Las posibilidades de sufrir un ataque cardíaco se multiplican por seis durante los primeros siete días después de la detección de la infección por influenza, según un estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine.
En el estudio los investigadores hallaron una asociación significativa entre las infecciones respiratorias agudas, en particular la gripe, y el infarto agudo de miocardio, fundamentalmente en personas que presentan un riesgo elevado de padecer problemas coronarios.
“La hipótesis de que la gripe puede desencadenar eventos cardiovasculares agudos e incluso la muerte se remonta a la década de los 30 del siglo pasado”, señalan los investigadores dirigidos por Jeffrey C. Kwong, de la Universidad de Toronto, Canadá.
“Nuestros hallazgos –explica Jeff Kwong, autor principal del estudio– son importantes porque una asociación entre la influenza y el infarto agudo de miocardio refuerza la importancia de la vacunación”.
El riesgo puede incrementarse para los adultos mayores, los pacientes con infecciones por la influenza B y aquellos que experimentan su primer ataque cardíaco.
“Nuestros hallazgos, combinados con la evidencia previa de que la vacunación contra la influenza reduce los eventos cardiovasculares y la mortalidad, respaldan las pautas internacionales que abogan por la inmunización contra la influenza en las personas con alto riesgo de ataque cardíaco”, agregó.
Los científicos también encontraron un riesgo elevado, aunque no tan alto como para la influenza, con la infección de otros virus respiratorios.
Los investigadores analizaron alrededor de 20 mil casos adultos de la región canadiense de Ontario que habían dado positivo por gripe entre 2009 y 2014.
Entre otros datos, comprobaron que 332 pacientes habían sido hospitalizados (en 364 ocasiones) por un infarto agudo de miocardio. Y, al analizar los episodios, observaron que en la semana siguiente a la confirmación del test, los ataques al corazón eran significativamente más frecuentes.
“Las personas en riesgo de enfermedad cardíaca deben tomar precauciones para prevenir las infecciones respiratorias, y especialmente la gripe, a través de medidas que incluyen la vacunación y el lavado de manos”, concluye Kwong.
Los investigadores agregan que los pacientes no deben retrasar la evaluación médica de los síntomas del corazón, particularmente durante la primera semana de una infección respiratoria aguda.