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El Partido Revolucionario Institucional da una imagen de unidad pero la realidad es otra, una fuga a cuentagotas de militantes a lo largo de toda la república lo está debilitando rumbo a las elecciones del 2018.
El éxodo de priistas ocurre al paralelo de la elección de un candidato presidencial que los abanderará para intentar conservar el mando del ejecutivo. Estas dirigencias disidentes no se ven, pareciera que no se sienten, no hacen escándalos, sus nombres no son de abolengo pero consiguen votos y ganan elecciones.
Estos operadores políticos tienen la estructura por tierra y el poder para reclutar gente y fortalecer el voto duro que ha dado durante los últimos años la victoria al tricolor.
La fuga hormiga de liderazgos del PRI no es un asunto nuevo, pero recientemente la crisis se ha agravado por las formas de elegir a los candidatos de las próximas elecciones. Las voces de la militancia que pedían una consulta a las bases no fueron escuchadas, el próximo candidato será elegido mediante la convención de delegados. El PRI no se abrió a la militancia, utilizará un método cerrado de elección.
Ante este panorama, el líder nacional del Revolucionario Institucional, Enrique Ochoa Reza sentenció a los presentes en la XLI Sesión Ordinaria.
“La gente no vota por un partido dividido”, dijo y recordó que aunque haya fugas y disidencias nadie es indispensable dentro del partido.
“El reto ya está enfrente de nosotros. En estos momentos las dudas y los titubeos ya han quedado atrás. El PRI demanda ir hacia adelante con determinación, unidad y fortaleza.
“En este camino somos importantes todos, pero ninguno de nosotros es indispensable. En este camino el PRI necesita el trabajo y el talento de cada uno de ustedes. Que se escuche fuerte y que se escuche claro: el PRI cuenta con todos ustedes y todo México cuenta con el PRI”, dejó en claro el pasado 20 de octubre.
Antes, el 12 de agosto en la XXII Asamblea Nacional y ante voces críticas internas, el PRI se mostró unido y abrió algunos de sus candados, el próximo abanderado del Revolucionario Institucional podría ser un ciudadano simpatizante del tricolor, pavimentando así la candidatura del secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña.
La constante de la mayoría de disidentes es la inconformidad con la dirigencia nacional, ya sea por su silencio en casos de corrupción, falta de oportunidades u oídos sordos ante problemas específicos en los estados.
Esta falta de liderazgos y división interna ocasiona que el Revolucionario Institucional viva en un ambiente de crisis similar al de 1987, en el que un grupo de disidentes inconformes por la designación de Carlos Salinas de Gortari como candidato oficial para las elecciones presidenciales de 1988 por parte de Miguel de la Madrid, ocasionara el gran sisma que derivó en la Corriente Democrática del PRI y después en la creación del Frente Democrático Nacional que lanzó a Cuauhtémoc Cárdenas como candidato presidencial.
Heredero de esa izquierda y con orígenes en el PRI, Andrés Manuel López Obrador fundó recientemente el Movimiento de Regeneración Nacional, el cual ha recibido a distintos priistas.
Durante las campañas electorales en el Estado de México, varios exmilitantes apoyaron a Delfina Gómez y se les vio en sus mítines, como Pablo Dávila, exlegislador local del tricolor, Marisela Zepeda Martínez y Saúl Rico, dirigentes de la estructura priista en Zinacantepec.
En la salida reciente, la mayoría de los ex militantes priistas comienzan a seguir el sendero de Morena y de López Obrador.
Fugas en todo el país
Las fugas en el PRI no obedecen a los mismos motivos, tampoco representan a una región en específico, han ocurrido durante este año a lo largo de todo el territorio nacional y hay lugares donde las fugas son más notorias y más dolorosas.
Al menos en 21 entidades de toda la República se han presentado salidas de militantes, líderes y operadores políticos de las filas del PRI.
A 15 días de la XXII Asamblea Nacional, los medios de Chihuahua amanecieron con una noticia de renuncia en el tricolor, cinco presidentes seccionales anunciaban su salida del PRI por sentir que el partido no los representaba ideológicamente.
“Este día y sin menoscabo a la militancia priista, un servidor Eduardo Almeida Navarro y mis compañeros Héctor López Pérez, Sergio Aguilar Weber, Raúl San Martín Coronado y Luis Fitzmaurice Castro hemos decidido pública y formalmente renunciar a nuestros cargos como Presidentes Seccionales”, decía el comunicado que lanzaron en conjunto.
Estos empresarios chihuahuenses además de operadores políticos representaban el nexo con la industria en la entidad.
El problema de la fuga en Chihuahua viene de más atrás, el gobierno del priista César Duarte (2010-2016) y sus presuntos actos de corrupción hicieron que varios priistas de cepa dudaran permanecer en el tricolor, el silencio y la falta de castigo al exgobernador por parte de la dirigencia nacional los convencieron de su salida.
Víctor Valencia de los Santos militó durante 43 años en el tricolor, fue diputado cuatro veces y excandidato a la gubernatura de Chihuahua, en febrero de este año anunció su salida del PRI porque su partido no expulsó de sus filas a César Duarte.
