La franquicia del Niño Fidencio

La fe trasciende fronteras, y la Iglesia Fidencista pasó de ser una creencia en un pueblo de Nuevo León, a dogma y franquicia internacional.

El pueblo Espinazo, en Mina, se llena de fiesta y mercaderes dos veces al año: del 17 al 19 de marzo, por el día de San José, y en octubre en el cumpleaños del Niño Fidencio.

Al arribo al pueblo fidencista y en un recorrido de más de medio kilómetro, la imagen de Fidencio está en todo y a la mano para ser comprado.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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La fe trasciende fronteras, y la Iglesia Fidencista pasó de ser una creencia en un pueblo de Nuevo León, a dogma y franquicia internacional.

El pueblo Espinazo, en Mina, se llena de fiesta y mercaderes dos veces al año: del 17 al 19 de marzo, por el día de San José, y en octubre en el cumpleaños del Niño Fidencio.

Al arribo al pueblo fidencista y en un recorrido de más de medio kilómetro, la imagen de Fidencio está en todo y a la mano para ser comprado.

Su culto ya no es exclusivo de los nueveoleoneses que lo vieron nacer. Sus ministros ya también celebran en ciudades de Estados Unidos.

Para pedir que interceda por ellos, los fieles pueden elegir comprar en Espinazo desde veladoras, llaveros, amuletos, efigies, fotografías y litografías.

El mercado que se coloca durante la celebración incluye la venta de comida, dulces, nieve, artículos de ferretería, plantas y discos. 

Miles de personas llegan a acampar desde una semana antes, procedentes de toda la República y Estados Unidos.

Imágenes de fe se ven en cada rincón de ese lugar: personas que como sacrificio van girando sobre el piso, desde el acceso hasta llegar a la capilla en donde está sepultado Fidencio.

Sus ministros, “Cajitas”, aseguran recibir a otros espíritus para sanar a los fieles, entre ellos uno conocido como “Aurorita”,caminan por el pueblo buscando almas afligidas para aliviar. Enfermos que no dudan en entrar al “charquito” de lodo que, dicen, quita enfermedades y da bendiciones fidencistas.

Montserrat recibe poderes curativos

Dentro del agua lodosa, Montserrat se sacude fuertemente de arriba a abajo, de atrás hacia delante. 

La presencia del espíritu de “Valentina” está en su cuerpo y en ese momento de mayor posesión habla como niña y el color azul de sus ojos se transfigura a blanco.

Tiene 26 años, y desde los dos, su madre, Santa Rosa de Lima, la lleva cada año a visitar a Fidencio.

Los poderes curativos que Montserrat dice recibir de la primera esposa de Pancho Villa, aliviaron a su madre de cáncer. 

A través de Fidencio, dice haber sanado a muchos enfermos en su humilde casa, en Saltillo, Coahuila.

Los fidencistas

> José Fidencio de Jesús Síntora Constantino nació en Guanajuato en 1898.

> Fue adoptado por los abuelos de Doña Fabiola, actual rectora de la Iglesia Fidencista.

> Fidencio no se desarrolló sexualmente. Tenía una voz aguda, lo que motivó que lo llamaran Niño.

> En 1921 llegó a Espinazo, en Mina, Nuevo León.

> Fue católico y devoto de San José.

> Desarrolló poderes curativos. Sanaba con hierbas, tés y pomadas que él elaboraba. Operaba con vidrios e hilos desde cataratas en los ojos y tumores.

> Sanaba con agua del charquito, al pie de un pirul y en un cerro. 

Arrojaba objetos mientras oraba y caminaba sobre las personas acostadas en el piso y cubiertas con un manto blanco.

> Antes de morir prometió que regresaría para sanar a los enfermos.

> Durante el sepelio,  la gente se rehusó a retirarse o permitir que lo sepultaran; fue enterrado en el interior de su casa.

>  Doña Fabiola fundó la Iglesia Fidencista Cristiana AR en julio de 1993.

> En Monterrey hay 230 ministros, y más de 600 en todo México, además de varios en Estados Unidos.

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