Lo dijo el extitular de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo hace casi dos años: “que haya demanda de justicia”.
Es paradójico que se tenga que exigir lo que es uno de los compromisos ineludibles de los gobiernos.
Sin embargo por ahí empieza todo, aseguró en junio del 2013 el experto. En entrevista para Reporte Indigo en aquel entonces adelantó lo que ahora se pone sobre la mesa en la Organización de la Naciones Unidas (ONU) con motivo de la comparecencia de México en el rubro de derechos humanos.
En una conversación con el escritor Antonio Navalón, Moreno Ocampo insistió en que la única forma de solucionar el problema de los desaparecidos en México sería cuando el Estado colapsara. Para muchos expertos en la materia ese tiempo ha llegado. Lo que falta, quizás, es tomar en cuenta que el jurista insistió en que paralelo al colapso se tenía que seguir denunciando. Y es que el sexenio pasado el expresidente Felipe Calderón recibió dos denuncias ante este órgano jurídico internacional. Esto fue lo que provocó que el tema de la participación de la Corte Penal Internacional fuera parte de la discusión en la opinión pública.
En este edición reproducimos un fragmento de aquella entrevista.
Hablar con sustento
> Hasta que un caso no existe no existe. O sea ¿una denuncia en la prensa no es un caso de la CPI?
-No. La gente habla, discute y está bien. La gente demanda justicia y nos cuenta cosas, y todo eso está bien. Ellos pueden hablar, yo no. Hablamos cuando tenemos elementos para hablar, antes no.
> Una cosa muy importante es entender la confidencialidad cuando se produce una denuncia y la sentencia. Una cosa es denuncia y otra cosa es que exista el caso …
-Nosotros recibimos muchas denuncias, y esas denuncias las analizamos. Pero para que tengamos una actividad pública, debemos tener una idea de que hay algo que checar. Antes de abrir una investigación, hacemos lo que se llama examen preliminar, y luego empezamos a hacer preguntas y conseguir información. Solo que sea un proceso bastante largo se llegar a abrir una investigación.
> ¿Cuál es la postura que debe tomar la Corte en un país como México, en el que tiene una sociedad dividida y algunos apoyan lo que se está haciendo en la lucha anticrimen y otros la padecen?
-La Corte Penal Internacional no se mete en esa discusión. La Corte tiene una misión muy técnica. Se fija si hay crímenes bajo su jurisdicción; si los hay, revisa si existen procedimientos judiciales reales y genuinos nada más. La política la definen los países no la Corte.
> Si los sistemas jurídicos nacionales funcionan, no hay lugar a una intervención?
-Ese es el concepto. En la medida en que sea fomentado un sistema nacional efectivo que proteja y además funcione, no nos metemos. Lo que pasa es que es una especie de panóptico. Una Corte en el centro genera una dinámica distinta en los 120 países, y por eso es muy eficiente.
> ¿Pero en el bien entendido de que la única posibilidad de intervención de la Corte es el fracaso y el naufragio del Estado?
-Lo que es interesante es que haya una demanda de justicia.