El precio del petróleo está malabareando una vez más. Aunque esta situación ha puesto nerviosas a las compañías del sector en todo el mundo y en alerta a múltiples países productores de oro negro, la realidad es que la ruta volátil en las cotizaciones del crudo no es algo nuevo.
A mediados del año pasado, el precio superó los 70 dólares por barril en un par de días y después comenzó a bajar hasta aproximadamente 60 dólares; antes de cerrar 2018, el mercado experimentó un pico similar hasta llegar al nivel actual.
“Hay una preocupación muy grave en este momento sobre los posibles efectos que puedan ocurrir en el corto plazo, pero los picos en el precio del crudo son muy normales y siempre han ocurrido”, asegura Paul Alejandro Sánchez, director de la organización Ombudsman Energía México.
Lo que es nuevo es que nunca había ocurrido un ataque similar como el que se suscitó hace unos días en el corazón petrolero de Arabia Saudita, luego de que dos plantas de Saudi Aramco, la compañía más rentable del planeta, fueran atacadas con drones, provocando una suspensión en la producción de 5.7 millones de barriles de petróleo crudo por día.
Mientras diversos gobiernos comenzaron a preparar medidas para poder enfrentar una nueva inestabilidad de los petroprecios, en el caso de México el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró que en el mercado local se mantendrán estables los costos de los combustibles, ya que se cuentan con los suministros asegurados a pesar de los bombardeos en territorio saudita.
“Nosotros estamos protegidos (…) no habrá variaciones de precios en las gasolinas. Vamos a seguir manteniendo el compromiso de que no aumenten los precios en términos reales”, manifestó durante su conferencia matutina del martes.
Los especialistas del sector coinciden en que los automovilistas mexicanos no resentirán el impacto, gracias a la fórmula que tiene establecida la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), pero destacan que el gobierno mexicano no es quien fija los precios.
Como resultado de la Reforma Energética y la liberación del mercado la cotización de la gasolina se fija respecto a los precios internacionales del crudo.
En un intento por proteger la economía familiar, al momento de que suben los precios de referencia se activa un subsidio al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y el ciudadano no experimenta de manera tan directa el golpe a su bolsillo.
No obstante, Adrián Calcáneo, director de Midstream y Líquidos en la firma IHS Markit, explica que esto es un arma de doble filo para las finanzas públicas del país.
Músculo saudita
A inicios de esta semana, los precios del petróleo se dispararon por arriba de 19 por ciento, sin embargo, la fiesta terminó luego de que en menos de 48 horas de los ataques a las instalaciones de Saudi Aramco, su presidente y CEO Amin Nasser dio a conocer que para finales de septiembre se restablecerá completamente la producción.
Desde su primera exportación de petróleo crudo en 1939 a la fecha, Saudi Aramco ha producido uno de cada ocho barriles de crudo en el mundo, equivalentes al 12 por ciento de la producción mundial.
Otro tema que cobró relevancia es que el ataque no opacó los planes de la compañía de salir a la Bolsa en las próximas semanas.
Con esto, Aramco no solo afianzará su posición como la empresa petrolera más rentable del mundo con ingresos que superan los 300 billones de dólares, también es posible que su Oferta Pública Inicial marque un récord en los mercados bursátiles.
Adrián Calcáneo es consciente de que Arabia Saudita se va a recuperar de este duro golpe y regresará todo a la normalidad, pero insiste en que hay un riesgo implícito y por ello se debe poner especial atención a cómo se está moviendo la geopolítica.
“Vivimos en un mundo donde el ataque directo a la infraestructura de la petrolera líder en producción es posible. Hay que tener mucho cuidado con la reacción de Estados Unidos, sobre todo con lo impredecible que es el presidente Donald Trump”.
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Panorama pesimista para precios del petróleo
La ola de malas noticias que se viene gestando desde principios de año llegó a etapas inesperadas, no obstante, con la desaceleración económica global y la extenuante e interminable guerra comercial entre Estados Unidos y China, ahora el mercado mundial del petróleo en Arabia Saudita podría enfrentarse a un panorama poco alentador luego del reciente atentado que sufrió en sus instalaciones.
Durante las primeras horas después del acontecimiento, la incertidumbre se generó en múltiples países que dependen del recurso como China, Japón, India y Corea del Sur, pues la reducción del crudo impactaría en sus inventarios y el precio que manejan en la actualidad.
Rosanety Barrios, analista independiente de energía, asegura que la dimensión de este problema no es la cantidad de petróleo que deja de estar disponible, sino por cuánto tiempo se puede extender.
Actualmente México es miembro de la AIE y para 2020 se comprometió a cumplir con la meta de cinco días de inventario de gasolina diesel y turbosina, cantidad que aumentará conforme pase el tiempo hasta llegar a 13 días de petróleo guardado para cualquier emergencia.
