Inseguridad en jaque por inteligencia
David Pérez Esparza, titular del Centro Nacional de Información, relata en entrevista con Reporte Índigo los avances logrados en materia de inteligencia y los principales retos a los que aún se enfrenta, entre los que destaca el tráfico de armas
Ernesto SantillánEn cualquier batalla la inteligencia, la información certera y confiable del enemigo es fundamental para poder salir victorioso.
El conocimiento de las tácticas, el armamento que usan, los horarios en que operan y la cantidad de gente con la que cuentan, entre otras cosas, son elementos fundamentales a los que cualquier gobierno que se enfrenta a una ola de violencia e inseguridad como la que atraviesa México, debe tener acceso para poder enfrentarla.
Esa es una de las principales tareas y retos a los que David Pérez Esparza se enfrenta en este momento.
El titular del Centro Nacional de Información (CNI), designado por Andrés Manuel López Obrador a propuesta de Alfonso Durazo, coordina un equipo de más de 5 mil funcionarios públicos desplegados en todo el país, insertos en la Federación, estados y municipios, con quienes trabaja en diversos temas estratégicos en materia de seguridad.
En específico, Pérez Esparza se encarga de coadyuvar con todos los esfuerzos en materia de incidencia delictiva, reducción de la violencia y de promoción del uso de la inteligencia policial basada en evidencia.
“Soy titular desde el 1 de enero de 2019. El CNI nació en 1997, que es cuando se genera por primera vez la estadística y la inteligencia de seguridad pública”, explica en entrevista con Reporte Índigo.
Quien encabeza el CNI relata que a pesar de que esta dependencia tiene casi 22 años en funciones, ha pasado por muchos cambios que le han dificultado el quehacer de sus tareas.
“Hubo una época en donde el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y el CNI como uno de los centros del SESNSP formaron parte de la Secretaría de Gobernación, pero desde el 1 de diciembre se creó la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana y todo lo que tiene que ver con seguridad se regresó a una nueva dependencia.
“Ahora ya estamos muy consolidados dentro de la SSPC y estamos reportando la incidencia delictiva de estados y municipios”, agrega.
David Pérez comenta que esta manera de trabajar ha resultado más efectiva, ya que en años anteriores las administraciones tenían centros de inteligencia separados y no compartían la información que recopilaban entre ellos.
“Hasta antes del 1 de diciembre de 2018 las anteriores administraciones tenían centros de inteligencia separados.
“Marina tenía el suyo, estaba el del Cisen, el CNI y no se hablaban ni se comunicaban entre ellos, había mucha grilla”.
El titular del Centro Nacional de Información asegura que esta nueva manera de trabajar se debe a dos motivos: que el presidente está enfocado en atender el tema de seguridad y que se sigue reuniendo todas las mañanas con su gabinete para abordarlo como se comprometió.
“A pesar de que puede ser difícil que marinos, soldados y la gente de las fiscalías hablen entre sí, como sucedía antes, ahora se sientan y frente al presidente se tienen que poner de acuerdo”.
Equipo de inteligencia en el olvido
A la par de la dependencia que encabeza David Pérez se encuentra Plataforma México, con la cual el CNI tiene una relación muy cercana debido a que parte de sus atribuciones es generar lineamientos, pero quien tiene el software, las herramientas y procesa la información es Plataforma México, relata el funcionario público.
“Hay que señalar que esta plataforma estuvo en un abandono brutal y salvaje por lo menos durante el último sexenio; tenemos equipo y software de 15 o 20 años ahí.
“Entonces ha sido un gran reto. No es queja, lo vamos a resolver; hay muchísimo por hacer en materia tecnológica y ahora lo importante es hacer que los datos que recopilamos sean de utilidad”.
Otro avance que se suma a la labor de compartir información entre dependencias y al de rescatar del rezago a la Plataforma México es la reducción del Informe Policial Homologado (IPH).
“Anteriormente un policía llenaba el IPH, tardaba nueve horas, a los dos meses el capturista, que no estuvo en la escena del crimen subía la información y nadie tenía acceso a ella, entonces era una simulación, eran datos tan confidenciales que nunca se utilizaban para generar inteligencia y eso es gravísimo.
“Era una cadena de esfuerzos, sobre todo en estados y municipios, para recopilar toda esta data, costaba millones de pesos y, además de estar mal hecho, nadie lo podía ver”, revela Pérez Esparza.
Ahora, por primera vez, se tomó en cuenta la opinión de los policías para saber qué piensan del formato, del personal de los Ministerios Públicos, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de las Naciones Unidas y dejamos lo estrictamente necesario dentro del IPH para hacer una puesta a disposición, además de que se reduce el porcentaje de error y se pierde mucho menos tiempo en el trámite, comenta el titular del CNI.
Problemas universales
A poco menos de un año en el cargo, David Pérez Esparza reconoce que son muchos los desafíos que tiene por delante, sin embargo, apelando a su amplia experiencia laboral en el extranjero, el titular del CNI asegura que buena parte de los problemas a los que el país se enfrenta en este momento no son exclusivos de México.
“En África, por ejemplo, me tocaba lidiar mucho con huachicoleros y llego a México y en Guanajuato pasa exactamente lo mismo.
“Es similar con los elevados niveles de corrupción, hay lugares en Reynosa que se parecen mucho a África y otros estados en donde las confrontaciones entre grupos criminales tampoco son muy distintas. Lo mismo ocurre con el tráfico de armas”.
Con respecto al trasiego de armamento, quien dirige el CNI dice que personalmente lo considera como uno de los problemas más importantes de México.
Por ello, David Pérez advierte que se debe tener mucho cuidado con la solución que se busque implementar, pues lamentablemente para el Estado, la solución ha sido armarse y ha caído en un espiral muy peligroso, en donde el único que gana es quien le vende armas tanto al criminal como al Estado, que muchas veces es el mismo.