INE: vota por el derroche

La austeridad es una palabra que no conocen en los rumbos del Instituto Nacional Electoral (INE).

Mientras algunas dependencias y programas gubernamentales verán disminuidos sus recursos económicos para el próximo año, en el INE se preparan hasta para tener sede nueva.

Y no será cualquier sede. Se trata de un complejo que tendrá hasta instalaciones deportivas.

A ello se suman los privilegios de que gozan sus consejeros electorales. Sueldos y prestaciones millonarias a las que solo pocos tienen acceso en el país.

Estas condiciones económicas, convierten al INE en uno de los organismos electorales más caros a nivel internacional.

Su presupuesto rebasa, incluso, al de la Comisión Electoral de los Estados Unidos de América.

Sube el presupuesto cada año

Para el próximo año, el INE tendrá un presupuesto de 15 mil 473 millones 834 mil 466 pesos.

Esto, representa más que el gasto de las dos Cámaras del Poder Legislativo, que en el 2016 tendrán un presupuesto de 14 mil 101 millones de pesos.

Es 10 veces más que el presupuesto de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que apenas podrá gastar mil 546 millones de pesos; y es casi igual que el gasto que tendrá la Procuraduría General de la República, cuyo presupuesto será de 16 mil 468 millones de pesos, apenas 995 millones más que el INE.

De los 15 mil 473 millones de pesos, el INE solo destinará 4 mil 31 millones de pesos al financiamiento de los partidos políticos. Los otros 11 mil 442 millones de pesos serán destinados a gasto operativo.

El presupuesto del 2015 del INE es equiparable al que tuvo el extinto Instituto Federal Electoral (IFE) en el año 2012, cuando hubo elecciones presidenciales.

En ese año, el IFE tuvo un presupuesto de 15 mil 953 millones de pesos; apenas 480 millones de pesos más de lo que tendrá en el 2016, en el que no habrá elecciones federales.

El gasto del órgano electoral ha crecido paulatinamente. En el 2012, fue de 15 mil 953 millones de pesos; en el 2013, de 11 mil 19 millones de pesos; en 2014, fue de 11 mil 833 millones de pesos; y en el 2015, de 18 mil 572 millones.

Este nivel de gasto, que ha aumentado sostenidamente con el tiempo, se ubica en los niveles más altos a nivel internacional.

Campeón internacional de gasto

Para fines comparativos, las cifras se mostrarán en dólares americanos.

El presupuesto total del INE será, en 2016, de 15 mil 473 millones 834 mil 466 pesos; esto es, 926 millones 576 mil 914 dólares.

Para el año fiscal 2016, la Comisión Federal Electoral de los Estados Unidos de América –que el propio INE identifica como su par en ese país- pidió un presupuesto de 76.1 millones de dólares.

Esta cantidad representa apenas el 8.2 por ciento del presupuesto anual del INE para el 2016.

En España, las tareas electorales recaen en la Subdirección General de Política Interior y Procesos Electorales, dependiente del Ministerio del Interior de ese país.

Para 2016, dicha subdirección tendrá un gasto de 123 millones de euros, unos 131 millones 597 mil 700 dólares.

Esto es apenas el 14.2 por ciento del presupuesto que el INE ejercerá el próximo año.

Otro ejemplo es el de Colombia. En ese país, la Registraduría Nacional del Estado Civil es la encargada de la organización de las elecciones y la expedición de documentos de identidad.

Para el 2015, este órgano tuvo un presupuesto de 74 mil 305 millones de pesos colombianos, alrededor de 23 millones 777 mil dólares americanos.

Esta cifra representa el 2.5 por ciento de lo que el órgano electoral mexicano gastará en el 2016.

La nueva sede

En un tiempo donde todos hablan de austeridad y algunos sectores tuvieron recortes a su gasto —como salud o el campo—, en el INE pensaron que era buena idea invertir en la construcción de una nueva sede.

El argumento principal es que, con las nuevas instalaciones, el Instituto ahorrará alrededor de 80 millones de pesos al año que ahora invierte en la renta de diversos inmuebles, solo en el Distrito Federal.

