[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_tmfj4ncj” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] La paridad de género para el Instituto Nacional Electoral (INE) es sólo un doble discurso: es prioridad en la agenda, pero no para ellos. A pesar de ser el órgano que debe garantizar la acción democrática y la participación política de los ciudadanos mexicanos, hombres y mujeres, no predica con el ejemplo.
Dentro del Consejo General del INE es evidente que se depositan en más varones las decisiones más importantes de la institución y lo mismo sucede en el conjunto de personas que fungen como asesores de los consejeros electorales, donde las mujeres no sólo son menos, sino que también detentan cargos con menor responsabilidad y eso se refleja en un salario más bajo a comparación con los del género opuesto.
El INE refuerza la desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral del país, una problemática a nivel sistemático, debido a que persiste en otros órganos autónomos, dependencias de gobierno, así como en el sector privado.
Otra esfera en la que la brecha de género se impone es en la participación política, como muestra se encuentran los aspirantes a la presidencia, en donde Margarita Zavala es la única mujer que podría figurar en la boleta en caso de recibir el aval de su candidatura independiente por parte del INE.
A poco más de un año de que el Consejo General del INE emitiera en el Diario Oficial de la Federación los criterios generales a efecto de garantizar el principio de paridad de género en la postulación de candidaturas para todos los cargos de elección popular a nivel local, no ha hecho una crítica constructiva hacia adentro de la institución.
Con base en la respuesta a una solicitud de información realizada mediante la plataforma de transparencia, el INE entregó el listado de los asesores de los consejeros electorales. Al realizar un análisis se halló que de las 136 plazas de asesoría 78 pertenecen a hombres y 58 a mujeres; es decir, que de cada diez personas que desempeñan el puesto, seis son del género masculino.
Esta tendencia se observa desde el equipo del consejero presidente, Lorenzo Córdova Vianello, quien es asesorado por nueve hombres y dos mujeres.
En cuanto al tema salarial dentro del equipo del consejero presidente, la asesora Silvia Araceli de Luna Melendez empata con otros tres asesores hombres con las percepciones mensuales netas más altas y recibe 98 mil 348 pesos. En contraste, la asesora Judith Alejandra Nieto Muñoz es la que menos salario percibe del conjunto de ayudantes junto con el asesor Adrián Gerardo Pérez Cortés; ambos reciben 49 mil 507 pesos de sueldo mensual neto.
En el grupo de 13 personas que asesoran al consejero José Roberto Ruiz Saldaña los hombres también son mayoría: diez contra tres mujeres. La lista de mayores percepciones salariales la lideran cuatro varones quienes ganan entre 57 mil 500 y 75 mil pesos netos por mes; hasta el quinto lugar, aparece la asesora Ana Karen Figueroa Hernández, quien tiene un sueldo de 42 mil 500 pesos netos mensuales.
El conjunto de asesores del consejero Jaime Rivera Velazquez es de los pocos que cuenta con más mujeres, pues se encuentra conformado por siete integrantes del género femenino y cinco del masculino. Sin embargo, en el tema salarial no existe la igualdad, pues cada asesora percibe mensualmente en promedio 45 mil 074 pesos; mientras que cada asesor gana en promedio 57 mil 594 pesos. Tan sólo en el grupo de asesores de Rivera Velazquez la brecha salarial de género es del 28 por ciento.
El consejero Marco Antonio Baños Martínez es asesorado por seis hombres y cuatro mujeres; la desigualdad en la percepción salarial también es evidente y alcanza el 69 por ciento en promedio a favor del género masculino. Cada asesor percibe 66 mil 488 pesos mensuales; mientras que cada asesora recibe 41 mil 880 pesos, ambas cantidades en promedio.
“(El tema de disparidad de género) está en el gobierno y en la iniciativa privada. Culturalmente a las mujeres se les asignan una serie de estereotipos y atributos que se circunscriben al ámbito privado; entonces no se les acepta en la esfera pública y si esto sucede son vistas con minusvalía, por eso se les paga mucho menos aunque se les exige más”, explica Georgina Cárdenas Acosta especialista del Centro de Investigaciones de Estudios de Género de la UNAM (CIEG).
El caso del conjunto de asesores de la consejera Dania Paola Ravel Cuevas es la excepción. Su equipo lo conforman siete mujeres y seis hombres. Cada asesora recibe en promedio 44 mil 319 pesos mensuales; mientras que los asesores son remunerados con 36 mil 809 pesos mensuales. Aunque en este equipo la desigualdad también se ve reflejada, el género femenino resulta más beneficiado en la parte económica.
El análisis salarial realizado por Reporte Indigo consistió en la revisión de cada asesor en el directorio del INE que se encuentra en línea y donde aparecen las percepciones por empleado. Allí se logró obtener el sueldo del 90 por ciento de los asesores de los consejeros; del diez por ciento restante, no fue posible obtener las percepciones, pues no aparecen en dicho directorio.
