[kaltura-widget uiconfid=”38728022″ entryid=”0_obztoel2″ responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] Las severas inundaciones que se registraron en Guadalajara este domingo, y que anegaron un tramo del Tren Ligero poniendo en riesgo la vida de casi un centenar de sus usuarios, son producto de las fallas en el crecimiento urbano de la ciudad y la falta de acciones para prevenir los impactos que cada año trae el temporal de lluvias.
Así lo señaló el experto en el tema y coordinador de la Licenciatura en Geografía de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Luis Valdivia Ornelas, quien advirtió que entre los factores detrás de la inundación de ese sistema de transporte está la insuficiencia de los actuales métodos de desviación de los escurrimientos que generan las lluvias.
“El sistema ya está saturado, ya hay incapacidad de los sistemas de colectores para poder conducir el agua. Entonces las nuevas urbanizaciones incrementan los valores escorrentiales, que se van sobre la calle porque ya no tienen la capacidad los colectores y los canales”, dijo en entrevista Valdivia Ornelas.
Desde junio del año pasado el director del Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur), Rodolfo Guadalajara, expresó que se haría un colector para evitar inundaciones en las obras de la nueva Línea Tres por siniestros previos, pero el académico apunta que la mitigación dispersa no es la solución.
“La celda de precipitación se registró sobre todo en el Norte de la ciudad, en las cuencas de Atemajac, Agua Fría, que está pegada a Tabachines y las que bajan de la Mesa Colorada. Son los tres sistemas hidrológicos que fueron severamente afectados. La más importante tiene que ver con la cuenca de ColomosAtemajac, es uno de los sistemas más importantes que drenan el agua en la parte norponiente del Valle de Atemajac”, dijo.
“Desafortunadamente aquí son de las cuencas en las que el crecimiento urbano ha impactado severamente en las condiciones del ciclo del agua, sobre todo porque la parte que se está urbanizando es la parte alta del sistema y es la más sensible a la generación del agua”, explicó el especialista.
Los desarrollos de los últimos años también han impactado en el ciclo de agua, ya que los nuevos edificios verticales no permiten la filtración de agua, de ahí el incremento en los escurrimientos sobre las calles, alcanzando infraestructura como los estacionamientos subterráneos.
“Las construcciones verticales incrementan mucho la escorrentía, porque queda poco espacio para la infiltración. Entonces toda el agua que se está generando, por ejemplo, en las inmediaciones de Andares, está presionando todo el sistema hidráulico para aguas abajo, y ahí tenemos un tapón que lo representa la Plaza Patria, digamos que ahí se genera el primer desborde crítico del agua por una tormenta muy severa”, agregó el académico.
Reacción tardía
Los ciudadanos fueron quienes tuvieron que intervenir para rescatar a los tripulantes atrapados en el vagón inundado del Tren Ligero, pese a que debería contarse con un plan oficial de acción para cada temporal, deficiencias de los cuerpos de emergencia que fueron cuestionadas por el especialista Luis Valdivia Ornelas.
La información disponible señala que las 90 personas que estaban atrapadas en el vagón del tren inundado, poco después de las 19 horas, fueron extraídas por vecinos y comerciantes de los alrededores, ante el retraso en la llegada de las autoridades de Protección Civil.
“Lo que hemos visto es que no hay una política integral de protección civil. En la mayor parte de las acciones fueron realizadas por la población civil y la autoridad llegó hasta el final. Entonces debe de crearse un programa específico para enfrentar las tormentas.
“Porque las tormentas en Guadalajara son un fenómeno común, no es algo extraordinario (…). Esa tormenta tuvo una intensidad muy alta, pero no es algo excepcional. Nosotros tenemos registros históricos de tormentas con estas características por lo menos desde los últimos 30 años”, dijo.
Lo que el Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur) ha informado es que “se registró una inundación en el vado San Francisco, ubicado en la interestación Dermatológico – Periférico Norte de la Línea 1, a causa de la tormenta”, mientras que su director, Rodolfo Guadalajara, añadió más información.
“Hubo una lluvia atípica, en el cual el vado de San Francisco que está entre la estación Periférico Norte y la estación Dermatológico se inundó cinco metros, tapando completamente un tren. Afortunadamente se pudieron desalojar a todas las personas con tiempo, no hay pérdidas que lamentar y mucho menos algún daño en las personas”, dijo Guadalajara.
Según el gobernador, Aristóteles Sandoval Díaz, lo que causó la inundación del Tren fue que hubo una falla eléctrica que apagó el sistema de bombeo de agua con que cuenta el sistema: “los cárcamos y las bombas extraen toda el agua, (pero) hoy al tener una bomba o un transformador que se quema, se va la luz y no funcionan estos cárcamos y se viene la inundación porque entran tarde ya las plantas de luz”.
Diagnóstico sin acciones
Las autoridades de Guadalajara y Jalisco conocen las insuficiencias en infraestructura hidráulica que presenta la ciudad y que le impiden estar preparada para tormentas tan intensas, pero poco se ha hecho para corregirlas.
En su Programa Municipal de Desarrollo Urbano Visión 2030, que elaboró el gobierno de Guadalajara en 2014, se advertía que el Atlas de Riesgos Naturales había identificado “una superficie considerable de inundación” en el municipio, distribuida en 671 puntos que representan “el 20.2 por ciento del total de la superficie del municipio”.
Uno de los principales problemas de la ciudad se centra en su sistema de colectores, señalaba el documento.
“Los colectores principales aseguran un correcto drenaje en tiempos de estiaje, sin embargo su capacidad se ve ampliamente desbordada en el temporal de lluvias ocasionando inundaciones que a su vez dislocan el funcionamiento de la ciudad (…) estos colectores no son suficientes para captar el agua de lluvia en las temporadas de mayor índice de precipitación”.