Sin embargo, la polémica no ocurrió por la construcción de la sede en sí misma, sino por las características con que se planea equiparla. La nueva sede del INE tendrá canchas de futbol, de basquetbol, volibol y un salón de baile, así como una pista para bicicletas que dé la vuelta a todo el complejo.

Se prevé que la sede tenga varias áreas verdes con árboles de todo tipo, incluso frutales, y las azoteas sean aprovechadas para sembrar plantas y flores.

La nueva instalación del Instituto tendrá paneles solares, que dotarán de energía eléctrica a todo el complejo de oficinas; así como una planta tratadora de aguas residuales para volver a usarla en instalaciones sanitarias y para el riego.

Aunado a esta obra, el INE pondrá en marcha un sistema de transporte para que se pueda llegar al Instituto desde varios espacios y estaciones del metro o metrobús. Todo esto, además del levantamiento de dos torres de 14 pisos cada una que albergarán a más de 3 mil empleados del INE.

La inversión para esta construcción será de alrededor de 942 millones de pesos y se prevé que comience el año próximo para concluirse a finales del 2018.

La construcción se realizará en los mismos terrenos que ocupa el actual INE, aunque se ampliará el área que el Instituto ocupa actualmente. El proyecto fue elegido mediante un concurso; el jurado tomó en cuenta no solo la viabilidad, estética y funcionalidad de la obra, sino también de imagen del INE. 

Uno de los proyectos que no fue seleccionado contemplaba realizar una sola torre de 30 pisos; sin embargo, esa propuesta pareció excesiva, pues daría una idea de que se gastó en ella un exceso de recursos.

En la negociación del Presupuesto de Egresos para el 2016, diputados y consejeros entraron en un debate sobre la viabilidad de invertir en este momento en una nueva sede.

Los consejeros del INE visitaron varias veces a diputados federales para explicarles que cuentan ya con más de la mitad de los recursos necesarios para construir la nueva sede.

Sueldos millonarios

Tanto los 10 consejeros electorales como el consejero presidente, reciben una percepción bruta anual (antes de impuestos) de 4 millones 202 mil pesos.

El ingreso de los consejeros Lorenzo Córdova, Enrique Andrade, Marco Antonio Baños, Adriana Favela, Beatriz Galindo, Ciro Murayama, Benito Nacif, José Roberto Ruiz, Pamela San Martín, Arturo Sánchez y Javier Santiago, representa un gasto anual de 46 millones 222 mil pesos anuales, solo para pagar los ingresos de estos 11 servidores públicos.

Curiosamente, el sueldo de estos funcionarios es de apenas 588 mil 408 pesos al año, unos 49 mil pesos al mes. Lo millonario, aquí, es su compensación.

En un rubro llamado “compensación garantizada”, los consejeros electorales reciben 2 millones 564 mil pesos. Cuatro veces más que su salario.

Esto hace un total aproximado de 262 mil pesos al mes, antes de impuestos.

Además de estos 3 millones 152 mil pesos que reciben en salario y compensaciones, los consejeros electorales tienen prestaciones, en algunos casos, de cientos de miles de pesos.

Por ejemplo, tienen un aguinaldo de 454 mil 775 pesos; una prima vacacional de 16 mil 345 pesos; o una prima quinquenal por antigüedad de 2 mil 400 pesos.

Además de todo eso, anualmente el Estado les paga 425 mil pesos de un seguro de separación individualizado, que les permitirá llevarse varios millones de pesos cuando termine su encargo como consejeros electorales.

Los consejeros no son los únicos funcionarios con ingresos millonarios en el INE.

Edmundo Jacobo Molina, secretario Ejecutivo del INE, tiene ingresos brutos por 3 millones 689 mil pesos anuales.

Su salario es de 465 mil 192 pesos al año; mientras que la compensación a su cargo será de 2 millones 290 mil pesos.

Este funcionario recibirá un aguinaldo de 397 mil 365 pesos y tiene derecho a una prima vacacional de 397 mil 365 pesos.

Hay otros funcionarios del Instituto que también son onerosos para su operación.

El coordinador de asesores del consejero presidente, Luis Emilio Giménez Cacho García, ganará un salario hasta de 145 mil 386 pesos; su secretario particular, Francisco Javier Naranjo, tendrá el mismo nivel de ingresos. Esto, sin contar si estos funcionarios recibirán una compensación adicional a su ingreso mensual.

