La anarquía en el Sol Azteca
El PRD vive uno de los momentos más críticos de su historia tras haber registrado su peor derrota electoral. Pese a ello, el partido no muestra liderazgos o un proyecto en común para hacer frente a la crisis
Carlos SalazarTras el recién concluido proceso electoral, el Partido del Sol Azteca no solo quedó sensiblemente disminuido a nivel nacional, sin su mayor bastión histórico, la Ciudad de México y con la pérdida de registro en varias entidades.
El PRD se encuentra en medio de un vacío de liderazgo. Cada uno de los distintos grupos internos preparan sus movimientos para asegurar una mejor posición en el futuro inmediato, sin que haya, a casi un mes de las elecciones, un proyecto en común para el partido.
La actual dirigencia está rebasada por los acontecimientos, aunque tampoco existen contrapesos con suficiente fuerza, ni ningún liderazgo real en el intento de reconstrucción del partido.
En el futuro inmediato del partido está la celebración del Consejo Nacional, en una fecha por definir del próximo mes de agosto, en donde se empezarán a sentar las bases para la renovación de la dirigencia nacional y las estatales y municipales, pero sobre todo el rumbo del partido.
Los cambios en la dirigencia, según lo proyectado, deberían de ocurrir hacia finales de noviembre o principios de diciembre, aunque aún más inmediato será el tema de la definición de la agenda legislativa de la bancada perredista en la Cámara de Diputados y el Senado, que empezará a sesionar a partir del próximo 1 de septiembre.
Por el momento, cada grupo o cada tribu se encuentra en su propio análisis interno sobre las elecciones y el lugar que hoy ocupa el PRD en la política nacional, pero no hay casi acercamientos entre las distintas facciones. Los resultados electorales en lugar de cohesionar al partido parecieron ahondar las diferencias.
Los mensajes que envían exdirigentes, figuras de peso o líderes de las corrientes son contradictorios entre sí, y con gran parte de los liderazgos históricos ya fuera del partido, lo que queda del partido está a la deriva y con una evidente crisis de identidad.
Desde vaticinios de ser absorbidos por Morena, un posible cambio de siglas, una refundación total del partido, el cambio de la agenda política, hasta la insinuación de algunos grupos por formar un nuevo partido político ajeno a la actual estructura son algunas de las señales que han llegado desde el perredismo en las últimas semanas.
Señales contrarias
Apenas habían transcurrido unos días del peor resultado electoral en la historia del perredismo cuando los diputados del PRD anunciaron que Omar Ortega sería el coordinador parlamentario para lo que queda del periodo legislativo en sustitución de Francisco Martínez Neri, quien se fue a Morena. Sin embargo la dirigencia nacional rechazó el ‘nombramiento’ y confirmó a Jesús Zambrano como líder de la bancada.
Aunque prácticamente la bancada ya no tendría ninguna incidencia legislativa durante el resto del periodo (culmina el 31 de agosto), este conflicto sacó a relucir las diferencias de distintos grupos con la actual dirigencia, y también la lucha por las prerrogativas parlamentarias.
Uno de los que se han manifestado públicamente en contra de la actual dirigencia ha sido Vladimir Aguilar, Secretario de Operación política y miembro de la corriente Foro Nuevo Sol, quien afirmó que quienes dirigen en la práctica el partido son Miguel Ángel Mancera y Héctor Serrano, y ha acusado de negligencia a la dirigencia encabezada por Manuel Granados. En privado muchos militantes han pedido la renuncia inmediata de Granados y de otros dirigentes.
La semana pasada, Iniciativa Galileos, otra de las corrientes perredistas organizó un foro para hacer un balance sobre el reciente proceso electoral y algunos de sus principales representantes como Miguel Alonso Raya o Guadalupe Acosta Naranjo dejaron entrever la posibilidad de salir del PRD e incluso buscar formar un nuevo partido.
En los próximos días, la corriente Nueva Izquierda, conocida como ‘Los Chuchos’ de Jesús Ortega y Jesús Zambrano también tendrá su cónclave particular para analizar los recientes comicios. En los últimos días ha trascendido que también podría estar considerando formar un nuevo partido, dependiendo de los resultados de la próxima sesión del Consejo Nacional
Uno de los temas que ha hecho resurgir las diferencias entre las 2.83% de votos consiguió el PRD en la elección para presidente diversas expresiones es la postura que debería tomar el PRD respecto al nueva administración federal.
Hace unos días, la dirigencia perredista hizo público un posicionamiento en donde se afirmaba que el partido será una oposición responsable y propositiva, y que acompañarían algunas propuestas como la despenalización de la marihuana y algunas libertades, como el derecho a la muerte digna. Sin embargo ha trascendido que el posicionamiento no fue avalado por algunas corrientes.
Las principales diferencias en cuanto al papel que debe tomar el PRD sobre todo en el Congreso es que las diversas expresiones tienen puntos de vista muy diferentes. Por un lado están quienes consideran que la mejor opción es continuar con la coalición del Frente por México junto al PAN y por otro los que proponen sumarse a Morena.
La próxima sesión del Consejo Nacional podría ser la última oportunidad del perredismo para alcanzar acuerdos entre las tribus, un escenario que se antoja cada vez más complicado. Jesús Zambrano ha sido contundente, en caso de mantener las inercias el partido puede desaparecer, perder el registro en las próximas elecciones o incluso ser ‘absorbido’ por Morena.
Escuchar a todas las voces
Ángel Ávila, Secretario General del PRD asegura que el proceso de análisis y balance que realiza cada grupo interno es parte de la vida democrática del partido, aunque eso no significa que haya un descontrol. Aunque recalca que si no se conduce adecuadamente el debate puede mandarse un mensaje equivocado.
“Yo creo que lo que ha faltado al PRD es discutir, el proceso de debate interno que debemos tener, que no debemos perder y en donde todas las partes del partido, por más pequeñas que sean deben sentirse escuchadas para formar parte de un proyecto”.
Asimismo, Ávila está convencido de que el PRD como se conocía ha dejado de existir, y que en el debate que está por comenzar deberán considerarse no solo un cambio de nombre del partido sino una nueva agenda y un nuevo diseño político. Para muchos, el Sol Azteca ya ha cumplido un ciclo y necesita refundarse.
“Yo creo que si entendemos el mensaje que la ciudadanía nos envío, debe haber mucha voluntad política e inteligencia. Echar a un lado todo lo que hicimos mal, tenemos que demostrar a la gente que hemos aprendido de nuestros errores. Ese es el principal reto, demostrar que el cambio es real, que no hay gatopardismo, sino el PRD no tendrá futuro”, advierte.