Lorenzo Zambrano era un orgulloso EXATEC, y su alma máter no lo olvida.
La comunidad Tec, acompañada por empresarios, amigos y familia del fallecido director general de Cemex, recordó ayer su lado más humano.
El homenaje, celebrado en el Campus Monterrey, inició con un video que incluía testimonios de su sobrino Ian Armstrong Zambrano, de don Alejandro Garza Lagüera y don Federico Terrazas, mismos que destacaron la trayectoria del ingeniero Zambrano como Presidente del Consejo del Tecnológico de Monterrey.
Después iniciaron los discursos, en los cuales más que enlistar sus éxitos empresariales, se le recordó como un líder excepcional.
“Hoy gracias a su contribución de ser un promotor dinámico en la educación, el Tecnológico de Monterrey forma parte de la historia y del progreso del país, es hoy un orgullo de México, es un ícono y es un símbolo de que en México las cosas se hacen bien y se pueden hacer bien”, afirmó el ingeniero José Antonio Fernández Carbajal, actual Presidente del Consejo del Tecnológico de Monterrey.
Le siguió Rogelio Zambrano, presidente de Cemex, quien habló sobre el carácter visionario de su primo Lorenzo.
“Lorenzo nos deja un enorme legado, y estoy seguro de que aquí, en su querido Tec, todos lo honraremos al seguir trabajando para que nuestra universidad siga siendo una universidad de excelencia, que contribuya al desarrollo y beneficio de México y el mundo”, dijo.
Mensaje del corazón
El mensaje más emotivo de la ceremonia fue el de Enrique Krauze, quien recordó la gran “capacidad de asombro” de su amigo.
El historiador y escritor mexicano compartió que Lorenzo Zambrano es de las pocas personas que ha conocido que combinan inteligencia, sensibilidad y bondad. “Tenía la inteligencia de un ingeniero industrial supremo, pero con la sensibilidad de un artista”, dijo.
Lorenzo, aseguró, tenía “actitud y alma de un patriarca” y los valores de un caballero del Renacimiento. “Nunca lo oí hablar mal de nadie”, agregó el ensayista.
“(Lorenzo Zambrano) tenía una frase que repetía mucho: ‘good things happen to good people’ (las cosas buenas le pasan a la gente buena)”, recordó Krauze en su discurso.