El fantasma del Hotel California

En el Hotel California, ubicado en la pequeña localidad de Todos Santos, en Baja California Sur, se habla de un fantasma.

No es la misteriosa mujer que llegó a visitar a Don Heley en el silencio de su soledad, es el fantasma de la canción que lleva el título del mismo hotel y que sigue fermentando la imaginación de los curiosos.

J. Jesús Lemus J. Jesús Lemus Publicado el
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“Todo es un mito. Puede que alguno de ellos -tal vez el escritor de la canción, Don Heley- sí (estuvo ahí), y puede que aquí haya escrito la famosa canción” 
Debbie StewartPropietaria del Hotel California

En el Hotel California, ubicado en la pequeña localidad de Todos Santos, en Baja California Sur, se habla de un fantasma.

No es la misteriosa mujer que llegó a visitar a Don Heley en el silencio de su soledad, es el fantasma de la canción que lleva el título del mismo hotel y que sigue fermentando la imaginación de los curiosos.

Las paredes rojas de la habitación 6 están impregnadas de una sensación extraña. En el aire se huelen las notas musicales. Es imposible no tararear la melodía apenas se cruza el umbral. Hace más de 40 años que en el Hotel California se escribió la famosa canción de The Eagles, pero su espíritu aún ronda aquí.

“Welcome to the Hotel California”, es lo primero que brota en el pensamiento de los visitantes que, con asombro en sus ojos y el dedo en el obturador de la cámara fotográfica, se disponen a recorrer los pasillos de este ícono del rock añejo. Debbie Stewart sólo sonríe. Sus ojos azules no quieren matar la ilusión de los visitantes.

“Todo es un mito”, dice con una amplia sonrisa la que desde el 2001 es propietaria del hotel. Ella misma reconoce que no hay nada que demuestre que en este lugar estuvo alguna vez el grupo The Eagles.

“Puede que alguno de ellos -tal vez el escritor de la canción, Don Heley- sí, y puede que aquí haya escrito la famosa canción”.  

Pero eso parece no importar a los turistas.

Son decenas, tal vez cientos, los que en un día llegan y posan frente a la fachada del hotel para tomarse la foto. Después, nada como sentarse en la terraza del Tequila’s Sunrise.

Quieren meterse en el alma de Don Heley para tratar de entender las razones de la letra. Todos los que llegan al pequeño poblado de Todos Santos, a solo 70 kilómetros de La Paz, tratan de discernir si la canción tiene un mensaje subliminal o si solo es una malpasada de la mariguana.

Motivos para imaginar

La canción puede hablar de cualquier cosa, pero en el hotel California dicen que sí asustan. Que hay un fantasma de una mujer, la misma que se le apareció a Don Heley. Dicen que recorre los pasillos y que le gusta aparecer por las noches en la habitación 6, en donde, dice el imaginativo colectivo, fue víctima de un rito satánico.

“Todo es imaginación”, asegura uno de los botones, “si quieres ver fantasmas vete al bar, allí hasta el diablo se les mete a los turistas”.

El lugar está lleno de simbolismos: Jarrones. Arcángeles sobre demonios. Leyendas sobre espadas que hablan de luz, ser supremo y seres enardecidos.

Una puerta al infierno como la de Dante, pero en colores pastel. Todo para suavizar, o para motivar, la imaginación de los curiosos.

Y es la leyenda la que sostiene a este, el de Todos Santos, el único pueblo mágico de Baja California Sur, el que es visitado por la mayoría de los turistas movidos por la curiosidad y la persecución del encuentro con lo imaginario y lo irreal del esoterismo.

A final de cuentas, hay elementos dentro de la canción que dan cuenta de que la letra fue escrita en este sitio: “La carretera del desierto, las campanas de la misión, los espejos en el techo, el mismo hombre del hotel”, los que todavía hoy parece que les hablan a quienes acuden en busca de la chica misteriosa que visitó al cantante.

Todo un hit

El hotel solo tiene 11 habitaciones. Están ocupadas siempre durante todo el año. “hay que hacer reservaciones con anticipación de hasta meses” dice Vicky, la recepcionista que no tiene empacho en decir que la leyenda es muy romántica, y que “algo de cierto hay en todo lo que se cuenta de la canción”. Solo sonríe cuando se le pregunta si hay fantasmas.

Los decorados de la habitación 6 son nuevos. Hoy se renta como una suite, la más cara del hotel. La cama fue renovada hace poco. Las cortinas se cambian a menudo. Pero lo que no se ha podido cambiar es la atmósfera de misterio y poesía que entra por las ventanas.

La luz que hoy se filtra es tan vigente como la luz de marzo de 1976, cuando dentro de esa silenciosa habitación Don Heley -cuenta la leyenda- se tendió sobre la cama y comenzó a rascar acordes en su guitarra para narrar ¿un cuento? ¿una fantasía? ¿una alucinación?

Con la canción “Hotel California”, que fue también el título del álbum, The Eagles ganó en 1978 un Grammy al mejor disco del año, luego de vender más de un millón de copias y mantenerse sonando en la radio por más de un año.

Esta misma canción rompió récord en el 2009, cuando fue certificada por la Asociación de la Industria Discografica de Estados Unidos (RIAA), como la canción más descargada digitalmente en los últimos años.

Aunque la historia dice que la música fue compuesta por Don Felder, para los visitantes eso no interesa. Todos prefieren imaginar la sesuda concentración del cantante Don Henley al escribir las letras que al español dirían: “En una oscura carretera del desierto/ Viento fresco en mi pelo/ Cálido aroma de colitas/ Subiendo por el aire/ Lejos, en la distancia/ Vi una luz temblorosa”. La imaginación es fértil. Se escuchan suspiros. “Chingón”, dice un turista tras íntima reflexión.

“Allí estaba ella de pie en la entrada/ Oí la campana de misión/ Y yo pensaba/ Esto podría ser el cielo o el infierno/ Entonces ella encendió una vela/ Y me mostró el camino/ Se oían voces allá en el pasillo /Creo que les oí decir …

Luego, en la cabeza, otra vez el estribillo “Bienvenidos al Hotel California”. Es una canción con un mensaje subliminal, dice alguien que está parado en umbral de la puerta: “se trata de un rito satánico”. Alguien interpela en voz baja como para no molestar a los fantasmas: “no es cierto. Es una canción de amor”. Un guía de turistas solo sonríe.

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