La fórmula presidencial

A pesar de ser criticada por la oposición y calificada de “insuficiente”, la iniciativa presidencial para regular el uso medicinal de la mariguana colocaría a México entre un selecto grupo de países cuya legislación abre la puerta a la cannabis.

Su aprobación pondría a México un paso adelante a nivel internacional en la discusión por la regulación.

Imelda García Imelda García Publicado el
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naciones
la regulación es mixta, donde solo algunos estados permiten su consumo
En Israel, Puerto Rico y la República Checa también se permite el uso medicinal de la cannabis
Las empresas chinas son dueñas de 309 de las 606 patentes relacionadas con la cannabis

A pesar de ser criticada por la oposición y calificada de “insuficiente”, la iniciativa presidencial para regular el uso medicinal de la mariguana colocaría a México entre un selecto grupo de países cuya legislación abre la puerta a la cannabis.

Su aprobación pondría a México un paso adelante a nivel internacional en la discusión por la regulación.

Un comparativo realizado por el Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República, revela que de entre 35 naciones seleccionadas, apenas siete tienen permitido el uso medicinal de la mariguana –Bélgica, Colombia, Canadá, Israel, Puerto Rico, Reino Unido y la República Checa-.

Solo cuatro naciones –Países Bajos, Jamaica, Portugal y Paraguay-, tienen permitido el consumo recreativo de la cannabis.

En cambio, son 21 naciones que tienen una prohibición total –o casi total- del consumo de mariguana.

Se trata de Argentina, Brasil, Belice, Cuba, Chile, China, España, Francia, Guatemala, Honduras, India, Italia, Japón, El Salvador, República Dominicana, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela y México.

En tres casos –Alemania, Australia y Estados Unidos-, la regulación es mixta, donde solo algunos estados permiten su consumo.

La propuesta del Ejecutivo se encuentra en estudio en el Senado de la República, donde las bancadas del PRI y el PVEM presionan para que pueda ser aprobada esta misma semana, antes de concluir el periodo ordinario de sesiones.

En China, pena de muerte

En el panorama internacional, la mayor parte de los países mantienen el enfoque prohibicionista sobre el consumo de la mariguana.

En un estudio comparativo sobre la regulación internacional del uso de la cannabis, el Instituto Belisario Domínguez reveló que en algunos países la prohibición es absoluta.

Uno de los casos más emblemáticos es China, donde el tráfico de drogas se castiga con la muerte; la posesión de cannabis es castigada con varios años en prisión.

En 2013, 549 personas fueron ejecutadas por tener vínculos con drogas; en el 2014, se calcula que las ejecuciones fueron más de 600.

Curiosamente, las empresas chinas son dueñas de 309 de las 606 patentes relacionadas con la cannabis. El Estado es el encargado total de la producción y distribución científica de la mariguana, en ese país.

Japón es otra de las naciones con una regulación más estricta en la materia.

En ese país se prohíbe tanto el uso medicinal como recreativo, así como la importación, la exportación, el cultivo, la venta y la compra de mariguana.

A quien viole la Ley de Control de Cannabis en Japón, se le castiga con trabajos forzados por hasta siete años; la posesión ilegal es sancionada con penas de prisión de cinco años, además de los trabajos forzados.

En Cuba, una ‘droga dura’

Cuba es otro país donde las penas contra la comercialización y el consumo de mariguana están penados. Ahí, la cannabis está considerada como una “droga dura”, capaz de transformar “notablemente” el comportamiento humano.

En el Código Penal de Cuba se especifica que la producción, el comercio, la posesión y el uso de la mariguana están prohibidos y son sancionados con prisión de entre tres y ocho años.

En otros países desarrollados, el tema de la regulación de la cannabis también está muy limitada.

En Francia, por ejemplo, se sanciona la producción, la posesión, la venta, compra y el uso de los narcóticos, entre la que se encuentra la mariguana.

Las sanciones por posesión y consumo varían, dependiendo de la cantidad incautada y los antecedentes penales de las personas detenidas. Están prohibidas también la producción y el tráfico.

El uso medicinal de la cannabis es ilegal, así como el autocultivo para uso personal. Lo único autorizado en Francia son los medicamentos hechos a base de cannabis.

