ciudadano.
Sus plegarias al famoso santo de Plateros, Zacatecas, adorado no sólo en México, debieron ser escuchadas; el gobierno al que más critica desactivó los planes para ejecutarlo a él y su hermano, el senador David Monreal.
Fueron cuatro los detenidos con armas, radios y los planes concretos de acabar con sus vidas.
“Yo digo que Dios es grande y el Santo Niño de Atocha también. Porque yo soy de un lugar, quizás a muchos les extrañe, pero yo siempre he sido devoto, ahí nací en Plateros y ahí se venera al Santo Niño de Atocha. Mi familia y yo somos católicos confesos”.
Sólo el exgobernador de Zacatecas ha hablado públicamente del asunto. No quiso especular sobre el móvil y asegura que tiene adversarios políticos, más no enemigos.
Su hermano prefirió el silencio a pesar de que más de una versión apunta a que el atentado era en realidad en su contra.
Intriga y traición
Como en toda conspiración, hay intriga y traición. Un empresario zacatecano está detenido por la presunta autoría intelectual. Era amigo cercano de la familia Monreal.
Arturo Guardado Méndez es el nombre del empresario que desde el viernes declara en las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada.
El principal sospechoso es hermano de Juan Carlos Guardado, quien entró en lugar de David Monreal como alcalde de Fresnillo, Zacatecas. Desde febrero del 2011 está desaparecido.
Por la cercanía que tenían, los Monreal hicieron una serie de gestiones con el gobierno federal para dar con el paradero del empresario, pero no tuvieron éxito.
El no haber encontrado al hermano pudo haber provocado un distanciamiento.
Hasta el momento solo son especulaciones porque de manera oficial la PGR no ha dado a conocer nada.
No es la primera vez que David Monreal se ve involucrado en este tipo de polémica.
En 2009 se dio a conocer que el gobierno federal incautó 14 toneladas de mariguana en una bodega propiedad del senador petista.
En su defensa David Monreal aseguró que la droga había sido sembrada, que en realidad la usaban para las cosechas de chile seco y todo era parte de un plan de la administración panista en contra de su familia por sus posicionamientos políticos.
Nunca se pudo comprobar los nexos de Monreal con el crimen organizado o que la droga le perteneciera.
Lo que hoy sí es un hecho es que Ricardo Monreal ya está valorando romper con el sello de austeridad que han querido que los caracterice a él y su movimiento.
Es posible que cambie su vehículo compacto por uno blindado.
El excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador fue menos cauteloso que su compañero de mil batallas. El tabasqueño lanzó en su cuenta de twitter la posibilidad de que todo sea una intimidación a la actividad crítica de Monreal como diputado federal.
“Nuestra solidaridad con David y Ricardo Monreal. Cortina de humo, intimidación, terror. ¿Y de parte de quién? Debe saberse pronto la verdad”, escribió el viernes pasado en la red social.
Ricardo Monreal advierte que sus posiciones críticas hacia el gobierno de Enrique Peña Nieto no cambiarán. Eso es un compromiso personal.
Seguirá visitando su estado con regularidad y sin miedo a que atenten contra su vida.
Por el momento asegura que esperará a que las autoridades tengan los resultados de la investigación.
Su devoción es plena. Lanza una sugerencia a los reporteros.
“No sé si recuerden que en diciembre les obsequié un Santo Niño de Atocha, una artesanía. Encomiéndense”.