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Desde el año 2000 el índice de precios al consumidor no había alcanzado un alza como la que alcanzó en el 2017.
Lo ven quienes van al mercado, al supermercado, a la tienda de la esquina o a la de conveniencia: muchos productos están más caros que hace unas semanas.
El aumento de precios impacta directamente en el poder adquisitivo de los mexicanos y en la competitividad, por lo que también será un tema central en la elección presidencial.
¿A quién de los tres candidatos presidenciales le beneficia la grave situación que vive la economía mexicana y quién de los tres principales es perjudicado por este mismo factor?
Hasta el momento José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya han presentado esbozos de lo que sería su programa económico de gobierno en caso de ganar las elecciones de este julio.
Sea para proponer o denostar, la precaria situación económica que enfrentan los ciudadanos mexicanos será parte, sí o sí, de las campañas presidenciales de este año.
Baja ingreso; Hacienda aprieta
Apenas comenzó el año y el alza en varios productos y servicios no se hizo esperar.t
Se trata no solo de aumentos en productos de la canasta básica, sino en otros que impactan en cascada a los primeros: el precio de los combustibles y el gas tuvieron también un crecimiento en las últimas semanas.
Y aunque el salario mínimo creció un 10 por ciento entre 2017 y 2018, éste quedó rebasado por el alza en los precios que alcanzó, en promedio, un 17.7 por ciento.
Un estudio del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) explica que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó en su Reporte de Finanzas Públicas de noviembre pasado que los ingresos tributarios cayeron el 8.8 por ciento real anual.
Esos ingresos incluyen una baja del 32.3 por ciento en el IVA; un 20.3 por ciento en la recaudación del IEPS; mientras el ISR aumentó el 10.5 por ciento.
“Esta reducción en los ingresos se debe a la baja recaudación de IEPS en gasolinas y diesel, que cayeron un 24.46 por ciento, así como en las bebidas alcohólicas y saborizadas y el tabaco, en donde se percibió un descenso de 3.9 por ciento en promedio (…).
“Ante la baja recaudación de impuestos, la SHCP tomó las medidas necesarias para aumentar los ingresos tributarios (medidas que fueron avaladas por el Congreso). Una de estas alternativas fue aumentar el IEPS, impactando principalmente en el precio de los combustibles”, expone el estudio de LACEN.
Así, el costo de la gasolina aumentó un promedio del 6.9 por ciento, según la Asociación Mexicana de Gasolineros (Amegas), aunque el precio de los combustibles varía dependiendo la zona del país.
El aumento en la gasolina y el diesel impactan directamente en otros productos, como las tortillas, que en algunas zonas del país se vende hasta en 17 pesos por kilo.
El Laboratorio señala que, además del precio de los combustibles, otros factores impactan directamente en el aumento de algunos productos.
Uno de esos factores fueron las heladas que golpearon al campo en las semanas recientes, lo que afectó al sector agrícola.
Otro, es el aumento en el peaje de las casetas que, junto con los combustibles, encareció el transporte de mercancías.
“Productos como el jitomate, en tan solo un año, han alcanzado un aumento en su precio del 50 por ciento. La tortilla se elevó 45 por ciento y el aguacate un 15.7 por ciento. Mientras que los productos de origen animal también subieron: el pollo, 20 por ciento; la carne de puerco, 6.25 por ciento; el huevo aumentó 40 por ciento, impactando a su vez el precio del pan.
“Además del aumento en los productos alimenticios, el precio del gas L.P. creció un 28.6 por ciento”, expone el estudio.
El panorama para 2018 no es nada alentador. Los expertos de LACEN consideran que otros factores tendrán una incidencia directa en la inflación y el costo de los productos y servicios.
“Tenemos un panorama de incertidumbre por la elección presidencial, la renegociación del TLCAN y el precio del dólar, que se convierten en factores que no permitirán la baja de los costos de los productos (…).
“El panorama social y económico de México no es nada halagüeño, por lo que los candidatos presidenciales tendrían que proponer medidas que reactiven la economía nacional, así como la creación de empleos con mejores salarios”, sostiene el Laboratorio.
Los precandidatos presidenciales ya han delineado algunas ideas para el desarrollo económico del país.
Meade, el golpeteo
José Antonio Meade ha sido golpeado políticamente por el tema económico por haber sido secretario de Hacienda entre septiembre del 2016 y noviembre del 2017, periodo en que se presentó el mayor aumento a los combustibles y se gestó la inflación que hoy afecta al país.
“Meade tuvo la oportunidad de presentar una reducción al impuesto a las gasolinas para que fueran más baratas y no lo hizo (…) por ello es que los gasolinazos tienen nombre y apellido: su nombre es Meade y su apellido es PRI”, acusó Marko Cortés, líder de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados.
El precandidato del tricolor ha negado dichas acusaciones. Para él, la responsabilidad del aumento en el precio de los combustibles recae en el Congreso, que aprobó el esquema de fijación de precios.
“El precio de la gasolina se determina internacionalmente y fluctúa conforme a sus condiciones de costo”, comentó Meade en respuesta a las acusaciones de sus adversarios.
Más allá de los gasolinazos, José Antonio Meade ha delineado sus planes para la economía del país en el Programa de Gobierno 2018-2024 que la coalición del PRI, el PVEM y Nueva Alianza presentaron al INE.
La economía es el eje uno de dicho programa, en el que en 17 puntos se explican algunos principios que su administración llevará a cabo, en caso de ganar la elección del 1 de julio.