En España, no solo están prohibidos el consumo, la posesión y el cultivo de mariguana, sino el abandono de los instrumentos empleados para su consumo y la tolerancia de dicho consumo en locales o establecimientos públicos por parte de los administradores, dueños o empleados de esos lugares.

Sin embargo, Barcelona es la única ciudad de España donde hay clubes cannábicos donde se puede consumir la mariguana. Cataluña y el País Vasco ya han avanzado en medidas para legalizar el cannabis medicinal.

Medicinal, controlado

De ser aprobada la iniciativa presidencial, México se inscribiría entre los países que permiten el uso medicinal de la cannabis.

En Bélgica, por ejemplo, se permite el uso medicinal de la mariguana en pacientes con la receta firmada por un médico registrado. El tratamiento también puede aprobarse para tratamientos como el glaucoma, el SIDA o el dolor crónico.

En Colombia, apenas en noviembre del 2015 fue aprobado el uso medicinal de la cannabis. En ese modelo, las licencias para la posesión de semillas de cannabis y la supervisión de los cultivos de la planta están en manos de los ministerios de Justicia y Agricultura.

“Para asegurar que el cannabis se use con fines médicos, el decreto también establece que los cultivos, las plantas procesadoras y los lugares de almacenamiento serán supervisados por el Ministerio de Salud y Seguridad Social, la Policía Nacional o de la Central Nacional del Consejo Nacional de Estupefacientes”, señala el informe.

Canadá fue el primer país del mundo en regular el consumo medicinal de la cannabis, en el 2001; sin embargo, su posesión todavía es ilegal. Sin embargo, este país ya se enfila hacia una regulación del consumo recreativo que podría concretarse en un futuro próximo.

En el Reino Unido existe un programa de uso medicinal de la mariguana apoyado por el gobierno, pero solo hay una empresa que cuenta con la licencia para producir los medicamentos.

En cuanto a posesión, el delito se encuentra penado hasta con cinco años de prisión si es para consumo propio y 14 años si es para tráfico.

En Israel, Puerto Rico y la República Checa también se permite el uso medicinal de la cannabis.

Uso libre, pero con límites

Son muy pocos los países que tienen completamente despenalizado el consumo de la mariguana, sea para uso recreacional o medicinal. Aun así, lo hacen con algunos límites.

“El consumo de mariguana en los países donde no constituye un delito es relegado a la esfera privada o a los coffeeshops, pues no se considera correcto fumar marihuana en espacios públicos, bares o restaurantes. Si alguien lo hace, no se aplican sanciones, pero a la persona se le puede pedir que salga del local como sucede en los Países Bajos”, sostiene el comparativo.

La edad mínima establecida para el consumo personal de cannabis se encuentra entre los 18 y los 21 años, dependiendo de cada país donde está permitido su uso.

Portugal es el país con una de las legislaciones más progresistas en materia de drogas.

Desde el 2001, ese país despenalizó la posesión de drogas sin importar que se tratara de mariguana, hachís, cocaína, heroína o metanfetaminas.

Las cantidades definidas de cada droga son distintas. En el caso de la mariguana, la dosis máxima permitida son 25 gramos.

De las drogas que continúan siendo ilegales, el tráfico y la venta están castigados con hasta 12 años de prisión si es con fines de lucro; o de solo tres años de cárcel si la venta o el tráfico se llevan a cabo “para financiar una adicción”.

El estudio apunta que, aunque ha sido una de las legislaciones más criticadas, organismos internacionales han dicho que la de Portugal ha sido una de las estrategias más exitosas en el combate al consumo de drogas.

En Uruguay no solo está permitido el consumo recreacional de la mariguana, sino su producción y venta. Es el primer país que legalizó las tres facetas de la cannabis.

“Esta regulación tiene como propósito (…) retirar el mercado del cannabis de las manos de organizaciones delictivas y separar el mercado lícito de cannabis del mercado ilícito de sustancias más nocivas”, se lee en el comparativo.

El Estado es quien regula el mercado y controla todas las fases, desde el cultivo hasta su distribución y venta.

El gobierno uruguayo obliga a los consumidores a inscribirse en un registro de usuarios y elegir una de tres posibilidades de hacerse de la mariguana: tener un autocultivo de hasta seis plantas por hogar; pertenecer a un club cannábico; o comprarla en las farmacias autorizadas por el Estado que venden a los consumidores inscritos en el registro.

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