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Rosaura Ruiz habla con determinación cuando se le cuestiona sobre el papel que juega la autonomía en la vida universitaria.
“La autonomía es algo que no se puede negociar. La autonomía es algo fundamental para el desarrollo de la UNAM”, señala.
La directora de la Facultad de Ciencias y candidata a suceder a José Narro en la Rectoría de la UNAM, platicó con Reporte Índigo sobre su proyecto para dirigir la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y su postura frente a temas como el presupuesto público destinado a la Universidad, el combate a la inseguridad o la igualdad de género en la máxima casa de estudios.
Ruiz creció con la idea de defender la autonomía universitaria. Desde muy joven, conoció la implicación de estos ideales y se comprometió con ellos.
Estudiaba en la Escuela Nacional Preparatoria número 4 cuando estalló el movimiento estudiantil de 1968. Ella simpatizó con los principios que defendía y, desde entonces, ha sido una férrea creyente de que la máxima casa de estudios debe autogobernarse sin intervención alguna, buscando siempre el máximo desarrollo de los estudiantes.
Por eso, afirma, la relación de la UNAM con el gobierno federal debe ser respetuosa, siempre cuidando afirmar los límites de acción de cada uno.
“Ha habido un respeto a la autonomía. Yo espero que esto continúe. La UNAM defenderá su autonomía siempre, de manera que me parece que ellos (el gobierno) la han respetado y la seguirán respetando”, aseveró.
Para Ruiz, en un contexto como el actual, donde las instituciones han perdido credibilidad y la violencia ha puesto en jaque a varios lugares del país, la UNAM debe erigirse como una “reserva moral”, señala, pues es en su Universidad donde la ciudadanía puede depositar su confianza y esperanza de un futuro mejor.
“La UNAM tiene que contribuir al desarrollo del país, ese ha sido su función central desde sus orígenes; no solo pensar hacia adentro, en los jóvenes, en la investigación, sino también en el país. Y entonces la Universidad tiene que ser una universidad crítica y propositiva a la vez sobre las políticas de carácter nacional.
“La UNAM debe buscar opinar y que sea tomada en cuenta por los gobiernos federal y local sobre qué políticas dirigir, qué políticas instrumentar, para que México salga de ese atolladero de violencia, de inseguridad, y uno de los temas centrales es el narcotráfico”, sostiene.
La investigadora, bióloga de formación, asegura que si es electa rectora de la Universidad, pugnará por tener presupuestos más amplios para la UNAM, para evitar que la llegada de menos dinero actúe como medida de presión hacia la máxima casa de estudios.
“La UNAM no aguantaría una reducción de presupuesto. La UNAM tiene responsabilidades muy grandes que el país tiene que tomar en cuenta. Que el gobierno, la Cámara de Diputados, tienen que tomar en cuenta. La UNAM no puede ser dejada de lado, no puede ser abandonada. Debe tener presupuestos aumentados año con año (…) Yo defenderé, si fuera rectora, que el presupuesto aumente, no que disminuya”, prometió.
Los días más recientes de Rosaura Ruiz han sido muy ajetreados. Es la segunda vez que busca la rectoría de la UNAM.
Su área de especialidad son las teorías evolutivas. Fiel a ese principio, sabe que la UNAM es un ente vivo que todos los días se transforma.
Ruiz reconoce que uno de los problemas más importantes que tiene la Universidad es la inseguridad en sus campi y la venta de drogas y estupefacientes.
La estrategia para combatir esa dificultad pasa por dos tareas principales: la primera, concientizar a la población estudiantil del daño que se ocasiona al consumir drogas en las instalaciones; la segunda, permitir que las autoridades hagan su trabajo de investigación, pero con respeto a la autonomía.
La premisa fundamental de Ruiz es que, cuando se registre un delito, el ministerio público pueda ingresar a la Universidad a llevar a cabo la investigación; pero las detenciones se hagan fuera de los campi universitarios.
“La autonomía no es esa territorialidad, es que eso también hay que tomarlo en cuenta. Aquí el ministerio público entra a hacer investigaciones, en todos lados, con sumo cuidado, con sumo respeto (…) Sí es importante que intervengan, en su papel de investigadores exclusivamente, y que busquen a la gente fuera de la UNAM.
“Yo creo que no tienen que detener a la gente dentro de Ciudad Universitaria, por ejemplo, pero si tienen los datos de quiénes son los que venden droga aquí, si tienen los datos de quiénes están teniendo conductas violentas o conductas delictivas, los pueden aprehender afuera”, consideró.
Ruiz expresó su rotundo rechazo a permitir que cuerpos policiacos o de otro tipo entren a la Universidad para enfrentar un problema.
“La autonomía es algo que la UNAM siente de manera muy fuerte. Particularmente los jóvenes, los profesores y los trabajadores pensamos que la UNAM debe ser autónoma. Y la autonomía tiene que ver con ese respeto del exterior hacia la UNAM, de las autoridades a la UNAM. No pueden actuar si la UNAM no lo pide; y la UNAM, en mi caso, por ejemplo, no pediría la intervención de la policía.
“Creo que se pueden resolver los problemas, pero tomando en cuenta los sentimientos, las formas de pensamiento de los universitarios, y la mayoría se oponen a ese tipo de medidas. Entonces yo creo que no va por ahí. Parecería muy sencillito decir ‘que entren’, pero podría generarse un conflicto muy grande. Yo no pondría en riesgo a estudiantes, a profesores, porque entre un comando para resolver un problema. No me parece que sea la manera”, dijo, tajante.
Universitaria de toda la vida, entregada a las tareas de la educación pública, Ruiz se ha enfrentado con un problema cultura que, reconoce, todavía aparece en México: la discriminación.
Para la candidata a la Rectoría, en la UNAM hay cada vez mayor inclusión de las mujeres en todas las áreas, pero eso está lejos de representar la igualdad de género.
“Yo creo que hace mucho que era el momento de que una mujer fuera rectora; lo que pasa es que, sí es cierto, que las mujeres hemos sido desplazadas, hemos sido discriminadas. Hay una historia que yo no invento de que las mujeres hemos tenido una situación de discriminación. No es que sea de ahora, sino que ha sido siempre.
“Pero hay mujeres que hemos tenido muchos papeles en la UNAM. Hay grandes maestras, hay grandes investigadoras, grandes artistas, de manera que, ¿por qué no puede haber una rectora? (…) No creo que exista una igualdad, pero sí hay una tendencia a mejorar la equidad de género en la UNAM”, expuso.
Una de las guías que tendrá como rectora, visualiza, será tomar el papel que como autoridad de la Universidad tendrá, pero sin acallar las voces de todos los universitarios, respetando la pluralidad y no privilegiando solo su propia forma de pensamiento.