La dictadura del script
No se sale del guión. No se arriesga a la improvisación ni al combate de ideas. Es Enrique Peña Nieto, siervo del script.
La técnica puede funcionar en un set de televisión, pero no en política, donde debatir e intercambiar propuestas es vital para que los votantes conozcan a los candidatos, en este caso a la presidencia del país el próximo primero de julio.
Raúl TortoleroNo se sale del guión. No se arriesga a la improvisación ni al combate de ideas. Es Enrique Peña Nieto, siervo del script.
La técnica puede funcionar en un set de televisión, pero no en política, donde debatir e intercambiar propuestas es vital para que los votantes conozcan a los candidatos, en este caso a la presidencia del país el próximo primero de julio.
Y es que el político priista se ha negado de manera rotunda a participar en otros debates que no sean los que organiza el Instituto Federal Electoral, cuya estructura es un tanto rígida y con menos espacio para contrastar ideas.
Su coordinador Luis Videgaray le pidió a la periodista Carmen Aristegui “no insistir” en la invitación a debatir en radio.
“Por supuesto, tiene miedo de no aparecer con teleprompter”, dice Josefina Vázquez Mota en exclusiva para Reporte Índigo.
Para la candidata del PAN a la presidencia de la República no hay duda alguna. Si Enrique Peña Nieto rehúye participar en todo aquel debate al que no se vea obligado por las leyes electorales vigentes es por temor a presentarse sin el apoyo de un script preestablecido.
Por su parte, el candidato presidencial de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador ironizó ayer en su rueda de prensa mañanera sobre la participación de Peña Nieto. Dijo que si necesita llevar cualquier tipo de ayuda, como acostumbra hacerlo en sus discursos, puede hacerlo.
“Que haya libertad, incluso si Peña Nieto quiere llevar el teleprompter que lo lleve, o sea, quiere llevar chícharo, que lo lleve, que si va tener una computadora para que cuando le hagan una pregunta por la tabla le digan qué cosa tiene que responder, con esa libertad.
“Ahora sí toda la libertad. Es un debate, no hay que limitar nada, no se debería limitar el tiempo, es un asunto muy importante para el país”, propuso el tabasqueño e hizo reír a los reporteros.
Muy cómodo en el monólogo
El coordinador general de la campaña panista, Roberto Gil Zuarth, es categórico:
“Enrique Peña Nieto no quiere debatir porque prefiere la dictadura del monólogo, que la democracia del debate de ideas. Para el monólogo sirven los teleprompters. Para el debate se requiere talento y propuestas…”, evalúa en entrevista con este medio.
Juan Molinar Horcasitas, secretario de Acción de Gobierno del PAN, asegura que aún cuando los contendientes no estuvieran obligados legalmente a expresar sus opiniones, posturas, ideas, de cara a la ciudadanía, es una obligación ética, moral, hacerlo.
Para Molinar, Peña Nieto no ha sido alguien que forje su carrera política con base en ideas trascendentes, sino en un fuerte gasto publicitario y una imagen hueca y más o menos simpática.
Por su parte, el polémico, pero aguerrido, diputado Gerardo Fernández Noroña, del PT, también tacha de vacío a Peña Nieto.
“Es una dictadura del vacío, dictadura de la falta de contenido, dictadura de la superficialidad, de lo fatuo”.
Argumenta que los priistas pensaron que era muy buen candidato Peña Nieto, pero no cayeron en la cuenta de que también tenía que hablar.
“Cada vez que abre la boca se hunde en abismos más profundos y entonces quieren que hable lo menos posible”.
Dice que hicieron al candidato del PRI sin “cuarentena” (periodo especial de veda o de intercampañas), para que no dijera nada… luego, los debates que marca el IFE están tan acotados por tiempos mínimos que no son un debate en realidad.
“La idea es que nada más sonría y ya, que no tenga nada qué decir… A Peña no le conviene el debate porque se quedará en evidencia”.
Fernández Noroña reconoce que cuando López Obrador no estuvo en el primer debate en la campaña de 2006, se trató de un error. Y que tuvo su costo.
Sin embargo, ahora en 2012 nada está dicho, porque hay un 30% de indecisos, que aún no sabe qué hacer con su voto.
“Cada vez que abre la boca Peña Nieto, queda claro que no debe ser presidente. No tiene empaque, no tiene conocimiento”, dice Fernández Noroña.
¿Es un títere?
“Es un maniquí… uno bastante ‘X’, pero hay quien dice que es un buen maniquí”.
El diputado panista Carlos Alberto Pérez Cuevas se estrenó ayer como coordinador de la bancada del PAN, en sustitución de Francisco Ramírez Acuña, quien se va para ser embajador de México en España.
Siendo muy cercano a Josefina, también funge como coordinador de redes ciudadanas de la campaña azul. Para él, Peña Nieto muestra, al huir de todo debate, el autoritarismo, la presión… un tema que se da de forma natural en el PRI y en Peña Nieto.
“Nosotros llamaríamos a que fuera abierto, a que informara, a que no tuviera miedo de ponerse de lado de la transparencia”, expresa Pérez Cuevas.
¿Es el esclavo del teleprompter? ¿Sin teleprompter Peña Nieto no es capaz de informar a la sociedad sobre lo que piensa hacer si llega a ser presidente?
“El teleprompter es una herramienta. Sirve para ayudarse de alguna manera, pero ya para que diga ‘a’, b’, o ‘c’… yo creo que ya es un problema grave de articulación, de conocimiento…”.