“Decidí salirme por la inminente complicidad de la dirigencia nacional en temas de corrupción que son de conocimiento público, no solamente en Chihuahua, sino en todo México y el mundo, por parte de uno de los exgobernadores de los muchos que andan prófugos, como César Duarte”, manifestó el expriista en entrevista.
Valencia de los Santos recuerda que en una reunión del Comité Nacional le planteó a Enrique Ochoa Reza la expulsión de Duarte, lo hizo frente a Emilio Gamboa y César Camacho Quiroz; les pidió que se aplicara la ley, que la Comisión de Justicia Partidaria decidiera si había una expulsión del exgobernador prófugo que cuenta con 11 órdenes de aprehensión y tres fichas rojas por parte de la Interpol.
Las respuestas del líder nacional del PRI y de los dirigentes del Senado y de la Cámara de Diputados fuero el silencio y los oídos sordos.
“El partido no ha dicho siquiera que lo vaya a sancionar, entonces esto es una burla cínica de la nula voluntad que tienen por cambiar, ellos llegan, se van con el dinero, hacen lo que tienen que hacer y dejan el desprestigio a quienes tuvimos una carrera de militantes, como en mi caso de 43 años, eso no les importa”, reclamó el exlegislador.
Víctor Valencia, uno de los políticos más conocidos en Ciudad Juárez y con gran convocatoria de votos, manifestó que debido a los malos manejos de los liderazgos priistas el futuro del partido será perder las siguientes elecciones.
“No es un asunto de carácter personal sino de congruencia y dignidad, les dije que yo no quería formar o ser parte de este partido. No tiene la culpa la institución pero quienes se han apoderado y tomado por asalto al PRI son los gobernadores de los estados y el Presidente Peña, evidentemente un lastre del partido; el PRI lo va a terminar de despojar en el próximo proceso electoral, sin duda, no es mi deseo pero eso pasará”, sentenció Valencia.
El exdiputado agregó que como él muchos compañeros de partido han hecho el mismo análisis y están tomando la misma decisión: abandonar el partido que los forjó por no tener intenciones de cambiar y seguir siendo cómplice de la corrupción y la impunidad.
Para él, estos son solamente algunos de los factores que han llevado al PRI a la deserción de militantes, la democracia al interior del partido ha hecho que otros priistas busquen en Morena una opción para lanzarse a una candidatura política.
Salidas Recientes
En el estado de Tamaulipas Eduardo Hernández Chavarría, exdiputado del PRI y Felipe Garza Narváez, expresidente municipal del PRI abandonaron las filas del partido.
El mes de agosto no fue fácil para el estado de Michoacán, donde perdieron a Rodrigo Bernabé Hernández, líder de regidores jóvenes y a Elio Núñez Rueda, congresista local.
Hace dos meses, el 4 de septiembre, renunció José Eduardo Rovirosa Ramírez, alcalde de Macuspana, Tabasco.
Querétaro quedó marcado por la renuncia de la regidora María Dolores de la Torre Valdez y de la militante Tania Paola Ruiz Castro en octubre.
Ese mismo mes, en la Ciudad de México, Mariana Moguel, presidenta del PRI en la capital del país, renunció a su cargo y abandonó el partido miediante una carta que envió a Enrique Ochoa Reza, presidente Nacional del Partido Revolucionario Institucional.
Priístas optan por Morena
A mediados de junio de este año, en un acto en la Plaza de Armas, Andrés Manuel López Obrador sumó a varios políticos exmilitantes de otros partidos a su causa, entre ellos Víctor Valencia. La respuesta de los militantes de Morena fue negativa, respondieron a su líder con gritos de “no más chapulines” y “fuera, fuera, fuera”.
“Mi pretensión no es disputarme los afectos o los cariños de Andrés Manuel o de Morena, por eso no me hice militante, busco un cambio verdadero, y creo que el vehículo que está a la mano es el de Andrés Manuel. Los internos de Morena están dejando de lado el Proyecto de Nación, el mismo Andrés Manuel fue priista, todos hemos tenido una militancia”, reviró el expriista.
En Nuevo León la deserción priista tiene tintes similares, descontento con la dirigencia nacional y oídos sordos.
El diputado local, Eugenio Montiel decidió el pasado 27 de febrero renunciar a la bancada del PRI e informó que se sumaría a la fracción independiente.
“Son varias cosas las que me motivaron a salir del partido, en forma práctica, sí, fue un descontento con la dirigencia nacional y estatal dado que yo plantee mis inconformidades, mis inquietudes a los dos presidentes y no me escucharon”, manifestó en entrevista.
El legislador agregó que el PRI se está alejando de los intereses reales de los ciudadanos y denunció que incluso se ha aliado con el Partido Acción Nacional para aferrarse al poder.
“En la calle te preguntan qué pasó con la congruencia, qué pasó con la causa, no puede ser posible que haya trueques de favores entre el PAN y el PRI, incluso pasando sobre los intereses de la sociedad, no me lo podía permitir”, dijo quien fue militante durante 31 años.