Relegadas a menor rango
Dentro de la respuesta oficial entregada por el INE en atención a la solicitud de información realizada por esta publicación, se entregaron dos listas. En una se ordenaron los asesores considerados de rango “medio o superior” y en otra lista los considerados “asesores operativos”.
Una de las diferencias encontrada entre ambas listas fue en el carácter de las percepciones salariales, ya que los asesores de mando medio o superior perciben casi el doble que los asesores operativos. Sin embargo, otra diferencia que cabe resaltar es que en la lista de los puestos operativos, la mayoría son ocupados por mujeres.
De los 24 puestos operativos de asesoría, 14 son mujeres y 10 hombres.
“Las mujeres se encuentran en una segregación horizontal, es decir, que se encuentran predominantemente en determinadas áreas y ocupaciones en el gobierno, como en las áreas de recursos humanos, de desarrollo social o participación ciudadana; pero difícilmente las ves como jefas de alguna área.
Tenemos una serie de brechas salariales, las mujeres al interior de las instituciones siguen enfrentando techos de cristal a pesar de que aparentemente se está logrando la igualdad. Siguen habiendo una serie de restricciones que limitan sus ascensos o posibilidades de obtener mejores salarios”, agrega Cárdenas.
Más hombres consejeros
La disparidad de género dentro del INE comienza desde su organismo central, que es el Consejo General, y que está integrado por 8 hombres y 4 mujeres. Además de su presidente, Lorenzo Córdova, otros seis consejeros hombres ocupan una silla junto al secretario ejecutivo como, quien de igual manera cuenta con asesores.
Este consejo es complementado por un grupo minoritario de consejeras quienes son Adriana Favela Herrera, Dania Ravel Cuevas, Pamela San Martín Ríos y Valles y Breatriz Zavala Pérez.
Es decir, en el personal del INE que integra su Consejo, la disparidad de género es de un 70/30 a favor de los hombres.
Esta brecha de género se hace más amplia en el grupo de consejeros del poder legislativo y representantes de los partidos políticos, pues de las 18 personas que participan en estas actividades dentro del Consejo General, solamente figuran tres mujeres, de acuerdo con el sitio del Instituto Nacional Electoral.
Para Georgina Cárdenas el INE ha hecho una buena tarea en cuanto a la paridad de género al exterior, tal es el caso de la exigencia de que las candidaturas sean otorgadas por igual a hombres y mujeres en las elecciones estatales. Aunque también asegura que la dominación masculina persiste aún con estas normas al momento de la ocupación de cargos.
“Los espacios ejecutivos son espacios donde todavía hay una hegemonía masculina. Las mujeres difícilmente acceden y tienen una serie de limitantes para entrar a esos cargos y sostenerse, eso sigue persistiendo. Mientras no atendamos a hacer cambios cualitativos, seguiremos avanzando pero no a los pasos que debería de ser”, indica la especialista.
Brecha laboral en México
La práctica laboral al interior del grupo de consejeros del INE y sus asesores no es más que un síntoma de un problema estructural que hay en México como lo es la desigualdad de género.
En su reporte “Brecha Mundial de Género 2017”, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) colocó a México en el puesto 81 de 144 países. Con respecto al reporte presentado en 2016 cayó 15 lugares, pues en ese año ocupó la posición 66.
Los datos del WEF dejan al descubierto que en el país no se han realizado las acciones correctas para frenar la discriminación para otorgar trabajos a las mujeres o remunerarlas con un salario igual al de los hombres.
El análisis de la brecha de género en lo laboral reveló que en México, durante el 2017, los ingresos estimados del trabajo de las mujeres fue de 11 mil 861 dólares anuales (220 mil 258 pesos) en promedio. Mientras que el de los hombres fue mayor que el doble, con 23 mil 913 dólares anuales (444 mil 064 pesos) en promedio.
“Hay otros países que están haciendo esfuerzos interesantes como la aplicación de mecanismos al momento de contratar a las personas para que el reclutador no realice un juicio de género y así valorar específicamente lo que muestra su currículum”, apunta Georgina Cárdenas.
Países como Argentina, Colombia, Perú, Venezuela o El Salvador se encuentran con mejores índices en el tema de la brecha de género que México, lo cual evidencia el rezago en este tema y la necesidad de atender los temas de esta agenda.
“Las mujeres somos más en la población y tenemos que estar representadas equitativamente en todas las esferas de la vida. Hay muchas mujeres capacitadas, con preparación académica, con unos currículums importantes. Entonces no hay pretexto. Debería estar normada la paridad de género para todas las dependencias de gobierno para que se fomente que lleguen más mujeres a los espacios de toma de decisiones”, concluye la especialista del CIEG.