Entre las pocas desapariciones forzadas de la Guerra Sucia en Jalisco que ya cuentan con una reparación del daño por parte del Estado Mexicano, figura el caso de José Barrón Caldera, quien adoptó el seudónimo de “Pablo” a su ingreso a la Liga Comunista 23 de Septiembre.
José desapareció el 10 de junio de 1976, en un operativo que desplegó el Servicio Secreto de la Dirección de Seguridad Pública del Estado de Jalisco, durante el mandato del exgobernador priista Alberto Orozco Romero, de acuerdo con la indagatoria de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
La queja que dio pie a su búsqueda ubica la desaparición de José en Magdalena, Jalisco, pero la CNDH dio con indicios de que ocurrió en un retén de Guadalajara.
Las acciones consideradas subversivas de José en la Liga estaban siendo seguidas por el régimen, de ahí que la CNDH encontrara entre los archivos del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen):
“El duplicado de la ficha signalética del 10 de junio de 1976, elaborada al señor José Barrón Caldera por el Servicio Secreto de la Dirección de Seguridad Pública del Estado de Jalisco”.
Los agentes del Gobierno de Jalisco lo aprehendieron para entregarlo a la Dirección Federal de Seguridad (DFS), que encabezaba Luis de la Barreda Moreno.
Los pormenores los halló la CNDH en un oficio del 16 de junio de 1976, “suscrito por el entonces Director Federal de Seguridad” que dice: “en un retén policiaco en Guadalajara fue detenido en un camión de pasajeros que se dirigía a Culiacán, Sinaloa, José Barrón Balderas (sic)”.
Según la DFS, José portaba “un documento escrito a máquina titulado Las Masas Proletarias en la Ofensiva contra la Burguesía, elaborado por la Liga Comunista 23 de Septiembre, así como un manuscrito dirigido a los ‘compas’ de la Liga en donde se mencionan las actividades a seguir de las Brigadas en Culiacán.
“Por tal motivo”, sigue la DFS, “José Barrón Balderas (sic) fue trasladado a esta DFS, y al ser interrogado manifestó usar el seudónimo de ‘Pablo’, haberse integrado dentro del movimiento clandestino en forma ya efectiva desde enero de este año (1976)”.
Supuestamente José le declaró a la DFS que el “pasado 4 de junio los miembros de la Brigada de Culiacán (…) participaron en el asesinato de dos policías, quienes trataron de detenerlos cuando éstos pintaban en unas bardas lemas alusivos a la Liga”, dice ese oficio.
El tiroteo
Tras interrogar a José, la DFS ubicó una casa de la Liga en Culiacán, a donde envió agentes para reventarla, dice su reporte: “Que por otra parte, en Culiacán, conoce otro domicilio con mayor precisión (…) fueron destacados elementos de esta DFS en Culiacán para tratar de localizarla y detener a sus moradores.
“A las 20:15 horas de hoy (16 de junio de 1976) se ubicó dicho domicilio en la Calle Amapola (…) rodeándolo y suscitándose un encuentro a balazos, ya que había en el interior cuatro hombres integrantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre armados”.
El enfrentamiento dejó tres muertos de la Liga, de los que solo se identificó a dos como “Gumaro” y “El Yaqui”, y un detenido de nombre Miguel Ángel Valenzuela Rojo, alias “Felipe”.
Época oscura
La Guerra Sucia, episodio de México entre 1971-1984, dejó centenas de personas oficialmente reconocidas como desaparecidas por el Estado:
>> 275
Desapariciones forzadas acreditó la CNDH en la Guerra Sucia
>> 12
Desapariciones forzadas se registraron en Jalisco
>> 114
Desapariciones forzadas han sido indemnizadas por la Segob
La Reparación
La última vez que se le vio con vida a José fue el 18 de junio de 1976, unos días después de su detención por agentes del Gobierno de Jalisco, según un testigo que habló con la CNDH el 23 de junio de 1992, en Culiacán, y dijo haberlo avistado:
“Siendo aprox. las 7 de la mañana al dirigirse en un minibus de la ruta Normal-Centro, al ir pasando por el templo de la lomita, descendió del autobús y se percató que dos personas llevaban detenido al señor José Barrón Caldera”.
Luego de eso, nunca más se supo de él. El Gobierno de Jalisco fue hallado con responsabilidad en su desaparición por la CNDH, dentro del Informe de la recomendación 26 del 2001, donde afirma:
“En el caso del Servicio Secreto de la Dirección de Seguridad Pública del Estado de Jalisco, se observó que incurrió en una detención ilegal y retención arbitraria en virtud de que al haber logrado la detención, lejos de ponerlo a disposición del órgano procurador de justicia, lo entregó a la extinta DFS, ocasionando que fuera sometido a interrogatorios, conculcándole así la garantía de seguridad jurídica y de defensa”.
También que “se confirma que la extinta DFS participó en la desaparición forzada del señor José Barrón Caldera”, pues no hay registros de que lo haya puesto a disposición de “la autoridad encargada de investigar los delitos” ni de un juez, “tampoco existe evidencia que permita acreditar que después de su detención e interrogatorio hubiese recobrado su plena libertad”.
La Secretaría de Gobernación (Segob) de Miguel Osorio Chong emitió la reparación económica del daño por el caso de José el 15 de octubre de 2014, por un millón 45 mil 583 pesos (recurso de revisión RDA 2891/16).
Deuda histórica
Además de la indemnización por el caso de ‘Pablo’, el Gobierno federal indemnizó en julio del 2015 por otros dos desaparecidos en Jalisco, todos de la Liga Comunista 23 de Septiembre:
> Jorge Salvador Carrasco Gutiérrez, desaparecido el 27 de febrero de 1977 por la Policía Judicial. La Segob erogó un millón 205 mil 549 pesos.
> Guillermo Bautista Andalón, desaparecido el 15 de abril de 1977 por la DFS y Brigada Blanca; el Gobierno federal pagó un millón 208 mil 296 pesos.
> La Segob emitió la reparación económica del daño por el caso de José Barrón Caldera, “Pablo”, el 15 de octubre de 2014, por un millón 45 mil 583 pesos (recurso de revisión RDA 2891/16).