Con la detención de Mario Armando Ramírez Treviño, alias “El X-20” o “El Pelón”, la estructura criminal del cártel más antiguo del país, el del Golfo, continúa a la baja.
La detención de “El X-20” representa para los especialistas en seguridad una oportunidad perdida para el cártel del Golfo.
Y es que con la detención del líder del grupo Los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, alias “El Z-40”, el escenario estaba puesto para que el cártel del Golfo, que parecía reestructurarse tras diversos embates del gobierno, lanzara una ofensiva para ganar los principales territorios Zetas, como Nuevo Laredo, Torreón y el área metropolitana de Monterrey.
Sin embargo, con “El X-20” tras las rejas luego de un operativo que realizara el Ejército en Río Bravo, Tamaulipas, el pasado sábado, el momentum con el que contaba la organización se ve perdido.
Más aún, si se recrudecen las fricciones entre “Los Metros” y “Los Rojos”, facciones al interior del cártel del Golfo que han disputado violentas riñas, “Los Zetas” aprovecharán para avanzar hacia el oeste de Tamaulipas e inclusive algunos analistas sugieren que si eso sucede, la alianza entre Sinaloa y Golfo peligraría.
El mapa del narco cambia
Reporte Indigo analizó en “La Narcografía de Calderón”, cómo es que el cártel del Golfo había sido la organización criminal más golpeada en los últimos años.
Primero con la detención de Ezequiel Cárdenas Guillén, alias “Tony Tormenta”, hermano de Osiel Cárdenas Guillén.
Posteriormente, Mario Cárdenas Guillén fue detenido, y en menos de un año, Rafael Cárdenas Vela, el sobrino de Osiel que se apuntalaba como el líder, fue detenido en Texas.
Jorge Eduardo Costilla Sánchez, alias “El Coss”, hombre de confianza de Osiel también fue detenido por elementos de la Marina. Se trató de la organización que mayor veces fue “decapitada” en la historia del narcotráfico de México.
La lucha entre Los Zetas y el cártel del Golfo dejó miles de muertes y recrudeció la vida social en el noreste del país. También inhibió a las principales ciudades industriales del país como Monterrey y Torreón.
No obstante, la caída de “El Lazca” y del “Z-40”, aunada a fricciones internas, permitieron que el Golfo obtuviera oxigeno y continuara con su aliado de Sinaloa peleando plazas como la Laguna, Nuevo Laredo y Zacatecas.
El operativo del sábado pasado abre la puerta al cártel de Sinaloa, pero también le da tiempo a Los Zetas para que consoliden un nuevo liderazgo y continúen dominando sus principales territorios.
La violencia en el noreste podría incrementar ante la detención de Ramírez Treviño, toda vez que será la primera oportunidad de Los Zetas de contraatacar, en lo que Sinaloa y el Golfo digieren la perdida de “El X-20”.
A pesar de que el grupo de Los Zetas ha sufrido bajas significantes y una supuesta división interna, este grupo altamente disciplinado ha logrado mantener su influencia en la región Golfo del país.
Así, con el cártel del Golfo debilitado, la pugna por los territorios que todavía conservaba la organización se traducirá muy probablemente en una sangrienta batalla entre los Zetas y el Cartel de Sinaloa, señaló un funcionario del Gobierno Federal.
Reino de ‘El Chapo’
El cártel de Sinaloa, cuyo célebre jefe continúa en libertad después de once años de haberse fugado de un penal de máxima seguridad, sigue consolidándose como el cártel más poderoso.
Aunque la organización ha sufrido bajas importantes, como la de Ignacio “Nacho” Coronel y Vicente Zambada Niebla, hijo del capo Ismael “El Mayo” Zambada, esta se ha mantenido como organización dominante en el trafico de cocaína.
Es entonces como el pronóstico que sugirió que en la región este Los Zetas controlarían principalmente el trafico de mariguana, y el cártel de Sinaloa dominaría el mercado de cocaína en la región del Pacifico, duró poco.
Si Homero Cárdenas Guillen, el tercer hermano de Osiel, y quien distintos reportes oficiales sugieren podría ocupar el mando del cártel del Golfo, no logra consolidar una estructura lo suficientemente fuerte para poder continuar una alianza estratégica con Sinaloa, “El Chapo” terminaría consolidando un monopolio en las dos principales rutas de trasiego de droga, Pacifico y Golfo.