En Puebla se juega más que una elección de gobernador: en el proceso electoral en curso se encuentra en disputa la sobrevivencia de dos grandes grupos políticos que aspiran a la presidencia de la República; el PRI y el PAN se juegan el futuro.
Por un lado el posible triunfo de la candidata del PRI Blanca Alcalá Ruiz representaría el retorno a la vida política del ex gobernador Mario Marín Torres, en tanto que de ganar el candidato panista Antonio Gali Fayad sería el afianzamiento de las aspiraciones presidenciales del gobernador Rafael Moreno Valle.
En Puebla, para el PRD, con su candidata Roxana Luna Porquillo, y Morena, abanderando al catedrático Abraham Quiroz Palacios, las elecciones también les resultan vitales.
Para el PRD, la votación que pudiera lograrse en Puebla sería el reflejo de su realidad, sobre todo porque en esta entidad el partido del Sol Azteca fracturó su relación de alianza con el Partido Acción Nacional (PAN), junto con el cual hizo llegar al cargo al actual gobernador del estado, Rafael Moreno Valle.
El Comité Ejecutivo Nacional del PRD optó por medir su fuerza no solo frente al PAN, sino frente a la mella que le pudiera representar la figura de Andrés Manuel López Obrador de la mano de Morena.
El Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) le apuesta al arrastre popular de Andrés Manuel López Obrador, por eso ha optado por ir con un candidato propio. El líder estatal de ese partido, Gabriel Biestro Medinilla, confía en que después de las elecciones del 5 de junio próximo, Morena se alce como la tercera fuerza política en esta entidad.
La dirigencia estatal de Morena tiene la esperanza de que estas elecciones sean la tumba política del Sol Azteca en Puebla. “Morena no será la tabla de salvación del PRD”, sentenció Biestro Medinilla.
La contienda por la también llamada mini gubernatura –porque será de solo un año con 8 meses, a fin de empatar las elecciones locales con las federales-, se distingue por la participación, por primera vez, de una candidata independiente. Se trata de la ex panista Ana Teresa Aranda de Orea, la que no ha podido convencer al electorado de su tesis de alejar a los partidos políticos del poder.
En la elección la expanista Aranda se ha dedicado a descalificar a los candidatos del PAN y del PRI, pero sin aportar propuestas de gobierno.
Revive el ‘Gober Precioso’
Con la llegada de Blanca Alcalá Ruiz a la candidatura por la gubernatura de Puebla, revivió la figura política del ex gobernador priista Mario Marín Torres, el “Gober Precioso” que saltó al escándalo público cuando se vio en medio de una serie de conversaciones telefónicas sostenidas con el empresario Kamel Nacif Borges, el que reclamó el encarcelamiento de la periodista Lydia Cacho.
A la abanderada priista Blanca Alcalá no se le ha podido disociar de la sombra política de Mario Marín, quien la encumbró como alcaldesa de la ciudad de Puebla en el periodo del 2008 al 2011, y que de alguna forma también respaldó su paso por la Secretaría de Finanzas y Administración, de la Subsecretaría de Desarrollo Social, así como en la Dirección General del DIF en el estado de Puebla.
Por eso a la senadora con licencia y hoy candidata al Gobierno estatal, no se le puede dejar de ver como el intento de sobrevivencia del grupo marinista en Puebla, que busca posicionarse en la disputa por la Presidencia de la República; al menos esas son las aspiraciones del también llamado Grupo Puebla, que va empujando de la mano de algunos miembros del Grupo Hidalgo para perfilar al secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, como su candidato.
Lejos, pero no tanto
Pese a que el candidato del PAN-PANAL-PT, Antonio Gali Fayad, ha insistido en una sana distancia con respecto al gobernador Rafael Moreno Valle, en la práctica la campaña del panista sigue bajo la influencia del Gobierno estatal de Puebla; la logística de la campaña está siendo revisada de manera puntual por hombres cercanos al gobernador.
Los hombres que controlan el desarrollo de la campaña de Gali Fayad, entre ellos el coordinador general, Javier Lozano Alarcón, así como el diputado federal Juan Pablo Piña Kurczyn, el diputado local Jorge Aguilar Chedraui, y el diputado Eukid Castañón Herrera, no se pueden disociar de la cercanía con Rafael Moreno Valle, ni del compromiso con el proyecto presidencial.
La cercanía de Gali Fayad al gobernador Rafael Moreno Valle quedó de manifiesto en el discurso del inicio de campaña, en donde el abanderado panista reconoció que el actual gobernador de Puebla, no solo es su amigo, sino su ejemplo a seguir.
Guerra sucia… pero normal
A diferencia de lo que sucede en las campañas político-electorales que se llevan a cabo en otros estados, donde han salido a la luz acusaciones graves, principalmente las que relacionan a los candidatos con el crimen organizado, en Puebla hay una guerra sucia entre los candidatos del PRI y del PAN, pero no ha rayado fuera de la normalidad.
Las acusaciones más serias que ha lanzado la priista Blanca Alcalá Ruiz contra su principal oponente, se centran en el uso de los programas sociales del Gobierno estatal a favor de los militantes panistas. También ha referido la pinta de tinacos de color azul en diversas colonias populares.
Por su arte Gali Fayad no ha quitado el dedo del renglón al referir la opacidad con la que la candidata del PRI se ha enriquecido. Le ha reprochado la opacidad en la que se convirtió en empresaria del ramo de los combustibles, y la forma en que pudo adquirir diversos bienes inmuebles en la capital del estado.