Junio es el mes dedicado a celebrar el orgullo de la comunidad LGBTI+, no obstante también es la oportunidad para mostrar los pendientes del Estado mexicano y la sociedad para proveer mejores condiciones a esta población.
De acuerdo con el informe “Impacto Diferenciado del COVID-19 en la población LGBTI+ en México” realizado por más de 30 organizaciones, instituciones gubernamentales y organismos internacionales, entre ellos, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), de 2020 a 2021 aumentó de 0.96 por ciento a 5.33 por ciento la cifra de personas LGBTI+ contagiadas de COVID-19.
Estos resultados no solo impactaron en la economía y en la salud física y mental de los enfermos, también representaron el alza de actos de violencia y discriminación: “Es decir, no solo el número de casos prevalece de forma más alarmante entre ciertos grupos, sino que se empalma con fobias y nuevos mecanismos de opresión”, indica el reporte.
La encuesta se realizó a 6 mil 671 habitantes del país, de los cuales 39.79 por ciento se identificó como hombres gay, 25.23 por ciento como bisexuales, 18.59 por ciento como mujeres lesbianas, 10.79 por ciento como pansexuales, 3.62 por ciento se reconoció de otra orientación sexual (agénero, de género fluido, queer, etc.), y 1.97 por ciento como asexuales.
Destaca que la edad promedio de quienes participaron fue de 28 años, y, del total, 15 por ciento vive en unión libre y 3.76 por ciento está casada.
En el caso de la vivienda, 17.84 por ciento tuvo que dejar su hogar. De estos, 4.84 por ciento lo hizo por problemas relacionados a su orientación sexual o identidad de género, y 28.89 por ciento por la imposibilidad de solventar los costos.
A nivel socioeconómico, siete de cada 10 perdieron sus ingresos total o parcialmente, y menos de 10 por ciento cuentan con asistencia de programas de Gobierno, pese a ser considerados un grupo de atención prioritaria por la Secretaría de Salud.
El censo revela que 47.5 por ciento pudo respetar la cuarentena y quedarse en su casa a trabajar; pero, 52.5 por ciento tuvo que salir, mayormente las personas transgénero.
De quienes refirieron recibir algún diagnóstico en materia de salud mental, 25 por ciento (256 de mil 8) interrumpió su terapia; y 96.99 por ciento estuvo en tratamiento antirretroviral (TARV) durante la pandemia, de los cuales 39 por ciento lo suspendió por motivos relacionados al COVID-19.
Llama la atención que entre jóvenes de 18 y 19 años, 40 por ciento refirió tener pensamientos suicidas y 15 por ciento intentó suicidarse.
Además, aumentó la discriminación y violencia por apariencia física en 47.90 por ciento, 36.94 por ciento por la forma de vestir, y 30.33 por ciento por ingresos económicos.