La farsa de la guerra contra el narco
La guerra contra el narco, bandera por la que será recordado el sexenio de Felipe Calderón, ha sido un engaño.
Esteban Castro
La guerra contra el narco, bandera por la que será recordado el sexenio de Felipe Calderón, ha sido un engaño.
Esto no es un simple juicio de valor, es la conclusión a la que se llega al recopilar los datos arrojados tras años de conflicto, y son explicados a profundidad en “La Farsa Detrás de la Guerra contra el Narco”, de la periodista Nancy Flores Nández, quien aclara que “lejos de menguar el impacto de la delincuencia organizada, la guerra emprendida por el gobierno estableció en México un doble régimen de violencia: el de los cárteles y el de las Fuerzas Armadas y del orden”.
Eso es lo que ha hecho que hoy vivamos en un país en el que hay más de un muerto por hora y donde dos menores de edad son asesinados cada 24 horas.
No es de sorprender que durante el sexenio de Felipe Calderón México haya bajado 57 posiciones en el Índice de Paz Global. Hoy ocupa el lugar 135 entre las 158 naciones más violentas.
“Yo había entrevistado ya a varios investigadores que me decían que la guerra era una farsa, pero era todo pura conjetura. No había nada que estuviera realmente documen-tando que era así”, dice Flores, quien a partir de 2009 se dedicó a rastrear los datos que respaldan la hipótesis que habla de un engaño respecto a la estrategia usada por el gobierno en materia de seguridad.
Su investigación revela que en lo que va del conflicto en México, solo se han dictado 254 sentencias firmes por secuestro, 735 por delincuencia organizada y 53 por lavado de dinero.
Son cifras que la periodista considera “ridículas”, demasiado pobres considerando el tamaño del problema nacional.
“Se han caído los decomisos de cargamentos de drogas, la erradicación de plantíos se cayó en cuanto el Ejército tomó el papel que antes hacía la PGR. Entonces, no les están decomisando la droga, no les están decomisando el dinero”, dice Flores, quien ganó el Premio Nacional de Periodismo en 2008.
Medio millón de personas reclutadas
Según datos de la Procuraduría General de la República, medio millón de personas dan forma a los cárteles que operan a México. Sin embargo, de principios de 2007 a finales de 2011, únicamente mil 306 narcotraficantes fueron aprehendidos.
“Les podrán estar matando a la base más baja de su cadena, pero en realidad no los están combatiendo”, puntualiza la autora.
“El conflicto puede continuar dentro de nuestras fronteras, no creo que a los jefes del narco les importe”. A final de cuentas, el negocio se encuentra en el extranjero, y cinco cárteles mexicanos ya tienen operaciones consolidadas en los grandes mercados globales.
Los informes extranjeros señalan que los cárteles mexicanos se están expandiendo fuera del país, explica Nancy Flores. Esto ha hecho que el Cártel de Sinaloa, por ejemplo, opere en 50 naciones, incluso en algunas de Asia y África. Y en 14 de ellas tiene una presencia tan importante como la que ha alcanzado en México.
Con un mercado de posibles consumidores superior a 155 millones de personas y un valor comercial de la cocaína y la heroína que rebasa los 143 mil millones de dólares –según la ONU–, la oportunidad de ne-gocio es amplia. Flores dice que los cárteles mexicanos se quedan con 27.2 por ciento de ese mercado, por lo menos.
Mucha bala, poco dinero
La “guerra contra el narco” no ha estado orientada a atacar lo que más les duele a los narcotraficantes: sus bolsillos.
Esto pese a que de 2007 a 2011, el conflicto le ha costado al gobierno federal 255 mil millones de pesos.
“En realidad es un negocio que nunca se va a acabar porque son parte de las finanzas de México y el mundo”, confiesa la periodista Nancy Flores. “Para qué nos hacemos ilusiones cuando en realidad las finanzas, que es el motor de todo, no es combatido”.
Según su libro, “las finanzas de los capos tampoco han sido tocadas, a pesar de que los más de 2 billones de pesos que se calcula habrían lavado sólo por venta de drogas en Estados Unidos equivalen a 135 veces los recursos que ese país ha dedicado a la Iniciativa Mérida”.
Mientras que detener el flujo del dinero no sea parte de una estrategia integral de seguridad, todos los enfrentamientos armados en el país carecerán de sentido.
Ni un solo circuito financiero ha sido desmantelado por el Gobierno Federal. Es uno de los mayores vacíos en los casi seis años de la “guerra contra el narco”.
“Todas las evidencias nos apuntan a que es una farsa porque en realidad el negocio está en su mejor momento. No es cierto que los 60 mil muertos, los 13 mil desaparecidos, los 250 mil desplazados y que los miles de miles de familias mexicanas que han sido desmembradas en este trayecto, que la pérdida de nuestros derechos humanos han servido para algo porque, finalmente ellos tienen capacidad económica impresionante”, apunta Flores.
“La Farsa” revela que de 2007 a 2010 solamente fueron incautados 5,274.5 millones de pesos al narcotráfico. Esto representa 0.25 por ciento de sus ganancias estimadas.
“Si el negocio los beneficiara por igual, los cárteles de Sinaloa, Tijuana, el Golfo, Los Zetas, Juárez, los Beltrán Leyva y La Familia Michoacana habrían ganado por lo menos 5 571 428 000 dólares anuales cada uno. Estas estimaciones, basadas en cifras publicadas por el estadunidense Centro Nacional de Inteligencia sobre las Drogas, revelan que tan sólo en 2010 las empresas criminales habrían sido nueve veces más rentables que el Grupo Carso: el conglomerado lícito más exitoso de México reportó una utilidad neta acumulada ese año de 7 064 millones de pesos”, dice la periodista en su libro.
El International Narcotics Control Strategy Report 2011, elaborado por la Secretaría de Estado de EU, revela que “la combinación de un sector financiero sofisticado, un gran sector informal basado en el efectivo y controles de regulación insuficientemente implementados, complican el problema”.
Eso permite, según el reporte, que los narcotraficantes envíen anualmente a México entre 19 mil y 29 mil millones de dólares como “remesas del narco”.
Con un saldo de 112 personas consignadas por lavado de dinero en México entre 2007 y 2010, las cuentas de la “guerra contra el narco” simplemente no cuadran.