En ninguno de ellos se contempla la posibilidad de cambiar el esquema de recaudación de impuestos. En todos los casos se trata de principios generales.
Su prioridad número uno es preservar la estabilidad macroeconómica para atraer más inversiones al país. Además, el posible gobierno de Meade buscará expandir el horizonte de los mercados mexicanos, diversificando más allá de América del Norte.
Se promoverá el desarrollo regional y el ordenamiento territorial, así como ampliar el acceso a la vivienda.
Meade se propone también impulsar la energía de fuentes limpias, mejorar la infraestructura para aumentar la productividad y alcanzar el acceso universal a internet.
El desarrollo de las empresas de tecnología, detonar la industria agroalimentaria y expandir el sector turístico serán otras de sus metas.
La coalición del PRI, el PVEM y Nueva Alianza también promete dar más oportunidades a los jóvenes para aprovechar el bono demográfico; apoyar a las pequeñas y medianas empresas; impulsar la economía social; simplificar trámites; y transitar a “formas de producción y consumo responsables”.
Anaya, la crítica
Ricardo Anaya, precandidato de la coalición Mexico al Frente -del PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano- ha sido quien más ha explotado políticamente el tema de la inflación y los gasolinazos.
“Estamos viviendo la inflación más alta de los últimos 20 años. Este aumento generalizado en los precios (…) es parte del desastre de este gobierno priista”, ha dicho Anaya.
El panista no se cansa de repetir que José Antonio Meade es responsable del gasolinazo. En cada plaza que pisa, utiliza ese mismo mensaje; aunque los diputados del PAN aprobaron la Ley de Ingresos tanto de 2017 como de 2018 -años en los que él dirigía el partido-, donde se establecía el cobro de impuestos.
En su programa de gobierno, la coalición ubica el combate a la desigualdad como el eje principal de sus acciones. Pone en primer lugar el combate a la pobreza y la búsqueda de la igualdad.
La primer medida que planean tomar los partidos del Frente es impulsar una “política fiscal más justa y una política económica que no solo cancele los monopolios, sino que evite la acumulación excesiva de la riqueza”.
En caso de ganar la elección del 1 de julio, el nuevo gobierno buscará mejorar el poder adquisitivo del ingreso, se compromete, así como promover la creación de empleos bien pagados.
En varios puntos, la coalición señala que buscará una mejor distribución de los ingresos tributarios a nivel federal, estatal y municipal; y vigilará que el ejercicio de los recursos se haga de forma transparente y responsable, erradicando los actos de corrupción.
Una de sus metas más importantes es cambiar la política fiscal del país. Propone establecer un sistema tributario “eficaz, eficiente, progresivo, con una mayor base de recaudación fiscal”.
Abiertamente propone revisar el impuesto a las gasolinas y mejorar los mecanismos de control en la recaudación, “combatiendo la evasión y elusión en el pago de impuestos”.
La coalición Por México al Frente se propone también fortalecer el mercado interno; establecer una política de Estado para acelerar la industrialización del país; y promover el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas.
Entre sus puntos están también garantizar los derechos laborales y promover la libertad y la democracia en los sindicatos.
También promoverá que se consuman más productos nacionales y se fortalezca el desarrollo de las regiones, entre otros puntos.
AMLO, la incógnita
Andrés Manuel López Obrador también ha acusado al Gobierno federal y a José Antonio Meade de ser los culpables del aumento a las gasolinas y, por ende, del aumento de precios.
A finales de diciembre, el precandidato presidencial de Morena retó a Meade a explicar el gasolinazo y en sus mítines lo define como el culpable del aumento a los combustibles.
“El que autorizó el gasolinazo. (…) Ese señor estaba en Hacienda y fue el que autorizó el gasolinazo”, dijo el tabasqueño en un mitin.
En su programa de gobierno, López Obrador coloca el tema económico como eje central de toda su política pública. Para el precandidato, una mejor situación económica del país ayudará a solucionar problemas como la inseguridad, la pobreza y la desigualdad.
Otra fuente de recursos extras será el combate a la corrupción, por el que se ahorrarían 500 mil millones de pesos, según sus cálculos.
Dentro de este plan de austeridad se plantea que el gobierno opere solo con el 30 por ciento de la estructura actual de mando; propone reducir la estructura organizacional de algunas secretarías, para disminuir el gasto corriente. Su idea es reorientar el gasto corriente hacia gasto productivo.
López Obrador plantea la necesidad de fomentar el desarrollo regional y la creación de fuentes de empleo en diversas regiones para que las fuentes de ingreso estén cerca de donde vive la gente.
El precandidato de Morena señala que es necesario diversificar el mercado de productos mexicanos y mejorar la integración de la región México, Estados Unidos y Canadá, aunque también se promoverá que haya un mayor contenido nacional en sectores estratégicos.
Se apoyará a las pequeñas y medianas empresas; y se promoverá que haya un mayor desarrollo de tecnología.
López Obrador plantea la necesidad de aumentar el apoyo al sector de la ciencia y la tecnología; y promover el desarrollo de polos de desarrollo en zonas marginadas.
El precandidato de Morena ha sido el único que ha presentado al gabinete que lo acompañará en caso de ganar la elección.
En el caso de la Secretaría de Economía, dará la posición a Graciela Márquez Colín, una académica con estudios en Harvard y especialista en temas de desarrollo económico. Y en la Secretaría de Hacienda estaría Carlos Manuel Urzúa Macías, académico del ITESM y quien fuera secretario de Finanzas del Gobierno del DF cuando López Obrador fue jefe de gobierno.
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