El cine internacional del 2019 arrojó producciones de mucha calidad que ahora se discuten las máximas estatuillas del gremio fílmico, sobretodo entre el círculo de los grandes estudios hollywoodenses.
Primero fueron los Globos de Oro el 5 de enero, los BAFTA están por llegar el 2 de febrero y las celebraciones culminarán con los Oscar el 9 del mismo mes para así cerrar otra temporada de premiaciones a los largometrajes más destacados de la industria del cine internacional.
Aunque la inclusión racial y de género está cada vez más presente en estos eventos, los miembros de la comunidad artística todavía no se encuentran conformes con la pequeña participación que mujeres y personas de distintas razas están teniendo en el mundo del entretenimiento.
Por ejemplo, los BAFTA –Otorgados por la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión– se pronunciaron en contra de las grandes productoras, exigiendo una mayor cuota de diversidad étnica y género, ya que este año solo estuvieron nominados actores blancos e incluso hubo quienes repitieron menciones
Uno de los caso que ha generado polémica en particular es el de Scarlett Johansson, quien se encuentra compitiendo en las categorías a Mejor Actriz Principal y Secundaria, además de Margot Robbie que está mencionada dos veces en esta última selección por su participación en Había una vez… en Hollywood y El Escándalo.
En las estatuillas otorgadas por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS por sus siglas en inglés), se logró dar cabida a mujeres en categorías principales, como a Greta Gerwig al ser nominada por Mejor Guión Adaptado por Mujercitas; mientras que Amy Pascal va por el Oscar a Mejor Película con el largometraje inspirado en el libro del mismo nombre.
Además este año hay rostros de otras partes del mundo y de distintas razas que podrían ganar la presea más codiciada de Hollywood, ejemplo de ello son Antonio Banderas, Bong Joon Ho, Cynthia Erivo, más los mexicanos Rodrigo Prieto y Mayes C. Rubeo.
Pero ¿qué sucede en el ámbito del cine en México? ¿Existe la inclusión de género y racial entre el gremio fílmico?
Reporte Índigo sostuvo un diálogo con otras personalidades involucradas en la industria fílmica mexicana, como la productora Martha Sosa, quien asegura que ella nunca se ha sentido rechazada por el género masculino en la industria cinematográfica.
“A mí por más que me preguntan, en mi experiencia, yo nunca he tenido que pedir permiso, porque he tenido la fortuna de tener cerca de mí hombres que me han volteado a ver y me han invitado a trabajar y que han aceptado el lugar que tengo y que no los amenaza “, explica la productora de cine y de la película Cindy la regia, próxima a estrenarse.
Francisco González Compeán, que cuenta con 20 años de experiencia fílmica, ya que comenzó como productor ejecutivo en el rodaje de Amores Perros (2000), afirma que el talento laboral y artístico, sea de hombres o mujeres, es el que tiene que hablar por quienes se dedican al cine.
“Hay varias directoras que conozco que son malonas, y ahí están, pero las que son buenas agarran chamba y todo mundo quiere trabajar con ellas, y no tiene nada que ver con su género, ni con su look, ni con nada, ¡es que son muy buenas! Y también la parte racial es un tema que antes ni lo veías para mal, ahora decimos ‘está muy blanca esta peli’ y te lo empiezas a cuestionar”, precisa el también co-productor de Cindy la regia.
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Producción de cine en México: sostenida por mujeres
Tanto Francisco González Compeán como Martha Sosa concuerdan en algo, el cine en México desde el rubro de la producción en la década de los 90 fue edificado por mujeres, por lo que recuerdan rostros como el de Anna Roth, que ha estado involucrada en cintas como Titanic (1997), Apocalypto (2006), la serie Sense8 (2015 – 2018) y más.
“Mi vida en la parte cinematográfica siempre ha estado rodeada de mujeres muy fuertes, cuando arrancamos Altavista Films estaba Anna Roth que era una leyenda en temas de producción en línea, y estaban Yisel Ibarra y Mónica Lozano, incluso la misma Lynn Feinstein; eran puras mujeres y yo aprendí ahí que son unas chingonas”, platica González Compeán que también produjo Todo el poder (2000).
Sosa reconoce que al menos para el largometraje que están por estrenar, basado en el comic de Monterrey de Ricardo Cucamonga, hay 14 rostros femeninos en puestos principales, desde la co-dirección, la guionista y la directora de fotografía entre los cargos de mayor importancia.
Apertura detrás de cámaras
El propósito de abarcar una mayor cuota de género está clara entre el rubro de productores mexicanos, al menos así lo percibe González Compeán, quien observa entre sus colaboradores más jóvenes que sí existe esta exigencia de dar apertura a las mujeres.