No se quiere salir del guión Peña Nieto…
“Más allá del guión ha demostrado que carece de muchos temas… que cualquiera que aspire a ser presidente de México debe tenerlos como básicos… debería leer, prepararse, hablar frente al público, mirar de frente y sobre todo tener propuestas claras… y hablar con la verdad, porque hay muchos compromisos incumplidos”.
Vocera de Vázquez Mota, la diputada panista Augusta Díaz de Rivera considera que es una obligación de todos los candidatos a la presidencia exponer sus ideas y propuestas para que la gente pueda entonces decidir. No sólo se trata de una prerrogativa sino que es una obligación, comenta en entrevista.
Y arremete que el candidato del PRI no ha querido exponerse porque el comparecer ante la ciudadanía lo evidenciaría como “una persona que no puede conducirse sin un script determinado”.
“Debería hacerlo porque de esa manera debatiría de manera personal en torno a los compromisos incumplidos que hemos estado consistentemente exhibiendo… por eso no quiere Peña salir a decir ni sí, ni no sobre ellos…
“Un debate contrastaría las ideas y él tendría que defenderlas… como dijo Platón, un hombre que no defiende sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre…”.
Critican rigidez de debates del IFE
El diputado panista Agustín Castilla, que atiende asuntos legales en el PAN, se refiere a la rigidez de los debates.
“Es lamentable y es vergonzoso que no sean de cara a la ciudadanía, más flexibles. Pareciera que la intención es poner a Peña Nieto entre algodones. A los del PRI les da miedo participar en debates organizados por la sociedad, en foros. Pareciera que Peña Nieto es un muñeco de aparador al que no se le puede tocar.”
Ezequiel Rétiz, diputado federal panista, opina que definitivamente estamos ante un candidato de telenovela, que no cuenta con una propuesta real ante la problemática de los mexicanos y que se esconde para debatir con gente de peso como Josefina Vázquez Mota.
Y la cerrazón de Peña Nieto echa por tierra las intenciones de los otros contendientes de debatir con él para demostrar quién tiene la mejor propuesta. Literalmente los obliga a ser candidatos de eventos públicos y discursos al aire, como a él le gusta.
El PRI, para quitar el estigma de su candidato, no quiere que se usen tarjetas informativas para el encuentro, cuando en los anteriores debates presidenciales se han utilizado.
En el 2006, Roberto Madrazo tuvo que salir de cuadro cuando al querer mostrar una serie de documentos se le cayeron de las manos y se agachó a recogerlos. Pero hoy el PRI argumenta que este tipo de papelería no debe ocuparse.
La defensa
Al interior del PRI el argumento a favor de la negativa de Peña Nieto es que al ir a un debate organizado por un medio tendría que asistir a todos lo que organicen las demás estaciones de radio o periódicos.
Al interior de la campaña su ausencia en un debate la ven con naturalidad, y cualquier argumento en contra de su candidato es ya guerra sucia.
Eduardo Sánchez, vocero de la campaña priista fue insistente en que de aceptar ir al debate de la periodista Carmen Aristegui tendrían que acudir a los de todas las estaciones del país.
“Hay mil 100 estaciones en todo el país, tendría que ir a todas y los días que le quedan a la campaña no nos alcanzarían”.
En su toma de protesta Peña Nieto usó un telempromter, a lo que el vocero justificó que es una práctica común.
“Yo preguntó: ¿alguno de los candidatos a la presidencia de la República, alguna vez ha leído un discurso en un papel o en un teleprompter? La respuesta es sí.”
En tanto el coordinador de los diputados priistas, Francisco Rojas, insistió en que todo lo que dicen los adversarios de Peña Nieto son sólo descalificaciones sin sustento al verse rebasados ampliamente en las encuestas.
“Es parte del juego político de todos los días, las descalificaciones, que por cierto parece ser el juego favorito de los partidos opositores al PRI, se la pasan descalificando o tratando de descalificar al candidato del PRI, posiblemente porque les lleva muchos puntos de ventaja en las encuestas”.
En la actual situación que vive México, en donde todos los candidatos deberían de estar deseosos por debatir, el no querer hacer este tipo de ejercicios recuerdan al absolutismo con el que durante siete décadas gobernó el PRI.
Suda frío sin guión
Feria Internacional del Libro en Guadalajara. Al ser cuestionado sobre los 3 libros que marcaron su vida, Peña Nieto solo pudo nombrar 1, y confundió el nombre de su autor.
“No recuerdo el título exacto… es que quiero recordar el título del libro… hay uno que salió que eran las mentiras sobre el libro de este libro… ¿cómo se llamaba el otro libro?… alguien recuérdeme quién es el autor… cuando leo los libros me pasa que no registro del todo el título”.
El salario mínimo. El candidato no pudo responder cual era el salario mínimo y afirmó que el monto mensual de éste era de 900 pesos, cuando en realidad se trata de mil 740.
La señora de la casa. Tras no poder contestar en entrevista para El País, cuánto cuesta el kilo de tortilla, se excusó diciendo: “No soy la señora de la casa”.
¿De qué murió su esposa?. “Ella llevaba dos años de tener una enfermedad parecida a… se me fue el nombre de la, de la… el nombre de la enfermedad… No es epilepsia propiamente, pero algo parecido a la epilepsia”. Le contestó Peña Nieto a Jorge Ramos sobre la muerte de su esposa Mónica Pretelini.