Por más de dos años la familia de Bruno Avendaño movió cielo, mar y tierra para poder encontrarlo luego de su desaparición; 30 meses después y con el hallazgo del cuerpo del entonces marino, la familia reclama al Estado mexicano que explique lo que le sucedió y que castigue a los responsables.
Reportes locales detallaron que los restos del joven fueron hallados por autoridades de justicia estatales en una fosa clandestina el 12 de noviembre en los límites del municipio de Salina Cruz.
“A nombre de nuestra familia, de mi persona y sobre todo a nombre de Bruno, les estamos profundamente agradecidos por traerlo de regreso a casa, a Bruno nos lo han traído todas ustedes con sus pensamientos, sus cadenas de oraciones, sus búsquedas, sus reclamos y exigencias de justicia”, publicó Lukas Avendaño, hermano de la víctima.
El 10 de mayo de 2018, Bruno Alonso Avendaño Martínez, elemento activo de la Secretaría de Marina (Semar), desapareció en Tehuantepec, Oaxaca, mientras visitaba a su familia. Desde entonces su hermano mayor, Lukas Avendaño, se dedicó a presionar a las autoridades para que dieran con su paradero.
“El 11 de mayo, a solo un día de su desaparición, los familiares de Bruno acudieron al Ministerio Público de Santo Domingo Tehuantepec, en donde el agente del Ministerio Público Jorge Martínez Reyes se negó a recibir la denuncia hasta las 20:00 horas bajo el argumento de exceso de trabajo además de exigir con documentos como el acta de nacimiento del desaparecido y otra del denunciante para acreditar ‘parentesco’ así como una copia del INE del denunciante”, se lee en la publicación.
Otra de las fallas que Lukas señaló es que el 12 de mayo la denuncia se clasificó como de una persona no localizada, lo que para los familiares retrasó la activación del Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas.
Sin embargo, el camino que esperaba a la familia Avendaño no sería fácil, pues de acuerdo con el hermano de Bruno, durante los primeros días de la desaparición, el Comandante Regional de Investigación, René Alavés Fernández, recurrió a fotos en redes sociales de la víctima e imágenes viejas para presentarlas como pruebas recientes y afirmó que el joven estaba con vida y “de fiesta”. De igual forma, dijo que se tenía un testigo para sostener su hipótesis en la que se afirmaba que Bruno fingía su desaparición por los tiempos electorales que transcurrían en ese momento.
Con marchas, mítines e incluso protestas artísticas en las que Lukas se vestía de perito y escribía en la parte de atrás el nombre de Bruno y la leyenda “A dónde van los desaparecidos” y “buscando a Bruno” , el hermano mayor del marino recorrió las calles del país para dar con la mínima pista que le trajera a su familiar de vuelta a casa.
Pese a trabajar para la Semar, los familiares acusaron desde el principio que la institución no mostró disposición para ayudar en la búsqueda del joven pues solamente se le dio de baja de sus funciones.
El caso de Bruno se suma a la amplia lista de desapariciones y asesinatos cometidos en el país. De acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), hay 79 mil 685 personas desaparecidas y no localizadas. Las cifras oficiales muestran que en Oaxaca fueron reportados 367 casos.
En tema de homicidios, los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), muestran que de 2015 a octubre de 2020 hubo un total de 166 mil 893 víctimas de asesinato, de las cuales 5 mil 214 ocurrieron en la entidad oaxaqueña.
Los cinco estados con mayor número de víctimas son Edomex (14 mil 811), Guerrero (12 mil 310), Chihuahua (11 mil 7319, Jalisco (11 mil 144) y Sinaloa (6 mil 230).
Dolor heredado
Aunque la desaparición de Bruno Avendaño ocurrió en la administración del expresidente Enrique Peña Nieto, la organización de litigio estratégico y derechos humanos, Idheas, apunta que el Estado es responsable de garantizar el derecho a la verdad y justicia para las víctimas indirectas que son los familiares.
De acuerdo con Gutierrez, la desaparición no es un problema solo de un gobierno sino de Estado, pues en específico, la incidencia de desapariciones, es una problemática transexenal que ocurre desde la Guerra Sucia con el mandato del entonces presidente Luis Echeverría.
“Desde hace más de 50 años que lidiamos con la impunidad estructural y el aumento de dicho delito, por ejemplo en este caso vemos que no hay compromiso de las autoridades con la investigación, Oaxaca no tiene una comisión de búsqueda y eso es sin duda un grave atraso para combatir, aclarar y prevenir las desapariciones que son corresponsabilidad del ámbito federal y estatal”, enfatiza.
Ante el contexto de violencia que se vive en el país por las víctimas de desaparición, el director de Idheas urge a las autoridades a dotar de suficientes recursos humanos y económicos a la Comisión Nacional de Búsqueda así como a las instituciones locales dedicadas a la misma labor.
“Tenemos que detener este hecho doloso, no queremos otro caso como el de Bruno que no es el único marino desaparecido, también tenemos el de Paolo César Antonio Cano Montero a quien se busca desde el 28 de octubre de 2010 luego de haber sido comisionado para participar en operativos especiales en Lázaro Cárdenas, Michoacán”, finaliza.