La alcancía en disputa

Todos se declararon manceristas en pro de la gobernabilidad de la capital en un acto celebrado el 20 de noviembre con el nuevo jefe de Gobierno. Pero las posiciones de los 14 jefes delegacionales perredistas y los dos del PRI y del PAN podrían dar un giro de 180 grados porque ahora está en juego el reparto de los presupuestos, una partida en la que la mano la tiene René Bejarano, dada su mayoría en la ADLF.

Jonathan Villanueva Jonathan Villanueva Publicado el
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mil 475 millones de pesos recibió el DF en el 2012
Los nuevos delegados, que se sienten castigados, pretenden conseguir hasta el 25 por ciento del presupuesto total de la Ciudad de México

Todos se declararon manceristas en pro de la gobernabilidad de la capital en un acto celebrado el 20 de noviembre con el nuevo jefe de Gobierno. Pero las posiciones de los 14 jefes delegacionales perredistas y los dos del PRI y del PAN podrían dar un giro de 180 grados porque ahora está en juego el reparto de los presupuestos, una partida en la que la mano la tiene René Bejarano, dada su mayoría en la ADLF.

Es en esa instancia donde ayer arrancaron las negociaciones, donde unos y otros mostraran sus cartas ya que se pueden arrancar acuerdos con distintos grupos para obtener nuevas cuotas de poder en el gobierno mancerista y retener el control del PRD-DF. Ese es el trasfondo de esta última pugna entre Bejarano, cuya corriente fue excluida del nuevo Gabinete, y Miguel Ángel Mancera.

La pactada sumisión de los responsables de administrar los servicios públicos de los capitalinos no es gratis: lleva aparejado el compromiso inamovible de una jugosa partida presupuestal.

Por eso, todos escriben su carta a Santa Claus. Por eso todos quieren un aumento significativo en el presupuesto anual de la demarcación que encabezan y de ahí su presunta fidelidad a Mancera.

Sin embargo, el poderío real del Gobierno está en ese apartado, en la centralización y es ese factor lo que vuelve inviable la petición de los delegados de mayores recursos, de libertad financiera y de descentralización.

Bajo esa óptica,  todo puede quedarse en el baúl de los recuerdos. Sobre todo cuando el nuevo gobierno ha sido enfático en que 2013 será austero. Y cuando en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) se  vislumbra un escenario de nulos o pocos aumentos presupuestales.

La promesa

Después de ganar la elección con un margen histórico, Miguel Ángel Mancera cerró filas con los delegados electos , que entraron en funciones 10 días después.

Firmo el primer convenio de trabajo con los 14 jefes de delegaciones perredistas para trabajar entorno a las exigencias ciudadanas recabadas en “Decisiones por Colonia”.

Este proyecto fue su bandera de campaña y, en ese momento, contaba con el aval de todos los actores políticos, tanto que los delegados se comprometieron a cumplir con las peticiones vecinales.

El evento de noviembre denominado “Decidamos Juntos” también incluyó a los dos delegados restantes del PRI y PAN, a quienes incorporó en su discurso.  “No habrá distingos de colores ni de partidos”, aseguró en el mensaje que ofreció en el Teatro Metropolitan de la Ciudad de México.

Entonces, los delegados solicitaron una ampliación presupuestal, cuyas pretensiones son alcanzar hasta el 25 por ciento de los recursos que obtenga la ciudad a través de partidas federales y la recaudación local.

Las complicaciones financieras

En el arranque formal de la discusión presupuestal, el panorama no es favorable para el GDF, ya que en la Cámara de Diputados se contempla que las partidas federales que tendrá el DF serán de 75 mil millones de pesos.

Significa que el aumento será de solo 6 mil millones de pesos en comparación con el ejercicio fiscal que está por concluir. Dicha cantidad representa casi el índice de la inflación que tiene  la ciudad.

Es decir, que la base recaudatoria no cambiará mucho, y sí, en cambio, seguirán los compromisos importantes, como aterrizar el programa “Decisiones por Colonias” y la posible ampliación de la línea 12. En este 2012  se  alcanzó el 17 por ciento del presupuesto y los delegados pretenden , al menos, 7 puntos más.

De acuerdo con los números estimados, cada punto porcentual de aumento representa una partida especial de mil 200 millones de pesos, por lo que para cubrir las expectativas de las delegaciones se necesitarían más de 10 mil millones de pesos. Financieramente, es complicado cubrir las peticiones, ya que habría que recortar otras áreas de gobierno. Y es ahí donde la discusión comienza a complicarse.

Otro factor que genera incertidumbre es el de “Decisiones por Colonias”, ya que para los delegados el proyecto no podrá concretarse si no hay más dinero. Por ley, ya está comprometido el 3 por ciento de su presupuesto para los Comités Vecinales y aún se enfrentarán a los recursos que les lleguen etiquetados.

Histórico problema 

Para el ejercicio fiscal 2012, que está por concluir, el  gobierno de Marcelo Ebrard otorgó a las delegaciones el 17 por ciento de la partida presupuestal del Distrito Federal.

Como en años anteriores, los entonces titulares de las demarcaciones manifestaron su desacuerdo porque se convertían, de acuerdo con su opinión, en uno de los entes más castigados, ya que tenían la obligación de ofrecer servicios a la ciudadanía.

Según los datos oficiales, el monto total de las delegaciones quedó en 23 mil millones 475 millones 857 mil 489 pesos, una reducción de 75 millones de pesos respecto a 2011.

Por esta razón, se formó un bloque en el que los delegados pelearon con la ALDF y el GDF por obtener la misma asignación que hace un lustro, que era de más del 22 por ciento del presupuesto total  de la ciudad, argumentando que, en la V legislatura,  hubo una tendencia clara de castigar a las delegaciones.

Con este precedente,  los nuevos delegados se pusieron firmes desde los comienzos de la campaña: más dinero para seguridad, drenaje, alumbrado y demás servicios prioritarios.

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