IFT otorgó concesión de radio y TV a grupo religioso
El IFT otorgó una concesión de radio y televisión a La Visión de Dios, misma que no está registrada como asociación civil ni organización religiosa; pese a estas irregularidades el órgano que regula las telecomunicaciones en el país determinó que es apta para transmitir los contenidos que desee. Con esta concesión expertos y activistas opinan que existiría un retroceso para la laicidad en México
Imelda GarcíaLa concesión que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) dio a la iglesia La Visión de Dios aleja al Estado mexicano de la laicidad.
En días pasados, el IFT otorgó la concesión a este grupo religioso para manejar y explotar una señal de radio y televisión, con lo que tendrá la posibilidad de transmitir contenidos religiosos de forma continua.
A pesar de que su nombre es explícito, el Instituto argumentó que La Visión de Dios se trata de una asociación civil y no de una iglesia
Dicho nombre, efectivamente, no se encuentra registrado en el padrón de asociaciones religiosas de la Secretaría de Gobernación (Segob); pero tampoco en la base de datos de las organizaciones de la sociedad civil registradas ante la misma dependencia, de acuerdo con una base de datos oficial actualizada a marzo del 2019.
Sin embargo, una simple búsqueda en redes sociales arroja que se trata de una organización afiliada a una red internacional de iglesias.
El documento del IFT fue recibido por Rebeca Chan Cámara, cuyo nombre y firma aparecen en los títulos de concesión que el Instituto otorgó a La Visión de Dios AC el 22 de mayo pasado, cuyos registros son públicos
Uno de esos registros es para operar una estación de radio en Frecuencia Modulada en la ciudad de Mérida, en Yucatán.
La otra es más amplia, y se trata de una concesión para radio y televisión, con cobertura nacional, para la “prestación sin fines de lucro de cualquier servicio de telecomunicaciones y radiodifusión que técnicamente sea factible, considerando la infraestructura requerida y medios de transmisión, propios y de terceros, con los que cuente el concesionario”, expone el documento.
Rebeca Chan Cámara, quien es originaria de Emiliano Zapata, municipio de Tabasco, figura como representante legal de dicha asociación civil, y en esa calidad firmó la documentación.
En sus redes sociales, Chan Cámara tiene como una de sus páginas favoritas a la de la iglesia Visión Cristiana Mérida, una organización religiosa que no está registrada ante la Segob.
Dicha asociación religiosa está afiliada a una hermandad de iglesias a nivel mundial llamada Vision International, cuya sede principal está en Florida, en los Estados Unidos.
Una de las metas principales de esa iglesia es alcanzar un millón de fieles en todo el mundo.
En México, organizaciones civiles criticaron al IFT por haber otorgado dichas concesiones, argumentando no solo que se viola la laicidad del Estado establecida en la Constitución, sino que la decisión va en contra de varios ordenamientos legales.
Abren las puertas
El IFT nuevamente está en el ojo del huracán por haber otorgado la concesión a un grupo que en el nombre lleva la vocación.
Este órgano autónomo e independiente, encargado de regular las concesiones de telecomunicaciones y su correcto desarrollo, abrió las puertas a que un grupo religioso tenga el poder de lanzar mensajes continuos sobre los contenidos que desee.
En su propia defensa, el Instituto argumentó que La Visión de Dios AC no es una organización religiosa, pues no se encuentra empadronada como tal en la Secretaría de Gobernación.
Sobre el caso particular de La Visión de Dios AC, tras una revisión y análisis exhaustivo del expediente administrativo, que fue debidamente integrado con las constancias exhibidas por la solicitante y las opiniones correspondientes, el 10 de abril de 2019, por unanimidad el Pleno del IFT consideró que esta asociación civil acreditó los requisitos establecidos por la ley y los lineamientos para el otorgamiento de concesiones
Y es que más de una decena de organizaciones civiles, activistas y académicos se pronunciaron porque las asociaciones religiosas se mantengan alejadas de los medios de radiodifusión.
“Nuestra Carta Magna prohíbe que la libertad religiosa se utilice con fines de proselitismo político.
“Exigimos al Instituto Federal de Telecomunicaciones que aclare su desconcertante actuar que da indicios de renuncia a su autonomía, violentando el marco legal vigente y de preocupante alineación a intereses ajenos y contrarios al interés público”, expusieron las organizaciones en un pronunciamiento.
Y es que desde inicios de su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con miembros de iglesias cristianas y evangélicas, quienes le pidieron hacer cambios en las leyes para tener acceso a medios de radiodifusión.
Desde entonces, en la Segob se comenzaron a estudiar los cambios que tendrían que ser necesarios al marco legal para permitir las concesiones a grupos religiosos.
Esto ha provocado que el primer mandatario reciba críticas sobre su actuación y las promesas a estos grupos religiosos.
El presidente López Obrador se ha pronunciado en favor de que organizaciones de cultos religiosos obtengan concesiones de radio y televisión, con el afán de moralizar al país
Florence Toussaint, investigadora de la UNAM, señaló en una entrevista con la agencia Notimex que no es recomendable que los grupos religiosos tengan un espacio en la radio y la televisión, pues sus contenidos se irradiarían a toda la población en una clara violación a la Constitución Política.
“Eso viene desde la reforma de (el presidente Benito) Juárez; entonces no entiendo cómo si tenemos a un presidente abiertamente juarista y un gobierno juarista, ¿cómo esto puede suceder?
“Si se hace una reforma en ese sentido, yo creo que será una reforma anticonstitucional; tendrán que revisar la Constitución también, y además creo que habría que tomar el pulso a la sociedad de qué es lo que quiere (…) Lo que hizo el IFT parece una burla”, sostuvo Toussaint.
El espíritu del Estado laico es que los mensajes religiosos sean solo pronunciados en los templos y en los espacios dedicados para ello, sin tener ninguna participación en la vida política del país.
