INAH en vilo
Los trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia viven en carne propia la austeridad republicana, la cual se ha visto reflejada en despidos, falta de pagos y en incertidumbre para quienes ahí laboran
Rubén ZermeñoPoco a poco el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), órgano encargado de resguardar el patrimonio histórico del país, comienza a convertirse en un elefante blanco a causa de la política de austeridad del Gobierno federal.
Patricia Ortíz trabaja en las oficinas centrales del Instituto, ubicadas en la colonia Juárez de la Ciudad de México y día tras día comienza a quedarse sola.
A veces se entera que despidieron a alguien del departamento de Registro de Bienes Arqueológicos, otras que a sus compañeros contratados como externos desde hace más de una década, les dijeron que mejor no fueran a trabajar, que no había certidumbre laboral, ni pagos, ni contratos y que esta situación se podría resolver hasta marzo o tal vez nunca.
“Si llegas al edificio del INAH y subes por elevador te vas a ir dando cuenta de que en un piso hay cuatro personas, en otro hay cinco, donde antes había más de 30 personas trabajando.
“Les dijeron que mejor no vinieran hasta que tuvieran algo seguro. A muchos les dijeron que les hablaban, pero hasta marzo. A nosotros nos dijeron que viniéramos. Tenemos trabajo pero no pago”, narró la trabajadora del INAH a Reporte Indigo.
Desde diciembre del año pasado comenzaron los recortes en el INAH y la incertidumbre para cientos de empleados a lo largo del país que están contratados a través del capítulo 3 mil, es decir, como externos, pero que prestan servicios de planta en el Instituto.
Patricia está contratada como “compactada”, sí tiene prestaciones, pero en lo que va del año no ha recibido ni sueldo ni un contrato por más de dos meses.
“No nos han pagado, no hay contratos todavía. Se supone que primero tienen que mandar los contratos a Hacienda y a partir de eso comenzar a pagar nómina. Nos dijeron que tuvieron que ajustar y recortar, nos pidieron el 20 por ciento.
“A nosotros nos dijeron que nos bajaban el sueldo para acoplarnos al presupuesto de Hacienda, pero a los de base, que es otro tipo de contratación, a ellos sí los ajustaron al tabulador, les subieron entre mil o dos mil pesos al mes o más, dependiendo del cargo”, agregó la entrevistada.
El pasado 24 de enero, los más de 300 profesores sin plaza de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) dependiente del INAH recibieron un correo electrónico del Departamento de Recursos Humanos en el que les avisaban que no les pagarían hasta que Hacienda autorizara el dinero, la misma historia para los contratos del semestre 2019-1.
“En relación a su pago quincenal ocurre el mismo caso, seguimos esperando autorización de la Secretaría de Hacienda para realizar los pagos correspondientes, (desde el 1 de enero) tanto para los que estamos contratados como Personal Eventual, como para los que están contratados como Profesores Hora, Semana, Mes”, señala el correo firmado por la licenciada Clara Vanessa Flores Alba.
Víctor Ovalle Hernández es profesor de asignatura en las licenciaturas de arqueología y antropología social en la ENAH, él junto a cientos de maestros trabajan por contratos semestrales y actualmente no saben si seguirán impartiendo clases.
“En la escuela somos alrededor de 400 profesores que laboramos por contrato, somos profesores de asignatura, profesores que hemos trabajado más de 30 años en esas condiciones.
“La autoridad de la escuela no ha ofrecido ningún tipo de explicación. Lo que sabemos por declaraciones del director general, Diego Prieto, es que este problema forma parte del Plan de Austeridad del Gobierno federal para la administración pública, es decir que están en revisión de contratos y éstos se tienen que justificar”, dijo el profesor en entrevista.
Ovalle Hernández está consciente de que existe corrupción y un manejo indebido de las plazas adentro de la escuela por cacicazgos y favoritismos, pero ve errónea la estrategia del Gobierno federal, ya que los afectados han sido los trabajadores y no los altos directivos que son quienes gozan de privilegios.
Conforme pasan los días las carteras se achican y la incertidumbre crece. El INAH se encuentra en vilo junto al trabajo de miles de personas.
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