Legislativo, en desacuerdo

Diputados del PRI, PAN y PRD afirmaron que se aprobó el presupuesto del INE en un ejercicio de respeto al órgano autónomo que organiza las elecciones en el país, aunque eso no significa que estén de acuerdo con la forma en que se realizará el gasto.

Federico Döring, vicecoordinador de la bancada del PAN, dejó claro que los planes del INE reflejan una falta de sensibilidad a la situación que vive el país.

“El del edificio no era un tema que compartiéramos en su espíritu, había temas más importantes, pero sí me parece que si el presidente de la República dice que hay que apretarse el cinturón y el INE no se lo aprieta, está mandando una señal de que no fue sensible a lo que llamó el presidente.

“Aquí la Junta de Coordinación Política se apretó el cinturón, el Gobierno de alguna forma se lo apretó, el Poder Judicial se lo apretó; y pareciera que el único que no sabe apretarse el cinturón es el INE, es un mal mensaje”, criticó el panista.

Francisco Martínez Neri, coordinador de la bancada del PRD en San Lázaro, dijo que se aprobó el presupuesto que pedía el INE, pero estarán vigilantes del ejercicio del gasto.

“La democracia es cara, pero lo que tenemos que ver es que no haya gasto suntuario ahí”, advirtió.

Para Virgilio Caballero, vicecoordinador de la bancada de Morena, el gasto del INE es excesivo y más la construcción de una nueva sede.

“El INE es el gran ganón desde hace rato, no solamente en cuestión del presupuesto, sino con la falta de independencia verdadera con la que actúa; es decir, la arbitrariedad como norma”, sentenció Caballero.

Los diputados coincidieron en que el ejercicio del gasto debe ser vigilado por los órganos fiscalizadores para evitar malos manejos del erario.

Indignados por los millones

En el presupuesto de Egresos 2016 este organismo gubernamental aseguró 15 mil 473 millones 834 mil 466 pesos aprobados por la Cámara de Diputados.

Ciudadanos entrevistados cuestionaron los altos sueldos que tienen autorizados los consejeros electorales, incluyendo Lorenzo Córdova, presidente del INE, que goza de un salario de 269 mil 562 pesos mensuales.

 “Es mucho, demasiado ¿para él?”, cuestionó Jestinca Aparicio, quien trabaja en una empresa de seguridad privada al poniente de la ciudad. La indignación fue rotunda cuando a la agente de seguridad se le comentó que había más personas dentro de la institución con sumas similares en su goce de sueldo.

 “Gastan nada más en ellos ¿y el pueblo?”.

Hombres y mujeres sin distinción social fueron cuestionadas e informadas respecto a los millones que obtendrá el INE para el 2016. La opinión general fue desaprobatoria y molesta ante los responsables de quienes supone guardan el derecho al sufragio libre en México.

De camisa azul con un poco de prisa que exige la ciudad capitalina el comerciante Wenceslao Vázquez expresó su descontento

“No se me hace justo, habiendo tantas necesidades en el país, (…) debe de haber un tope de salarios hasta para ellos”, refiriéndose a los funcionarios públicos que laboran en el INE.

“Si ya se tienen las oficinas de lo que antes era el IFE, sería más fácil restaurarlas o actualizarlas a construir por completo, creo que si sería un poquito de desfalco”, piensa el fisioterapeuta Guillermo Cornejo al enterarse que la nueva sede del órgano regulatorio del voto invertirá 743 millones de pesos en construir nuevas oficinas para sus empleados.

Paulina Macip, mercadóloga, se mostró disconforme con las prestaciones con las que cuentan los comisionados electorales.

“Todos los que están en el gobierno siempre ganan más que los que realmente trabajamos, tienen un sueldo –creo yo– injusto para las funciones que tienen”.

Los reclamos siguieron entre la ciudadanía que percibe un salario lejano a las expectativas que este organismo entrega a sus empleados públicos, el agobio se alzó entre la irritación de quienes pagan sus impuestos para satisfacer el engorde de carteras de los funcionarios, sin justificar el goce de sueldo, sus prestaciones o el uso del recurso que bien pudiese ser destinado a más entidades federales o a la educación cívica del bien común.