ISSSTE en agonía
La institución de salud que brinda atención a los trabajadores del Estado se encuentra en una crisis financiera, esta situación se percibe en la falta de insumos y de atención a los derechohabientes que acuden a clínicas y hospitales
Eduardo BuendiaEl Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) está al borde de la quiebra. Sus costos de operación y los miles de millones de pesos en pasivos, lo tienen desde hace años en terapia intensiva.
Esta agonía que vive una de las instituciones públicas de salud más importantes del país, pone en riesgo la salud de 13.2 millones de derechohabientes; de los cuales 2.9 millones son trabajadores en activo y 8.1 familiares de estos; además de 1.1 millones de jubilados, y otro 1.1 millones más que son beneficiarios de quienes reciben pensión.
Los estragos de este momento crítico son perceptibles en la atención que reciben los trabajadores del Estado y sus familiares, como no poder acceder a una cama en los hospitales, no recibir la atención adecuada o incluso comprar material médico con sus recursos para ser atendidos de manera adecuada.
También en las últimas semanas se han registrado protestas de personal médico que exige suministro de medicamento y material para realizar su labor, es el caso de la clínica del ISSSTE ubicada en Chilpancingo, Guerrero, que suspendió sus labores el 20 de marzo pasado por esa situación.
El panorama caótico que vive el ISSSTE, luego de que Pedro Mario Zenteno Santaella, director de Normatividad, Administración y Finanzas, alertara al Senado de la República una “quiebra financiera” del instituto en julio.
“El ISSSTE se encuentra en quiebra financiera, por lo que enfrentará problemas para operar en julio si antes no hay una inyección de liquidez”, dijo Zenteno Santaella a los senadores que integran la Comisión de Salud de la Cámara alta el lunes pasado.
El funcionario federal detalló que la institución requiere 80 mil millones de pesos para desempeñar sus funciones, de los cuales 43 mil millones son destinados a servicios personales, es decir, salarios de personal; no obstante, este ente público acarrea el problema de tener 19 mil millones de pesos que desembolsar por pasivos.
Contrario a los dichos de Zenteno, el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió que no es verdad que el ISSSTE quiebre en meses próximos y que su gobierno buscará su rescate, de manera similar que con otros sectores como el petrolero o el eléctrico.
“No hay crisis que no se pueda enfrentar. Nos dejaron Pemex muy mal porque apostaron a destruirlo, como apostaron destruir a la Comisión Federal de Electricidad. Así encontramos todo, así está el ISSSTE”, dijo el primer mandatario durante su conferencia matutina del pasado martes.
Por su parte, Joel Ayala Almeida, dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), expresó en conferencia de prensa que las reservas que tiene el Instituto bien podrían servir para remediar la crisis por la que atraviesa.
“Lo que hace falta es voluntad administrativa para liberar 25 por ciento de estas reservas, como le fue solicitado a la Secretaría de Hacienda el pasado 24 de enero. Ya estamos en abril, yo creo que ya es tiempo de tener una respuesta”, comentó.
Ayala Almeida aseguró que las reservas financieras con las que cuenta el ISSSTE rondan en los 97 mil millones de pesos y que con 27 mil millones de ese fondo se podrían atender áreas de primera necesidad como urgencias o quirófanos.
El FSTSE pidió al presidente López Obrador imponer una sanción en contra de Zenteno por los dichos sobre la crisis financiera que a su parecer no existe en el ISSSTE.
Corrupción, el cáncer del Instituto
En el contexto de las dificultades financieras por las que atraviesa el ISSSTE, también han existido acusaciones de actos de corrupción que han mermado todavía más su grave padecimiento financiero, como sobreprecios en la compra de medicinas y conflictos de interés.
Pedro Zenteno, además de declarar la falta de liquidez en las arcas del Instituto, también reveló que se han identificado compras con un sobreprecio de hasta 168 por ciento.
El director de Normatividad, Administración y Finanzas, ejemplificó un caso registrado en el Hospital 20 de noviembre de la Ciudad de México, donde un antibiótico fungicida que tiene un precio de 2 mil 640 pesos fue comprado por 208 mil pesos por el área central.
Es por ello que el funcionario expuso que es necesario centralizar la compra de medicamentos para evitar este tipo de actos y adquirirlos a un precio justo.
Sin embargo, el escándalo evidenciado por Zenteno no es el único. El ISSSTE estuvo involucrado con los esquemas de triangulación de recursos mediante empresas fantasma. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) identificó que en la administración de Jesús reyes Baeza, a uno de sus colaboradores más cercanos se le involucró en el presunto desvío de 129 millones de pesos a través del Fondo de Vivienda del Instituto (FOVISSSTE).
Además, de que Miguel Ángel Yunes Linares, quien fuera director del Instituto durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón, fue denunciado por el delito de uso de recursos de procedencia ilícita, por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la cual hasta julio de 2017 se encontraba vigente ante la Subprocuraduría Especializada en Investigaciones contra la Delincuencia Organizada (Seido).
En 2014, de acuerdo con la investigación, el ISSSTE compró 29 mil pares de zapatos para enfermeras a 505 pesos cada uno. Las periodistas revelaron que el precio de estos artículos rondaba entre los 280 y 350 pesos y que al consultar a enfermeras de la institución señalaron que en algunos años no les era entregado calzado o que preferían comprarlos por su cuenta, debido a la mala calidad de estos. Por la compra de calzado, el ISSSTE pagó más de 108 millones de pesos.
La situación del ISSSTE es similar a la de muchos de sus pacientes, se encuentra en espera de atención para no caer en la quiebra.
Mientras tanto, en hospitales como el Fernando Quiroz, ubicado en el poniente de la Ciudad de México, la fila de pacientes en urgencias es larga, algunos de los enfermos que esperan una operación desde meses deben comprar las agujas para que los médicos los suturen por falta de insumos y hay personas que permanecen convalecientes en sillas por la falta de camas.