El proceso electoral en Jalisco no terminó en las urnas.
Se trasladó a las calles y a los tribunales porque ciudadanos y partidos políticos están en desacuerdo con el resultado.
En municipios como El Salto, donde las irregularidades incluyen desde compra de votos hasta amenazas de muerte, un gran número de ciudadanos se movilizó.
Las marchas más nutridas del movimiento #YoSoy132GDL se han llevado a cabo luego de las elecciones del 1 de julio.
El movimiento de Guadalajara ha tenido sus propias manifestaciones para protestar contra los medios tapatíos por actos de censura y por aceptar pagos para favorecer la imagen de ciertos candidatos.
Y aunque las autoridades insisten en señalar que la elección fue limpia, hasta los propios priistas demandan que se vuelvan a contar los votos en municipios como Puerto Vallarta.
Alberto Cárdenas Jiménez, el candidato del PAN a la Alcaldía de Guadalajara, dejó entrever que impugnará el proceso.
Enrique Alfaro Ramírez, a través de Movimiento Ciudadano, pidió al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) de Jalisco el recuento de votos en los distritos 9 y 20 porque se detectaron irregularidades en la elección de gobernador.
Pese a que la autoridad electoral prometió que el procedimiento se llevaría a cabo con la mayor pulcritud, la ciudadanía duda de la credibilidad del organismo que opera como árbitro.
De hecho, el pleno del IEPC determinó que se procediera al recuento de votos en 19 municipios.
Entre ellos, Acatlán de Juárez, Ameca, Atoyac, Casimiro Castillo, Cuquío, Guachinango, El Limón, Jalostotitlán, La Barca, Puerto Vallarta, Tecalitlán, Tecolotlán, Tototlán, Tomatlán, Unión de San Antonio, Villa Corona, Tepatitlán de Morelos, Ojuelos y Tapalpa.
Pero las quejas interpuestas en procesos locales donde se señalaron claras violaciones, como en El Salto, lejos están de ser revisadas por la autoridad electoral.
En la historia moderna de Jalisco, estas elecciones son las que han registrado mayor cantidad de impugnaciones, solicitudes de revisión y hasta peticiones de que se repitan los comicios.
Porque, como señaló el consejero presidente del IEPC, José Tomás Figueroa Padilla, las elecciones intermedias de 2009 fueron ejemplares en términos de consenso, tanto de los ciudadanos como de los partidos.
El Salto, descaro electorero
El desaseo electoral tiene dos explicaciones: o siempre ha sido así o en esta ocasión hubo más ojos que observaron el proceso.
Lo cierto es que la elección 2012 ha sido catalogada como una de las más sucias de la historia de Jalisco.
Tan solo en El Salto, municipio metropolitano de Guadalajara, la compra de votos fue tan descarada, que hasta el candidato del PAN, Adán Flores Franco, denunció que las bases del PRI le ofrecieron dinero por su voto.
Televisiones, cheques, celulares, vales de despensa y tarjetas con tiempo aire fueron algunas de las dádivas detectadas cerca de las casillas.
Desde el martes por la tarde, más de 2 mil personas se han manifestado en la plaza principal de El Salto y afuera de las oficinas distritales del IEPC. Los ciudadanos exigen el conteo de votos y han denunciado irregularidades cometidas el día de la elección, incluyendo agresiones graves a observadores electorales.
Y es que en El Salto, los hermanos Joel y Gerardo González Díaz se apropiaron de la Alcaldía desde 2006. Desde entonces se han alternado la Presidencia Municipal y la diputación federal sin mayor problema.
Ante dicha situación, el organismo ciudadano Colonos Unidos de El Salto se ha manifestado contra los resultados de la jornada electoral del 1 de julio porque asegura que la gran mayoría de los votos fueron comprados.
Jesús Ruvalcaba, presidente de la organización, dice que el día de los comicios mucha gente fue golpeada y amenazada de muerte por oponerse al conteo “a modo” en las casillas donde incluso hubo robos de urnas.
El vecino de El Salto considera que el PRI representa la corrupción, ya que el priista Joel González, quien presuntamente ganó el domingo, tiene más de seis años manipulando la Alcaldía sin que mejore la calidad de vida de la ciudadanía.
Los miembros de Colonos Unidos de El Salto informaron que buscarán hacer un referéndum o plebiscito para desconocer legalmente a los hermanos González Díaz.
Pocos confían en la autoridad electoral. De hecho, habitantes de El Salto pidieron que se cambiara la sede del cómputo distrital porque era un edifico municipal.
Algunos de los manifestantes denunciaron que los policías que resguardaban el edificio eran los mismos elementos que intervinieron el día de la elección en favor de los priistas.
Muchos más que 132
A tres días de una jornada electoral plena de irregularidades, la efervescencia del movimiento que algunos comunicadores no se cansan de desvirtuar ha tomado un segundo aire.
Y es que #YoSoy132 es la piedra en el zapato de la clase política priista, que es acusada de comprar votos en distintos estados del país, y de los medios de comunicación que “impusieron” a Enrique Peña Nieto como presidente.
En la esfera local, lejos de debilitarse, esta movilización ciudadana se ha vinculado con otros sectores de la sociedad. Es así como surgió el grupo de académicos #Yosoy132 Jalisco.
Este grupo, conformado por investigadores de varias universidades, se unió al movimiento a fin de servir como guía para los jóvenes, pero respetando su autonomía colectiva.
Estar inconforme se ha vuelto un lugar común ante un proceso electoral opaco y lleno de irregularidades. Y la virtud de este desconcierto es que no solo se expresa en las redes sociales, sino también en las calles.
En la multitudinaria marcha que realizó el 4 de julio el movimiento #YoSoy132GDL, también participó el Frente Autónomo Universitario de la Universidad de Guadalajara.
Cerca de cinco mil personas recorrieron parte de la avenida Vallarta de Guadalajara unidas por una sola consigna: “Por una democracia verdadera”.
“Peña no ganó, Soriana le ayudó”, gritaron los manifestantes a su paso por una de estas tiendas de autoservicio.
El movimiento #YoSoy132GDL está inconforme con todos los casos de compra de votos, pero protesta abiertamente contra Soriana por los millones de votos que captó el PRI a través de las tarjetas de canje otorgadas por esta empresa.
El PAN se desmarca del escándalo
El domingo por la noche, el equipo de Alberto Cárdenas se proclamó ganador de la Alcaldía de Guadalajara, pero el PRI se acreditó el triunfo oficial con menos de 50 mil votos de ventaja. Esta mínima diferencia es suficiente para iniciar una impugnación, pero en el PAN reina la cautela.