El internet y las redes sociales se convirtieron en un canal fundamental para que muchos emprendedores y compañías se mantuvieran en pie durante la pandemia a pesar de la suspensión de actividades.
Para muchos emprendedores, su centro de trabajo pasó de ser un cubículo al comedor o el escritorio de casa. El uso de herramientas digitales permitió que algunas actividades económicas siguieran su curso, pero también fueron un aliado en el emprendimiento.
Uno de esos instrumentos tecnológicos son los desarrollos de comercio electrónico. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), el valor de esta modalidad de venta creció 81 por ciento en 2020, propiciado por el confinamiento, lo que equivale a 316 mil millones de pesos.
Juan Sotres, cofundador de Triciclo -agencia de e-commerce-, menciona en entrevista que muchas tiendas u otros negocios tuvieron que adaptarse a este esquema por el cierre de espacios físicos.
“Durante la pandemia hemos visto un crecimiento importante en el e-commerce. Donde vemos algo muy interesante es en esta parte de nuevos negocios, emprendimientos o de medianas empresas que encontraron en el e-commerce una forma de sobrellevar la pandemia, y otros incluso de crecer”, explica.
El experto en esta modalidad recomienda a los emprendedores no tener miedo de implementar el mecanismo electrónico de venta para mantener a sus clientes o incrementarlos aún con las restricciones sanitarias.
‘Mucha gente se acostumbró’
Alexis Becerra considera que su esquema de trabajo virtual con sus alumnos se quedará para la posteridad, pues afirma que muchas personas inscritas en su programa de ejercicio se acomodaron a ejercitarse desde casa y va a ser difícil que vuelvan a los gimnasios.
“Nosotros estamos conscientes de que todo en esta vida es pasajero, pero creo que lo que marca la pauta es que siempre te mantengas actualizado (…) Mucha gente se acostumbró a estar en su hogar. A pesar de estar en semáforo amarillo, prefirieron no ir a un gimnasio. Nuestra idea sí es volver a lo presencial, pero tampoco cerrarle la puerta a quienes nos siguen de manera online en otras partes como Cancún, Puebla o Estados Unidos”, expone el fundador de Resilience 66.
Para Adriana Vázquez el uso de las herramientas digitales es un medio que se puede explotar a niveles inimaginables por el alcance que pueden tener al compartir el contenido de talleres enfocados a la repostería.
“Creamos las clases y las personas ya tienen su herramienta lista para que en el momento de la clase trabajan junto con nosotros, entonces nos empiezan a mandar los trabajos para decirnos que ya los hicieron. Es lo padre de esto, que la gente está animada, que va creciendo rápido y queremos que siga para que llegue a donde deba llegar”, concluye la integrante de Emprende-T.
Emprendedores sin respaldo
El emprendimiento se trata de salir adelante con recursos propios, pero su importancia también radica en la generación de nuevas fuentes de empleo en México y en la necesidad de crear ingresos.
Aunque en el país el 42 por ciento de los negocios nació con la motivación de crecer a nivel personal y profesional, 13 por ciento surgió por la ausencia de un trabajo, de acuerdo con la primera Radiografía del Emprendimiento en México elaborada por la Asociación de Emprendedores de México (ASEM)
El mismo análisis revela que 38 por ciento de los negocios se fundó con un emprendedor, 40 por ciento fue impulsado por dos y 13 por ciento con tres.
Sin embargo, comenzar un negocio no siempre es fácil y prueba de ello es que 68 por ciento de los emprendedores que ha tenido una idea fracasaron.
Dentro de los principales factores destacan la falta de conocimiento en el mercado (34 por ciento), mala administración del negocio (32 por ciento), problemas con los socios (25 por ciento) y dificultades para conseguir financiamiento (22 por ciento).
Uno de los órganos administrativos que impulsaba los proyectos de las y los mexicanos era el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), que fue creado en 2013 por decreto presidencial, pero el 17 de octubre de 2019 la Unidad de Desarrollo Productivo (UDP) de la Secretaría de Economía (SE), absorbió todas sus funciones en línea con la política de austeridad republicana.
Con el paso del tiempo, al instituto se le empezó a reducir su presupuesto al grado de que con el actual gobierno su desaparición fue inminente.
En el año de su constitución, al Inadem se le asignaron 7 mil 291 millones de pesos, cifra que aumentó en 2014 a 10 mil 088 millones de pesos. A partir de 2015 el monto fue en picada, ya que recibió 9 mil 188 millones de pesos y para el último año de operación solo se le transfirieron 4 mil 137 millones de pesos, muestran cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
En su momento esta medida puso en riesgo a diversos emprendedores, pues sus negocios recién comenzaban y necesitaban de este tipo de apoyos para subsistir, aunque para otros se convirtió en una oportunidad para innovar.
Las redes de apoyo entre los integrantes del ecosistema se convirtieron en un respaldo elemental para sobrevivir ante la falta de programas gubernamentales, y mucho más con la actual pandemia, que provocó la reducción de plantillas laborales o, en el peor de los casos, la muerte de múltiples unidades económicas.