La educación ¿post-pandemia?

La pandemia de COVID-19 cimbró la educación en el país, la cual ya atravesaba una crisis por la deserción, el rezago, la falta de presupuesto y coordinación entre las autoridades federales y las locales

Con el regreso a clases presencial y con una pandemia de COVID-19 que no ha podido ser domada en el país, se abre la caja de Pandora, por lo que en los próximos días podrán salir a relucir múltiples males y carencias, más allá de un probable repunte en los contagios.

La educación en México deberá superar durante el presente ciclo escolar y en los próximos años el rezago educativo, la deserción escolar, la falta de presupuesto y la falta de coordinación entre el Gobierno federal y los estatales.

Casi a inicios del actual ciclo escolar las organizaciones México Evalúa e Iniciativa de Educación con Equidad y Calidad, así como la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, presentaron el estudio “La evolución de la matrícula en la educación media superior de cara a la pandemia: una primera revisión” en la que evidenciaron la deserción de miles de estudiantes en el país, principalmente a nivel bachillerato, y la falta de continuidad de los alumnos al concluir sus estudios de secundaria.

Y aunque el Gobierno federal no ha publicado la información sobre el abandono escolar en los diferentes niveles educativos durante este año, la universidad y las organizaciones consideran que la situación se agravará, una tendencia que venía aumentando desde el ciclo 2019-2020 con la suspensión de las clases presenciales en la Educación Media Superior (EMS).

“Una matrícula que estaba por arriba de 5 millones de estudiantes dentro de la modalidad escolarizada al inicio del ciclo escolar 2019-2020 decreció en 151 mil 755 alumnos, llegando a 4.932 millones de estudiantes en el ciclo escolar 2020- 2021”, señala el estudio.

El documento además revela que la matrícula disminuyó en un 3.9 por ciento entre los varones y 2.1 por ciento entre las mujeres y que las instituciones de Educación Media Superior privadas fueron las más afectadas.

“Si en 2018-2019 la matrícula en estas instituciones representaba el 18.5 por ciento del total de la matrícula de EMS, este porcentaje disminuyó a 17.7 por ciento en 2019-2020 y a 15.1 por ciento en el ciclo escolar 2020-2021”, agrega el estudio.

Respecto a la transición educativa de la secundaria al bachillerato, el estudio revela que la disminución no se debe a un cambio demográfico en el número de los estudiantes, sino, a una disminución en el porcentaje de los alumnos que pudieron ingresar a la educación media superior.

“En el ciclo escolar 2017-2018, se tenían 2 millones 080 mil 503 estudiantes en tercero de secundaria. La matrícula, un año después, en el primer año de media superior, fue de 2 millones 076 mil 872 (una absorción de 99.8 por ciento). Sin embargo, dicha absorción disminuyó a 95.8 por ciento un año después y a 87.9 por ciento en el ciclo escolar 2019-2020”, ejemplifica el estudio.

Además de factores económicos, el estudio considera como una causa del abandono escolar el confinamiento y los desafíos emocionales que ocasionó.

“Los sentimientos de ira de los estudiantes comienzan a ser reemplazados por sentimientos de tristeza y desilusión. Si bien no culpan a su escuela por el COVID-19, la situación actual tiene un impacto negativo en las percepciones sobre su escuela.

“A esto se suma la afectación que tendrán sobre las habilidades socioemocionales como la perseverancia, que suelen desarrollarse dentro de las dinámicas educativas”, agregan.

Presupuesto ineficiente

Sobre la educación en el país, la organización Mexicanos Primero alerta que en lo que va del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador el presupuesto destinado al rubro se ha reducido al desaparecer programas clave.

En total, han desaparecido nueve programas, de los cuales cinco representaron una reducción de 21 mil 982 millones de pesos. Durante este año estos recortes afectan a 37 mil 570 escuelas y a 4.3 millones niñas, niños y adolescentes.

Aunque en teoría el presupuesto para educación incrementará el próximo año un 1.9 por ciento, en términos reales, este dinero se destinará solamente para programas de subsidios y para becas y no para el rezago educativo que ha dejado la pandemia, principalmente en los sectores más vulnerables, como en la población indígena y en niños con discapacidad.

“México vive la exclusión y la iniquidadmás severas desde que que comenzó el sistema educativo nacional por la pandemia, pero el PEF para 2022 no propone medidas para remontar el desajuste emocional,recuperar el ritmo y propósito grupal, superar la pérdida de aprendizaje y revertir el riesgo de abandono, es un fracaso para los niños”, señaló la organización.

 No todo son becas

Al respecto el profesor investigador de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey y de México Evalúa, Marco Antonio Fernández, comenta que el presupuesto retrata el desinterés de la actual administración a la crisis educativa, ya que no todo se resuelve con becas.

“Es un problema porque el abandono escolar no se resuelve solo con becas ya que ese no es el único motivo por el cual abandonan la escuela. En muchas casos es por cuestiones económicas pero muchas veces porque no están aprendiendo y la experiencia a la distancia fue muy desastrosa.

“Además, el propio CONEVAL ha dado cuenta del problema tan serio que son las becas ya que muchas veces no se dan a los más necesitados y no se da seguimiento para conocer si los chicos van a los planteles”, denuncia.

Otro de los puntos que destaca el especialista en materia de rezago educativo es la falta de coordinación y liderazgo de la federación con las secretarías de educación estatales.

“Es irónico (lo que está pasando) porque la reforma educativa que habían impulsado meses antes de la pandemia, era una que recentraliza muchas de las funciones educativas en manos de la autoridad federal.

“Llegó la emergencia, no dieron el ancho y aventaron a los estados la responsabilidad de tratar de atender la emergencia, pero la autoridad federal debe definirlos conocimientos elementales, pero apenas, dos años después, están definiendo los aprendizajes fundamentales en los que se deben de centrar. Los estados ya entendieron que no cuentan con el Gobierno federal más alláque para las fotos”, concluye.

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