La avenida del olvido
La obra emblemática de la administración de Marcelo Ebrard al frente del Distrito Federal sigue generando un mal sabor de boca a los habitantes del oriente de la ciudad.
Desde su inauguración, la flamante y nueva línea 12 del metro no solo ha presentado problemas operativos en su interior, sino que también ha afectado al exterior.
Los más perjudicados son, sin duda, los transeúntes y automovilistas. A los problemas de movilidad, suman a diario los riesgos para su integridad física, y, en el mejor de los casos, pierden horas de su tiempo en el trafico.
Jonathan Villanueva
La obra emblemática de la administración de Marcelo Ebrard al frente del Distrito Federal sigue generando un mal sabor de boca a los habitantes del oriente de la ciudad.
Desde su inauguración, la flamante y nueva línea 12 del metro no solo ha presentado problemas operativos en su interior, sino que también ha afectado al exterior.
Los más perjudicados son, sin duda, los transeúntes y automovilistas. A los problemas de movilidad, suman a diario los riesgos para su integridad física, y, en el mejor de los casos, pierden horas de su tiempo en el trafico.
El mejor ejemplo es la avenida Tláhuac que presenta un sinfín de problemas: baches, obras de reencarpetamiento, drenaje y reducción de carriles, así como falta de señalizaciones, de alumbrado y de pasos peatonales.
Todo ello pese a que, desde que se anunció la obra más importante del sexenio que acaba de terminar, la promesa del gobierno capitalino consistió en hacer de esta arteria una vía de fácil acceso.
Tláhuac es la única vía que conecta a los habitantes del oriente en el tramo que comprende las delegaciones Milpa Alta, Tláhuac Iztapalpa y Coyoacán.
Sin embargo, a casi dos meses de su inauguración, la llamada línea dorada es prácticamente intransitable en horas punta y tomar el metro en vez del coche tampoco es una opción debido a la gran afluencia de vehículos por falta de trenes, un verdadero vía crucis para los capitalinos.
Un compromiso electoral
Tras su investidura como jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Marcelo Ebrard puso en marcha la operación cicatriz con los pobladores del oriente de la ciudad: el metro.
El origen de estas obras fue el linchamiento de varios policías encubiertos en San Juan Ixtayopan, en Tláhuac, acusados de intentar un secuestro, que provocó el cese de Ebrard cuando era secretario de Seguridad Pública del DF en la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Por eso, cuando ganó las elecciones de 2006, Marcelo Ebrard concentró sus baterías en reconstruir el tejido social con los habitantes de esa demarcación.
El proyecto fue anunciado con bombo y platillo. Y se diseño para se inaugurara justo al final de su administración y de cara a las elecciones presidenciales de 2012.
La obra comenzó a edificarse en septiembre del 2008, con un acto público liderado por el entonces mandatario capitalino con una inversión de 17 mil 500 millones de pesos.
Desde entonces, Marcelo Ebrard se enfrentó a las protestas de los vecinos de Tláhuac y sus ejidatarios, con quienes protagonizó un sinfín de enfrentamientos.
Los afectados alegaron que el GDF tenía un proyecto para acabar con las zonas ecológicas de la demarcación para dar paso a un corredor industrial que conectaría al Valle de Calco.
Incluso afirmaron que la propuesta no contemplaba vías alternativas para quienes utilizan vehículos automotores para trasladarse, lo que el gobierno se comprometió a arreglar.
La falsa promesa
Las obras de remozamiento que realizó la Secretaría de Obras y Servicios en las vialidades secundarias de poco sirvieron. Con el tiempo, se dañó el pavimento y se formaron nuevos baches. También la iluminación quedó inservible.
En avenida Tláhuac pasó algo que, para los pobladores de la zona, resulta ilógico: reencarpetado a la par que se construía la línea 12 y después parches en las mismas zonas.
Tras la inauguración de la línea dorada, se observan tramos intransitables, sobre todo de Tláhuac a Tulyehualco, donde estaba proyectado un Centro de Transferencia Modal.
Esa zona, en el sentido norte es la más afectada. Sobre todo, con las reparaciones del sistema de drenaje que generan reducción de carriles en ese tramo.
Incluso, en la terminal del metro, el pavimento está fracturado. Y la falta de señalizaciones es una constante en toda esa arteria. Por eso los nudos viales, por eso los vehículos se estancan y no hay forma de agilizar el tráfico.
En diversos recorridos, Reporte Indigo pudo constatar que la reducción de carriles no solo se da en la zona de Tulyehualco, sino también en el tramo de San Lorenzo Tezonco (Iztapalapa).
Otro de los puntos que el GDF ha descuidado es el del alumbrado público ya que la mayor parte de la vialidad está a oscuras y no hay accesos peatonales.
Por si fuera poco, las jardineras que colocó el GDF están secas o nunca contuvieron plantas.
Por todos estos factores, el descontento de los pobladores y hasta de los transportistas va en aumento. En menos de dos meses ya se han registrado al menos tres protestas.
El saldo también comprende unas 300 quejas vecinales por el mal estado de la avenida en el tramo que comprende la delegación Iztapalpa, según las declaraciones de la ex titular de esa demarcación, Clara Brugada.
Por esta razón, la nueva administración que encabeza Miguel Ángel Mancera tendrá la tarea de resolver una situación que se ha convertido en la piedra en el zapato de su antecesor, Marcelo Ebrard.
Más recursos
En plena discusión de los presupuestos de 2013, Ernestina Godoy, diputada local, se metió de llenó en el asunto y propuso destinar recursos para rescatar la vialidad más importante de la zona de Iztapalapa-Tláhuac.
De acuerdo con la legisladora, son necesarios fondos públicos para que se puedan reparar camellones y la propia avenida Tláhuac, que, de acuerdo con sus palabras, está muy afectada.
Según la diputada local, las modificaciones del sistema del drenaje provocaron daños al entorno urbano de esta arteria vial, que deben ser atendidos cuanto antes.
Desde el lunes pasado, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) se encuentra delineando que porcentaje del presupuesto 2013 tendrá cada dependencia y en qué será utilizado.
La última fase de la discusión presupuestal es fundamental para este tema, ya que pro práctica parlamentaria, los diputados etiquetan recursos a su libre albedrío. En las manos de Godoy y otros legisladores esta dar preferencia a la zona de Tláhuac, donde las quejas van en aumento.