“Al menos en mi entorno sí existe la inclusión. Yo estoy rodeado de gente en la cotidianidad que es joven y trae esa onda metida hasta el tuétano, hombres y mujeres, todo mundo está en esa onda que es muy bienvenida, muy padre y muy natural, no está forzada”, comparte González Compeán.
La co-productora de Cindy la regia, reconoce que el temperamento femenino en ocasiones genera choques laborales con los hombres, porque su carácter puede llegar a ser tan dominante como el del género masculino y no siempre ha habido un buen ambiente en el set de rodaje.
“He tenido otros colabora- dores hombres que sí los he sentido más amenazados por nuestras formas, porque sí somos distintos, y a lo mejor a veces le imprimimos una cierta complejidad que de pronto al hombre promedio, en términos de sus manejos de las emociones, puede ser demasiado”, explica Sosa.
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Cambiar las narrativas del cine
Natalia Beristain muestra parte de su preocupación tanto personal como profesional por la falta de equidad de género en el país en el largometraje Los Adioses (2017), donde cuenta la vida de Rosario Castellanos, escritora mexicana perturbada por el machismo de su esposo.
Beristain argumenta con un ejemplo clásico, La Odisea de Homero, la cual comienza con el pasaje de Telémaco, hijo de Ulises y Penélope, que manda callar a su madre, ya que él se considera el hombre al mando de la casa.
“Él y el consejo de ancianos toman las decisiones en lo que Ulises regresa, esas son el tipo de historias que nos han contado desde siempre y eso se traduce a la política, a la casa, a los espacios religiosos, sociales, a las escuelas, a la manera en que criamos a nuestros hijos e hijas”, acusa la directora.
La realizadora exhorta a que este tipo de ficciones cambien por el bien social para dar pluralidad a otras películas o producciones que sí puedan abonar en el sentido de una equidad racial y de género, no solo en México, sino en el resto de la industria mundial del cine.
“¿A eso aspiramos? ¿Esa es nuestra idea del éxito? ¿Que un grupo, de en su mayoría hombres blancos, que son los mismos que nos han contado estas historias, que nos tienen aquí, decidan y elijan quiénes son los más representativos, en nuestro caso, de la industria del cine? Hay que pensar que hay que buscar nuevas narrativas, porque esas están caducas”, enfatiza Beristain.
“No somos una minoría”
Involucrada en el desarrollo de películas hechas por mujeres, como el documental Plaza de la soledad (2016), dirigido por Maya Goded y que habla de prostitutas de la tercera edad que buscan tener una vida digna en el refugio Casa Xochiquetzal, Martha Sosa admite que aunque ya hay puestos de realización fílmica ocupados por el género femenino, faltan más todavía.
“Yo estoy de acuerdo que en los espacios, digamos visibles (del cine), no hay suficiente representación de las mujeres, es verdad. Nosotras, para empezar, no somos una minoría”, aboga la productora.
Sosa ha sido jurado de los incentivos fiscales que se otorgan para la producción de cine y ha visto que lamentablemente, los proyectos que son hechos por hombres son los que tienen mayor oportunidad de ser realizados.
“A veces me sucede que lamentablemente quiero que me guste el proyecto de una mujer y ¿qué crees? Los más padres son los de los hombres en ese concurso, y yo no tengo cara para discutir con el otro jurado y decirle ‘es que denles chance, ¡son mujeres!’, No creo que eso sea lo correcto, yo creo que la manera en la que nosotras como mujeres podemos ocupar más espacios es siendo chingonas”, comparte.
Atención a los Oscar
Hollywood ha sido el foco del glamour, las celebridades y su opulencia exacerbada, pero también ha sido reflejo de los escándalos y señalamientos sociales.
En el periodo de un lustro, también surgió el movimiento #TimesUp, además de fortalecerse el #MeToo, todo para demostrar que a las mujeres se les paga menos que a los hombres en las filmaciones estadounidenses, lo que provocó potentes discursos que buscaban detener esta injusticia laboral.
¿Qué discursos habrá en la premiación del próximo 9 de febrero? ¿Los ganadores hablarán de los problemas políticos y de la próxima elección presidencial? ¿Se harán demandas para la equidad racial y de género en la industria?
“Recordemos los premios Oscar antes de que Donald Trump llegara al poder, la industria fílmica es una burbuja que claramente, en lo general, no se siente representada por un gobierno como el de Trump, pero eso no quiere decir que no sea importante que siempre haya voces de todo tipo”, reflexiona Beristain.