Además de él, el diputado local Gabriel Tláloc Cantú renunció a 30 años de militancia en el PRI y en días recientes, Rafael Zarazúa Olvera salió del tricolor para unirse a las filas de Morena.
Al hijo del exsenador del PRI, Rafael Zarazúa Rocha, se le vio en un evento del partido de Andrés Manuel López Obrador en el municipio de Apodaca, uno de los últimos bastiones priistas en Nuevo León. Apenas hace un año, el expriista tenía aspiraciones de dirigir al partido en su entidad.
Lo cierto es que estas tres figuras políticas restarán votos al PRI y los sumarán a las filas de Morena. La ruptura del Revolucionario Institucional en Nuevo León apenas está comenzando.
“Yo creo que es un momento en el que el partido tendrá que tomar una decisión histórica o seguir con la simulación o preocuparse por transformarse, y eso es regresar a los orígenes por los que fue creado, si es necesario que haya una ruptura o sisma adentro del partido para transformarse pues bienvenida esa transformación y ese rompimiento”, manifestó Eugenio Montiel quien analiza una candidatura ciudadana con el respaldo de Morena.
En Puebla, la salida de los priistas comenzó con el diputado federal Alejandro Armenta, sus motivos fueron la complicidad de su expartido con el PAN para proteger los despilfarros del exgobernador Rafael Moreno Valle.
“El PRI se alejó de sus principios, el PRI traicionó su causa (…) esta unión entre el PRI y el PAN en Puebla han significado para nuestro estado la deuda más grande en la historia de la entidad”, denunció.
Por este motivo, Armenta renunció a 32 años de militancia el pasado 21 de mayo, se sumó a Morena y agregó que el hartazgo dentro del PRI está ocasionando una desbandada de militantes y que en Puebla hay miles que están optando por la misma vía.
Lo mismo ocurre en Baja California Sur, en donde más de 100 priistas conocidos, con un buen nivel de representación social y de captación de votos han abandonado el partido; entre las bajas se encuentran desde operadores políticos hasta exfuncionarios públicos.
“Baja California Sur no es la excepción del rompimiento y agotamiento por un proyecto político como es el del PRI y por lo tanto los militantes de buena fe, gente honorable, algunos con 50 años de militancia en el Partido Revolucionario Institucional decidieron romper con ese partido y algunos de ellos venir a plantear el respaldo a Morena”, dijo el profesor Víctor Manuel Castro Cosío, líder de Morena en la entidad.
En Quintana Roo las noticias de renuncia a la militancia comenzaron a finales de enero con el anuncio de la salida del senador Eduardo Ovando Martínez porque el partido no valoró su desempeño ni la estructura que representa “las redes de Ovando”, sistema político que moviliza a miles de quintanarroenses a mítines y a las urnas. A traición, los cargos y candidaturas fueron otorgadas a los partidos con los que iban en alianza.
“Los espacios no se daban a la gente bien formada ideológicamente y comprometida con el partido, sino que todo se negociaba con los aliados, de tal manera que incluso 7 de los 8 distritos se le dieron al Verde, incluyendo la joya de la corona que es Cancún. A los que estábamos trabajando, comprometidos con la camiseta bien puesta del partido nos utilizaban y quienes ocupaban los cargos eran realmente las alianzas, los grupos de poder”, señaló Ovando.
Con su salida, la red de “amigos de Ovando” cambió de color a mediados de año, el senador movilizó a más de 10 mil personas a un evento de AMLO en la entidad, además, la gran mayoría de militantes que conforman la estructura decidieron salir también del partido.
Según sus palabras, el PRI perdió su sentido social e identidad ideológica, por eso, la red de casi 20 mil operadores políticos será llevada a otro lado. En el caso de la presidencia de la República estos votos irán para López Obrador, localmente votarán por candidatos, no por partidos políticos.
Niegan desbandada
Para el priista José Encarnación Alfaro, integrante del ala crítica del partido Alianza Generacional, el PRI no está viviendo una desbandada.
“La militancia es una decisión de carácter personal y pueden dejar de militar cuando quieran. No es nada raro que quieran cambiarse de partido, nos preocuparía que los motivos fueran de fondo, de carácter ideológico”, dijo en entrevista.
El diputado local en la Ciudad de México agregó que lo importante de un partido es que su militancia permanezca leal sobre los intereses personales, y manifestó que la fuga de militantes que ha sufrido el partido han sido políticos que han buscado otras opciones por intereses personales.
El priista es consciente que con estas salidas el PRI está perdiendo votos duros,y por eso durante la última Asamblea del PRI se abrieron los candados para que los candidatos puedan ser ciudadanos simpatizantes y así vincular con ciertos sectores de la sociedad que les darán los votos para ganar las elecciones.
“A ningún partido le alcanza el voto duro para ganar, a ninguno, a nosotros no nos alcanza el voto duro para ganar, pero sin ese voto duro no ganamos, entonces tenemos que manejarnos en un equilibrio para consolidar nuestro voto duro para también ampliarlo yéndonos a trabajar con la ciudadanía”, expresó Encarnación Alfaro.
Aunque no sea una fuga visible, a cuentagotas el PRI va perdiendo votos que ponen en juego su permanencia en la silla presidencial.