Complicaciones inesperadas
De no solucionarse el problema de Arabia Saudita a corto plazo, se corre el riesgo de que los petroprecios caigan y a su vez provoquen volatilidad en los mercados bursátiles, lo cual de acuerdo con los analistas afecta a países emergentes.
En tan solo dos días, esta incertidumbre generó una caída de 165 puntos del índice industrial Dow Jones, ante los temores de que la subida del precio del petróleo pueda mantenerse por largo tiempo pese a las promesas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia de aumentar la producción.
Las alarmas del aumento al petróleo ayer se disiparon un poco, ya que el precio del crudo retrocedió tras haber aumentado 15 por ciento. El barril de Brent, en Europa, concluyó la sesión en el mercado de futuros de Londres en 64.65 dólares, un 6.33 por ciento por debajo del lunes, mientras que el estadounidense Texas, retrocedió un 5.7 por ciento, hasta los 59.34 dólares.
Jorge Sánchez, director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), asegura que este tipo de noticias pueden provocar reacciones alarmantes, sin embargo, aún hay tiempo de solucionar estos problemas por las reservas que tienen algunos países.
Las naciones que dependen de Arabia Saudita podrían experimentar escasez en el recurso, un alza en el precio y poca disponibilidad en los productos derivados del petróleo, también habría poca transportación y en el peor de los casos, la necesidad llevaría a sus socios a comprar a otros países que si puedan abastecer.
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¿Quiénes ganan con la Crisis del petróleo?
Al presidente Donald Trump siempre le gusta ganar y no dejará pasar la oportunidad de sacar ventaja de la actual inestabilidad en los precios del crudo para sumar algo a su causa.
Especialistas consideran que la lista de los ganadores con el actual panorama en los petroprecios la encabeza Estados Unidos, debido a que el país seguirá bombeando el hidrocarburo afianzando su posición como líder en el mercado mundial.
Otro factor que se suma a su favor es que la Casa Blanca podría abrir su Reserva Estratégica de Petróleo, el mayor depósito de hidrocarburos que existe en el planeta, para protegerse de cualquier eventualidad en el corto plazo.
Tras darse a conocer la noticia del ataque a las instalaciones de Saudi Aramco, el inquilino de la Casa Blanca dio el manotazo sobre la mesa y aseguró en tono amenazante que estaba “listo para disparar”.
Además prometió ayudar a sus aliados afianzando la idea de que Irán había sido responsable de las explosiones generadas con drones en territorio saudita.
“Somos un exportador neto de energía y ahora el productor número uno de energía en el mundo”, escribió en su cuenta de Twitter el mandatario y agregó: “no necesitamos el petróleo y el gas de Medio Oriente. En realidad tenemos muy pocos tanqueros allí, pero ayudaremos a nuestros aliados”.
Movimiento estratégico
Paul Alejandro Sánchez, director de la organización Ombudsman Energía México, refiere que otros ganadores de esta situación serán los países que tienen petróleo para exportar, como Canadá, Colombia y Brasil. México también puede saborear una rebanada del pastel, pero solo bajo ciertas condiciones.
El analista explica que la producción que se sacó del mercado por los bombardeos a Aramco fue de petróleo ligero. Por lo tanto, el gobierno mexicano puede aprovechar que en el territorio nacional se produce crudo pesado, el cual se utiliza en las refinerías de la Costa Este de Estados Unidos.
“Si México juega bien sus cartas podría ser un ganador, ahorita es un buen momento para que Pemex venda su insumo al mejor postor. Pero tampoco se debe dejar de lado que los precios del petróleo no suben o bajan por el ataque a las instalaciones de una compañía, sino por la incertidumbre que se genera”, detalla Sánchez.
Al otro lado del mundo, Rusia puede convertirse en una pieza clave en el tablero durante las próximas semanas, pues al ser el segundo mayor exportador de petróleo y ser un integrante clave de la Organización de Países Exportadores de Petróleo existe la posibilidad de que se convierta en un proveedor.
La balanza a favor también se replica con la OPEP, pues desde hace años busca mantener los precios altos al limitar su producción. Sus integrantes, al igual que Rusia, se convertirían en abastecedores del mundo, aunque salta un detalle: Irán y Arabia Saudita pertenecen a este bloque y las tensiones en este momento podrían complicar el objetivo de la organización.
Al mirar hacia los sectores económicos, Adrián Calcáneo, director de Midstream y Líquidos en la firma IHS Markit, explica que las aerolíneas también se beneficiarían, aunque en este caso dependen otros factores, como que el barril descendiera a un nivel de entre 50 y 55 dólares como hace años ocurrió.